El creador de <i>Succession</i>, Jesse Armstrong habla sobre su estruendoso final
Lucha de poder… Kieran Culkin, Jeremy Strong, Sarah Snook y Brian Cox en la tercera temporada. Foto: Graeme Hunter

Ayer, como la mayoría del resto del mundo, vi el final de la tercera temporada de Succession. Y, como la mayoría del resto del mundo, me encontré sacudido por un asombroso giro tras otro, y un clímax que me dejó boquiabierto y que superó incluso a los de la primera y la segunda temporada. Sin embargo, a diferencia de mis compañeros espectadores, lo primero que veo después de los créditos es el rostro de Jesse Armstrong, el creador de la serie, apareciendo en Zoom e intentando amablemente disuadirme de hablar sobre el capítulo.

A diferencia de otros grandes productores de televisión, que están encantados de explicar, y a veces sobreexplicar, cada segundo, Armstrong prefiere mantenerse al margen. Intenta no leer los acres de teorías que inspira Succession. Dice que estos análisis posteriores suelen ser como un paseo en la cuerda floja. “Hay una parte de mí que solo quiere saber qué demonios está diciendo todo el mundo sobre la serie”, dice desde su estudio lleno de libros en Londres. “Pero no se puede. No sería bueno para mí psicológicamente, y no sería bueno para el proceso creativo para realizar la serie”.

Esta renuencia a involucrarse en parte se debe a su deseo de preservar la realidad de la serie, que cuenta la historia del multimillonario Logan Roy, su empresa de medios de comunicación WayStar RoyCo y sus cuatro hijos, todos ellos compitiendo por el dominio a través de las formas más disfuncionales y aborrecibles. Una vez que el creador comienza a explicar el trasfondo de todas las decisiones que conlleva la realización de la serie, cree que el misterio que la impulsa comienza a disminuir.

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‘Existen múltiples interpretaciones de Goodbye Mog’… Jesse Armstrong, refiriéndose al libro que estaba leyendo Logan Roy. Foto: Teri Pengilley para The Guardian/The Guardian

“No quiero decir: ‘Ese día almorzamos esto’ o ‘Kieran estaba usando un sombrero, pero decidimos darle otro porque lo hacía parecer más militar‘”. Se detiene, imaginando ya las miles de teorías de “Roman Roy se une al ejército” que podría desencadenar una declaración así sobre el repulsivo, pero muy divertido, personaje interpretado por Kieran Culkin. “Me lo acabo de inventar”, aclara rápidamente Armstron.

Durante varias semanas, Succession ha estado repleta de símbolos premonitorios de la muerte.

Han aparecido crucifijos, sustos relacionados con la salud y, en un final de suspenso que obsesionó al mundo la semana pasada, un espantoso accidente. Y lo que es peor, el último episodio comenzó con Logan leyéndole a su nieto el libro infantil Goodbye Mog. El libro, sobre un gato de caricatura, habla explícitamente sobre la muerte de un personaje querido. Yo digo que uno no pone Goodbye Mog en un programa de televisión, a menos que esté planeando matar a alguien. “¿En serio?”, contraataca Armstrong. “Como sabes, existen múltiples interpretaciones de Goodbye Mog. Probablemente podrías enumerarlas. Pero probablemente esta fue una interpretación más marxista que freudiana”.

Kendall, el hermano de en medio, sí parecía que se podía quitar la vida en esta temporada.¿Alguna vez consideró la posibilidad de matarlo? “La sala de guionistas es un foro abierto en el que se puede sugerir y considerar cualquier cosa disparatada o extraña que agite de forma agresiva la serie”, responde. “Pero nunca tomamos ese camino. Sabemos que Ken llegó a un punto bajo y entonces ocurrió un acontecimiento. No estaría en desacuerdo con la interpretación de los demás, pero en mi opinión, solo se trataba de la zona gris de alguien que dejó de cuidarse a sí mismo”.

Al escuchar a Armstrong hablar de ello, toda la diversión real de Succession ocurre dentro de la sala de guionistas. Ahí es donde se discuten todas las tramas, todos los temas debatidos hasta que empieza a formarse algo parecido a un mapa de ruta para cada temporada. Parece un mundo de completas posibilidades y, cada vez que empiezo a pensar en algo que se aproxime a una gran teoría unificada sobre Succession, la sala de guionistas es el lugar al que regresa.

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Malcriados combativos… Kieran Culkin, Sarah Snook y Matthew Macfadyen se preparan para un enfrentamiento. Foto: Home Box Office/HBO.

Tal vez, digo, sería una buena idea que Logan simplemente liquidara y despidiera a sus hijos, y dejara que los malcriados con derechos se mantuvieran por sí mismos. Si pueden tener éxito fuera de WayStar, entonces no la necesitan. Si no pueden, es la prueba de que Logan solo los mantenía cerca por vanidad. Observo la cara de Armstrong en busca de algo, cualquier cosa, que pueda validar mi teoría.

“Hmm”, responde finalmente. “Te voy a decir que ‘es una buena idea’. Me gusta la idea, pero para mí no es bueno hablar de ello. Si dijera: ‘Sí, es cierto’, sería una tontería. No tengo un marco conceptual de lo que ocurre. No pretendo ser un cretino al respecto, pero no tengo buenas respuestas, o tal vez solo sea apropiado discutirlas en la sala de guionistas”.

Me retiro a un terreno más seguro. En una reciente entrevista del New Yorker con Jeremy Strong, quien interpreta a Kendall Roy, se explicaban sus métodos, a veces extremos, para meterse en cualquier personaje que esté interpretando. En El juicio de los 7 de Chicago, mientras filmaba una escena de protesta, Strong le pidió a un coordinador de escenas de riesgo que lo golpeara y también pidió que le rociaran gas lacrimógeno real. “No me gusta decirle no a Jeremy”, se indica que dijo el guionista y director de la película, Aaron Sorkin. “Pero había 200 personas en esa escena y otras 70 en el equipo, así que me negué a rociarles gas venenoso”.

El perfil atrajo tal fascinación (y burla) que personalidades como Sorkin, Jessica Chastain y Anne Hathaway se sintieron obligadas a salir en su defensa. ¿Habló Armstrong con Strong durante este revuelo? ¿Lo está sobrellevando bien? “Está bien”, dice el escritor. “Está bien. Me comunico con todos los actores. Está bien”.

Con Strong tan dispuesto a llegar a extremos similares para lograr las emociones necesarias para interpretar a alguien como Kendall, me pregunto si Armstrong alguna vez ha pasado por algo similar. Durante el proceso de creación de una serie con tantos picos y caídas, ¿se encuentra afectado por la emoción de todo ello? “Oh, carajo, sí, sí”, responde, de repente mucho más animado, recordando una escena entre Kendall y su hermana Shiv. “Recuerdo haber realizado una reescritura en la que Shiv le da un abrazo a Kendall. Me pareció muy conmovedor”.

No siempre es así, se empeña en destacar. “A veces puedo ser un poco más como un científico en un laboratorio al respecto. No quieres drogarte con tu propio suministro y comenzar a sobrevalorarte, pero realmente me siento emocionalmente involucrado”.

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Actor de método extremo… Jeremy Strong en la tercera temporada. Foto: Home Box Office/HBO

Continúa describiendo la escena más crucial del final de la tercera temporada, la cual se desarrolla en un estacionamiento italiano bajo el sol abrasador. Es un momento decisivo para los hermanos en su batalla contra su padre, una escena delicada que tenían que hacer bien. Sin embargo, como explica Armstrong: “Estuve muy presente viendo cómo se filmaba esa escena. Fui como un fan de Succession viéndola”.

Después de Navidad, Armstrong volverá a reunir al equipo de guionistas de Succession y comenzará a armar la cuarta temporada. Puede que sea o no la última de la serie. No lo dirá con certeza, pero sí se muestra muy preocupado por la idea de que se prolongue demasiado. Hablando sobre el final de la segunda temporada, la que terminó con Kendall acusando públicamente a su padre de haber cometido irregularidades, recuerda que pensó: “Espero poder escribir otro tan bueno como ese. Y no sé si podré. Puede que ese sea lo mejor que puedo hacer”.

No lo fue. Esta última temporada vio a Succession ascender a alturas incluso superiores, sin embargo, Armstrong sigue siendo cauteloso. “Solo tienes cierto capital argumental, de personajes y psicológico”, explica. “Un día se acabará y no sabes cuándo será ese día. El miedo es que te sorprenda cuando no estás atento”.

Tengo tiempo para lanzar una última teoría sobre Succession. En vista de todos los cambios en la trama con Kendall, y sus obsesiones muy específicas, ¿es Jesús? “Esta es una de las razones por las que me gusta y no me gusta hablar de la serie”, responde Armstrong con paciencia. “Esa teoría funciona, pero no es la clave de la serie porque no es ese tipo de serie. Pero serías muy bienvenido si vienes a la sala de guionistas y nos cuentas eso, porque nos la pasaríamos muy bien hablando de ello”.

De verdad me hiciste querer visitar la sala de escritores, le digo. Él sonríe. “El periodo en el que la serie se va a estrenar me parece realmente complicado, porque están todas estas cosas que quiero saber pero que no quiero saber. Pero la sala de guionistas es casi puro placer. Siempre lo espero con interés”.

Succession está disponible para ver bajo demanda en Sky y NOW en Inglaterra.

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