Imperturbable, inquebrantable, increíble: Burrow es el nuevo Joe Cool de la NFL

Los Bengalíes de Cincinnati irán al Super Bowl.

Repito: Los Bengalíes de Cincinnati irán al Super Bowl.

Una vez más, para que quede bien claro: Los Bengalíes de Cincinnati, dos años después de hundirse en el sótano de la liga, se encuentran a 60 minutos de ganarlo todo.

Era de esperar que durante el fin de semana en el que se rumoraba el retiro de Tom Brady, Joe Burrow brillara. Brady fue el heredero espiritual de su héroe Joe Montana. En Burrow, la liga cuenta con un mariscal de campo que completa perfectamente el ciclo; otro jugador con un historial que sería rechazado por cursi si fuera ficción. Otro jugador que cambia la franquicia al instante. Otro jugador que eleva su juego en los momentos más importantes. En Burrow, la NFL encontró a su nuevo Joe Cool.

Una y otra vez, sin importar lo dudosa que sea la jugada, sin importar lo pobre que sea la protección, sin importar cuántos recursos asigne la defensa al receptor número 1 de los Bengals, Ja’Marr Chase, Burrow encuentra el camino. Se desliza y se resbala. Se balancea y se mueve.

Burrow no es un atleta supremo, pero realiza lo suficiente para mantener las cadenas en movimiento, para evitar la presión, para prolongar las jugadas y los drives, para darle a su equipo una oportunidad de anotar puntos cuando las otras partes de la ofensiva encajan. Es el mejor solucionador de problemas.

Imperturbable. Inquebrantable. Llámalo como quieras. A medida que aumenta la intensidad, Burrow encuentra la manera de producir. Solo dos mariscales de campo han llevado a sus equipos al Campeonato Nacional de la División I FBS y a un título del Super Bowl: Montana y Joe Namath. En dos semanas, Burrow se puede convertir en el tercero.

El partido del domingo será recordado principalmente por la excelencia de Burrow. Pero fue tanto la derrota de los Chiefs como la victoria de los Bengalíes. Durante el primer tiempo, los Chiefs fueron imparables en la ofensiva. Se desarrolló la jugada de carrera. Mahomes estaba bailando. Todo estaba funcionando. En la defensa, contuvieron a Burrow, Chase y Joe Mixon, cortando la línea de suministro del mariscal de campo a su receptor más peligroso e invadiendo la jugada de carrera de los Bengalíes con cuerpos en la línea de scrimmage.

Y entonces todo cambió. Una decisión poco acertada del cuerpo técnico de los Chiefs para finalizar la primera parte hizo que los Chiefs anotaran un touchdown cuando un gol de campo habría aumentado su ventaja en el medio tiempo de 11 a 14 puntos. En el segundo tiempo, los Chiefs se quedaron estancados. Su juego era complaciente: “Pffft, ya lo resolveremos”.

El partido siguió un patrón similar al de la Semana 17, que ganaron los Bengalíes. Los Bengalíes se adaptaron a la defensa, respaldando a todos, provocando que los Chiefs siguieran llevando el balón, y obligando a Mahomes a tomar la misma decisión una y otra vez: ¿Debería llevar el balón al campo con peligro o apostar por lo seguro y hacer un pase corto?

Mahomes eligió lo segundo -o se vio atrapado en dos pensamientos- y la ofensiva se atascó. Su ritmo se vio afectado. El ataque de los Bengals comenzó a generar una pequeña presión en puntos cruciales. Sin embargo, durante la mayor parte de la mitad, dejaron de lado la noción de la presión, liberando a Mahomes para que se entregara a sus peores instintos. Se aferró al balón… y se aferró al balón… y se aferró un poco más. La ofensiva de los Chiefs se convirtió en un desorden independiente. La frescura habitual desapareció. En el transcurso del segundo tiempo, Mahomes solo completó nueve de 19 pases para 55 yardas, sin lanzar ningún touchdown.

Y entonces, el desastre para los Chiefs: Las pérdidas de balón. A pesar de la explosividad de los Chiefs en la ofensiva, el secreto de su éxito es que no le dan oportunidades al rival. Hasta el domingo, Mahomes solo había lanzado una intercepción en toda su carrera de playoffs. Contra los Bengals, lanzó dos en el segundo tiempo: Una para cambiar el juego, preparando a Burrow y a la ofensiva de Cincy para anotar; otra en el tiempo extra para brindar a los Bengals una oportunidad de irse.

Fue el peor tiempo de la joven carrera de Mahomes. Se mostró indeciso en la bolsa de protección, tardando demasiado en tomar decisiones, y entrando a la presión, donde había escapatorias en otros lugares.

Burrow y los Bengals se aprovecharon. La capacidad de Burrow para moverse y extender las jugadas fue lo que marcó la diferencia cuando los dos equipos se enfrentaron hace un mes, y el domingo ocurrió lo mismo. Consiguió cuatro primeros downs en cuatro intentos de carrera, escabulléndose de la presión para extender los drives. Burrow se vio obstaculizado por las malas jugadas de su propio equipo, pero cuando lo llamaron en la tercera oportunidad, cumplió en todo momento.

La leyenda de Burrow -los abrigos, el paseo, los puros, los campeonatos- nació en Ohio y floreció durante su extraordinaria carrera universitaria en Luisiana. En 2019, los Bengals tocaron fondo, entregándoles la primera selección general y una oportunidad de traer a Burrow a casa cuando fue reclutado en abril de 2020. Se unió al peor equipo de la liga y transformó la franquicia -su récord, su aura, todo- en 21 cortos meses.

“Estoy cansado de la narrativa de los perdedores que ganan. Tenemos buenos jugadores y buenos entrenadores”, dijo Burrow antes del partido. Los Bengals, y Burrow, ya no son perdedores.

Los Rams superaron la mayor desventaja en el último cuarto de un partido de campeonato (10 puntos) para vencer a los Niners, 20-17.

En Los Ángeles se vivió un partido extraño, uno en el que el reloj de juego con frecuencia parecía más una sugerencia que una ley, y con dos equipos de entrenadores aparentemente decididos a socavar sus propios esfuerzos con una gestión descuidada de su juego. Dos de las mejores mentes ofensivas de la liga parecían exhaustas en el último cuarto. Sean McVay quemó todos sus tiempos fuera y desafíos a 10 minutos del final. La ofensiva de Kyle Shanahan se quedó petrificada cuando su equipo más lo necesitaba. Los Niners’ poseyeron el balón tres veces después de tomar esa ventaja de 10 puntos en el último cuarto. El resultado: 12 jugadas, 26 yardas, solo cuatro minutos en el reloj. Brutal. No fue como el 28-3 o el colapso de los Niners contra los Chiefs en el Super Bowl LIV, pero pertenece al mismo círculo, y es parte de la creciente evidencia de que cuando las cosas se ponen difíciles al final del partido, también es así para el entrenador de los Niners.

La colección de estrellas de los Rams ahora pasará al Super Bowl, una prueba positiva de que la política del equipo de apostar todo en esta temporada, enviando gran cantidad de activos futuros para adquirir a Jalen Ramsey, Matthew Stafford y Von Miller en las últimas dos temporadas, al final valió la pena, incluso si necesitaron una ayuda (o dos) al final.

En San Francisco, se preguntarán qué podría haber pasado si Shanahan hubiera manejado mejor la situación al final del partido o si Jaquiski Tartt hubiera atrapado el balón de forma rutinaria.

MVP de la semana

Cooper Kupp, receptor, LA Rams. ¿Quién más? Ningún tipo de gestión del cronómetro o de las llamadas de gestión del juego de Sean McVay pudo evitar que Kupp hiciera lo que mejor sabe hacer: abrirse en profundidad detrás de la defensa. Kupp aportó algo de dinamismo a una ofensiva de los Rams que, de otro modo, hubiera sido muy irregular, al final del partido. Terminó con 11 recepciones para 142 yardas y dos touchdowns, incluyendo el touchdown que desencadenó el retorno de los Rams y una crucial recepción y carrera que preparó lo que resultó ser el gol de campo ganador del partido.

Video de la semana

Un delicioso momento de comedia de medio tiempo en Kansas City. La CBS le paga miles de millones de dólares a la NFL por los derechos de transmisión. Puesto que la NBC tiene la rotación del Super Bowl este año, el Campeonato de la AFC representó el Juego del Año de la CBS. Y en ese gran espacio: El espectáculo de medio tiempo de la cadena se vio ahogado por un concierto que retumbaba en Arrowhead.

Se sintió como una pequeña victoria para los televidentes. Durante demasiado tiempo, las cadenas han colocado televisiones en el campo por… ¿qué razón? ¿Acaso algún aficionado ha dicho “¡Oh, mira, de verdad están en el partido!”? ¿Aporta algo a la transmisión que no sea, tal vez, alguna actividad posterior al partido, algo que se podría replicar, no sé, saliendo de un estudio y bajando al campo al final del partido? El análisis en el campo en un ambiente de estadio estridente no aporta nada para los espectadores. Es hora de acabar con esta práctica.

Cita de la semana

“Esta historia es una completa especulación. Tommy no ha tomado una decisión final en un sentido u otro y cualquiera que diga que ya lo hizo está absolutamente equivocado”, Tom Brady padre sobre el posible retiro de su hijo.

El futuro de Tom Brady se ha convertido oficialmente en una saga de “lo hará” o “no lo hará”. ESPN informó el sábado que la 22ª temporada de Brady será la última. Actuales y excompañeros de equipo felicitaron al unánime GOAT del deporte. Su propia empresa le deseó lo mejor para el futuro. Sin embargo, Brady aún no le ha informado nada a los Buccaneers, según los informes. Su padre comentó a los periodistas que el mariscal de campo aún no ha tomado una decisión.

Ya sea que Brady está jugando un tipo de ajedrez 4D, buscando una especie de venganza basada en la prensa contra ESPN por la información de la empresa durante el escándalo del Deflategate, o, Brady, siempre el creador de contenido, está dispuesto a controlar su narrativa sobre su retiro. Lo más probable es que Brady anuncie su retiro después del Super Bowl y presente la documentación oficial una vez que comience la nueva temporada de la liga y haya recibido la parte final de su bono de contratación con los Bucs.