‘Un diamante podría haber comprado dos aeropuertos’: el filipino que recrea el alijo de joyas de Imelda Marcos
Como fantasmas que regresan a la escena del crimen… recreaciones de Pio Abad y la joyera Frances Wadsworth Jones. Foto: cortesía de los artistas y del Centro Cultural de Filipinas

A lo largo de sus tres mandatos como presidente de Filipinas, desde 1965, Ferdinand Marcos y su esposa Imelda lograron quedarse con alrededor de 10 mil millones de dólares de los activos de la nación a través de bancos en el extranjero. Las nuevas revelaciones de que un estrecho colaborador del dictador también pudo mantener una cuenta en Credit Suisse hasta 2006 no suponen ninguna sorpresa para Pio Abad, nacido en Manila. Desde hace una década, el artista ha realizado obras bajo el título The Collection of Jane Ryan and William Saunders, en referencia a los alias que la pareja utilizó con el banco suizo.

“Es curioso que un proyecto de 10 años se convierta en noticia”, comenta Abad, que actualmente reside en Londres. “Estas instituciones son bastante culpables de lo que ocurrió en Filipinas”

Esta semana, el artista, en colaboración con la diseñadora de joyas británica Frances Wadsworth Jones, lanza la última versión de The Collection of Jane Ryan and William Saunders, tras recrear digitalmente el enorme alijo de gemas que Imelda Marcos intentó sacar de contrabando del país en 1986, cuando la pareja fue derrocada y ella y sus hijos fueron exiliados a Hawai. “Intento sin cesar llegar a la verdad granular de esta historia”, dice Abad. “Representa estos detalles en alta resolución. Pronto habrá elecciones en Filipinas y Marcos Jr, el hijo, actualmente lidera las encuestas. La amnesia histórica flota en el aire”.

“Un conjunto de pulseras podría haber servido para vacunar a miles de niños”.

Las joyas reales fueron repatriadas a Manila, donde han permanecido en las cajas fuertes del banco central. Wadsworth Jones pasó tres años construyendo las réplicas digitales a partir de un par de fotografías facilitadas por Christie’s, la casa de subastas que, en 2016, fue contactada por el gobierno para vender la colección. Después de que el autoritario populista Rodrigo Duterte fuera elegido a finales de ese año, se canceló la venta. Una de las tiaras de Cartier tiene más de 21 metros de superficie, la cual Wadsworth Jones plasmó minuciosamente.

Desde la página web del Centro Cultural de Filipinas, una institución de artes inaugurada por la propia Imelda Marcos, la gente podrá superponer imágenes en 3D de las joyas en el mundo, o lucirlas mediante una aplicación de realidad virtual. “Es un gesto de responsabilidad que no existe en el mundo real”, comenta Abad. “Me gusta pensar que una exposición se puede convertir en un lugar de compensación, donde la justicia, por pequeña que sea, se puede llevar a cabo”.

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‘Una visión occidental, imperial y hollywoodiense del glamour y el éxito’… la exprimera dama de Filipinas Imelda Marcos en 2009. Foto: Jay Directo/AFP/Getty Images

No es la primera vez que el artista muestra las copias. En un principio, los archivos digitales fueron utilizados para crear réplicas impresas en 3D, realizadas en un plástico blanco opaco, para mostrarlas en la bienal de Honolulu en 2019. “Fue como si estas joyas regresaran a la escena del crimen. Pero tal vez como fantasmas. Eran una versión no saturada de las gemas brillantes”, comenta Abad. Esa obra ahora forma parte de la colección de la galería Tate. Junto a cada pulsera y collar, se exhibe una pequeña placa en la que se indica el precio de mercado, y lo que podría haber pagado en términos de infraestructura nacional o ayuda gubernamental. “Un diamante rosa, por ejemplo, podría haber comprado dos aeropuertos. Un conjunto de pulseras podría haber servido para vacunar a miles de niños. Queríamos que fueran vistos no por su valor estético, sino en términos de las dolorosas posibilidades que se perdieron“.

Abad ha sido tenaz en su persecución sobre los Marcos y sus desenfrenados excesos. En los últimos 10 años ha recreado los vestidos de Imelda, produjo una escultura con la forma de un reloj adornado con conchas que la primera dama poseyó en otra época, y distribuyó una serie de postales que reproducían la amplia colección de obras de arte antiguas de la pareja. “El imaginario de Imelda estaba moldeado por una visión occidental, imperial, hollywoodiense o de Rhode Island sobre el glamour y el éxito”, señala Abad. “Se viste con esta apariencia de sofisticación a través de estos adornos, y a través de la vajilla de plata de la época de la Reina Ana que tenía”.

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El padre de Abad, a la derecha, posando con otra activista junto a un retrato de Ferdinand Marcos tras irrumpir en el palacio en 1986. Foto: cortesía del artista.

Los padres de Abad fueron dos destacados activistas que lucharon contra el régimen corrupto y brutal de Marcos. “Se conocieron como organizadores sindicales. Eran muy jóvenes, a finales de la adolescencia, y trabajaban con agricultores y pescadores intentando comprender sus preocupaciones, intentando trabajar con los sindicatos. Esto ocurrió a mediados de los años 70, en plena ley marcial”.

El 26 de febrero de 1986, fueron de los primeros manifestantes que irrumpieron en el palacio presidencial. Abad tiene una fotografía de su padre sonriendo junto a una pintura kitsch de Ferdinand Marcos como una figura similar a Adán en el Jardín del Edén. “Fue un momento muy puro, como lo son estos momentos, antes de tener que recoger los restos”, cuenta Abad. Él también vio la pintura en persona. “Mi primera excursión escolar fue en el palacio, cuando el sótano se había convertido en este museo ad hoc que contenía todas las cosas de los Marcos.

Mi primera experiencia en un museo fue ver un botín. Eso lo marcó todo”.

En 2012, para su exposición de maestría en la Royal Academy, Abad encargó una copia del retrato kitsch, del cual ha mostrado diferentes versiones en numerosas ocasiones desde entonces. Sin embargo, en 2016, después de que el recién elegido Duterte declarara que el cuerpo de Fernando debía ser trasladado al Cementerio de los Héroes de Manila, Abad expuso la obra en un museo en Manila oscurecida con pintura. “El tiempo de los caprichos quedó en el pasado”, dice. “La elección de Duterte fue una experiencia increíblemente desgarradora”.

Para Abad, la elección de un hombre cuya “guerra contra las drogas” se calcula que ha matado a decenas de miles de filipinos fue un desastre tanto personal como nacional. “Perdí a mi madre en 2017”, explica. “Siempre pensé que el cáncer de la nación se convirtió en el de ella. Ahora hablo de The Collection of Jane Ryan and William Saunders en términos de espectros. De cómo el espectro de la violencia política en mi país se mezcló con una increíble pérdida personal”.

Puede ver The Collection of Jane Ryan and William Saunders aquí.

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