Un nuevo comienzo después de los 60: ‘Siempre quise tener mi propia marca de ropa, y a los 71 años lo logré’
'Distintiva, divertida de usar, para el tiempo libre y las vacaciones': Magi Sque en casa con algunos de sus diseños. Foto: Millie Pilkington

Cuando tenía 17 años, Magi Sque -que en aquel entonces se llamaba Rosie- tuvo el comienzo de un sueño. Los sábados trabajaba en la boutique de ropa Calypso, en Ocho Ríos, Jamaica, y después de cada turno le entregaba su sueldo de 5 libras a su madre. Estaba ahorrando para su viaje a Inglaterra, donde deseaba convertirse en enfermera.

Sin embargo, el manejar todos esos ricos estampados y algodones satinados “despertó el interés” de Sque, que ahora tiene 74 años.

“Mi familia te diría que siempre he dicho: ‘Cuando pueda, tendré mi propia marca de ropa'”. No obstante, durante cinco décadas se dedicó a ejercer, estudiar y enseñar enfermería, hasta convertirse en profesora emérita de la Universidad de Wolverhampton, mientras alargaba sus sueños indumentarios hacia el futuro. Pero cuando se acercaba a su 70 cumpleaños, empezó a pensar: “Oh no, ya no otra tesis que leer, ya no otro ensayo que corregir“. Y entonces se escuchó a sí misma decir: “Es hora de seguir adelante”.

Se inscribió a un curso de fin de semana para empresas emergentes y, en 2019, días antes de cumplir 72 años, Sque lanzó Magi Rose, “distintiva, divertida de usar, para el tiempo libre y las vacaciones”. Ojea las páginas de su cuaderno de bocetos. Y entonces se encuentra con una foto suya en Calypso hace muchos años.

Sque viajó a Inglaterra a los 18 años para una entrevista en el hospital Guy’s en Londres. Era una de las tres pasajeras -no conocía a los otros dos- en “un barco platanero… Podías ver las olas por encima de ti”. En su maleta llevaba una sudadera de terciopelo rojo que había comprado en Calypso y un reloj de oro con forma de escarabajo, un regalo de su padre, “un hombre muy, muy bueno”, que proporcionaba ayuda económica a los vecinos y hacía donaciones a los hospitales. “Apretó las alas para abrir [el reloj]. Me dijo: ‘Te regalo este escarabajo para que no traigas uno a casa'”.

Un nuevo comienzo después de los 60: 'Siempre quise tener mi propia marca de ropa, y a los 71 años lo logré' - magi-sque
La joven Magi Sque, de 17 años, en la boutique Calypso en Jamaica. Foto: Cortesía de Magi Sque.

Sque se capacitó en Guy’s, y se “trajo a casa un Beatle“, un esposo. “Cabello largo. De Liverpool. Se parecía a John Lennon”. Después de ocho años, el matrimonio terminó y Sque se mudó a Canadá con su hija pequeña.

En Toronto, muchas de las enfermeras tenían certificados de maestría. Sque admiraba “sus conocimientos y su capacidad de tomar decisiones”. Pensó: “Eso es lo que quiero”.

Por aquel entonces, una amiga le regaló un ejemplar de El cuarto rey mago, la historia de un cuarto mago que llevaba un morral de joyas a Belén, pero que no llegó hasta ahí porque se detenía para ayudar a los demás, donando una joya cada vez. Tal vez por la filantropía de su padre, la historia le llegó al corazón.

“Fue un periodo de mi vida en el que deseaba un cambio”, comenta. Cuando consideró el mundo académico, pensó: “Los reyes magos eran hombres sabios. Es una buena asociación”. Aunque siempre la habían conocido como Rosie, sus padres la nombraron Margaret Rose, en honor a la princesa Margarita, y ahora lo cambió por Magi.

Y como Magi conoció a su segundo esposo, cuando este le preguntó la hora en el vestíbulo de un cine en Toronto. A ella le llamó la atención su acento inglés, comenzaron a platicar y acordaron reunirse después de sus películas. “No esperaba volver a verlo, pero ahí estaba, esperándome”. Cuando terminaron las vacaciones de Michael, él regresó a Inglaterra, pero siguió en contacto; el pasado enero celebraron su 40º aniversario de boda.

Sque obtuvo su título en enfermería en la Universidad de Surrey y después buscó un tema para su doctorado. En una conferencia sobre la donación de órganos, tuvo “una especie de epifanía”. Tal vez la idea encajaba con la historia del cuarto rey mago (“Los donadores de órganos pueden salvar la vida de hasta ocho personas”, explica). “Fue como si algo bajara y dijera: ‘Esto es lo que tienes que hacer'”.

Se convirtió en una experta, y desarrolló una teoría sobre la “pérdida disonante”, es decir, la necesidad de que los familiares de los donadores resuelvan la discordancia entre un ser querido con muerte cerebral clínica y un aspecto normal antes de que puedan aceptar la donación. Sque incluso habló ante la Cámara de los Lores.

Entonces, ¿su línea de ropa también es una vocación? Mira alrededor de su casa en New Milton, Hampshire. “No hay nada material que necesite… El propósito de Magi Rose era conseguir un negocio exitoso para poder ser filantrópica“, explica. Su sueño es realizar donaciones a los hospitales de Jamaica. “Pero primero tengo que levantar este negocio y que funcione”.

Cuéntanos: ¿tu vida ha tomado un nuevo rumbo después de los 60 años?

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