El servicio de inteligencia ruso detrás del envenenamiento del editor ganador del Nobel, dice EU
Dmitry Muratov cubierto de pintura roja tras ser atacado en un tren a principios de este mes. Los ‘paracaidistas de la Unión Z’ reclamaron la autoría del hecho. Foto: Dmitry Muratov/Novaya Gazeta/AFP/Getty Images

El servicio de inteligencia ruso estuvo detrás del ataque químico contra Dmitry Muratov, el editor del periódico independiente ruso Novaya Gazeta y ganador del premio Nobel de la Paz, indicaron funcionarios estadounidenses.

Muratov dijo anteriormente que subió a un tren el 18 de abril con dirección a la ciudad de Samara saliendo desde Moscú cuando le aventaron pintura roja que contenía acetona, y que un atacante le dijo: “Muratov, esto es para ti de parte de nuestros chicos“.

En aquel momento, el veterano periodista publicó en su canal de Telegram fotografías de su cara y su cuerpo cubiertos de pintura roja de óleo, comentando que sus ojos “ardían muchísimo” tras el ataque.

La evaluación desclasificada de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, de la que informó por primera vez el periódico Washington Post, concluyó que los agentes trabajaban para servicios de espionaje rusos no identificados.

Desde que Muratov y sus colegas fundaron Novaya Gazeta en 1993, ha cubierto algunos de los temas más delicados del país, entre ellos las guerras en Chechenia, la persecución de la comunidad LGBTQ+ y la corrupción del gobierno ruso dentro y fuera del país.

Seis de sus periodistas, entre ellos Anna Politkovskaya, fueron asesinados en represalia por sus reportajes. El periódico anunció el 28 de marzo que iba a suspender sus actividades el tiempo que durara la guerra, tras recibir repetidas advertencias por parte del censor estatal, Roskomnadzor.

Horas después del ataque en el tren perpetrado contra Muratov, un canal militar prorruso de Telegram llamado “Paracaidistas de la Unión Z” reclamó la autoría del incidente, publicando imágenes del ataque en internet.

De acuerdo con una traducción al inglés de la publicación, el grupo prometió “perseguir” a aquellos que apoyaran lo que, denominó el grupo, eran mentiras sobre las supuestas atrocidades que ocurrieron en la ciudad ucraniana de Bucha, a las afueras de Kiev.

“Como prometimos, en un futuro próximo nuestros veteranos recordarán a los ‘grandes patriotas’ que la sangre de nuestros Gloriosos Hijos no quedará sin respuesta. Ustedes, bastardos, escriben sobre la ‘tragedia de Bucha’, inventada por los ucranianos, y apoyan esta mentira, ¡pero no se dan cuenta de cómo son degollados nuestros chicos! Los perseguiremos a todos ustedes, ¡¡¡solo esperen!!!”, rezaba la declaración del grupo, que ya ha sido eliminada.

Una investigación realizada por Novaya Gazeta también vinculó el ataque al grupo de paracaidistas de la Unión Z, identificando a uno de los presuntos atacantes como el activista ruso de extrema derecha Nikolai Trifonov.

Pavel Kanygin, experiodista de Novaya Gazeta y viejo colega de Muratov, señaló que era “muy probable” que los servicios de seguridad del país estuvieran detrás del ataque.

“Creo que la inteligencia estadounidense está en lo correcto. Estoy 100% seguro de que este tipo de ataque no puede ocurrir sin el conocimiento previo y la aprobación de los servicios de seguridad de Rusia“, expresó Kanygin.

“El hecho de que Trifonov todavía no haya sido investigado demuestra aún más que las autoridades aprueban estas acciones”, añadió Kanygin.

Muratov, que recibió el premio Nobel de la Paz en 2021 por sus esfuerzos para apoyar las libertades periodísticas en Rusia, decidió en un principio seguir publicando Novaya Gazeta obedeciendo una serie de normas de Roskomnadzor que prohibían que los periodistas describieran el conflicto como “guerra” o “invasión”.

No obstante, a finales de marzo, Novaya Gazeta anunció que detendría su publicación hasta el final de lo que Rusia denomina su “operación especial” para evitar que lo cerraran y que perdiera su licencia.

Desde el inicio de la guerra, Rusia ha emprendido medidas severas sin precedentes contra los manifestantes, los medios de comunicación independientes y las redes sociales extranjeras. A principios de marzo, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó una estricta ley que impone penas de cárcel de hasta 15 años por difundir intencionadamente noticias “falsas” sobre el ejército.

Un grupo de periodistas de Novaya Gazeta lanzó este mes un medio de comunicación con sede en Europa, llamado Novaya Gazeta Europe, sin la participación de Muratov. El jueves, Novaya Gazeta Europa anunció que Roskomnadzor bloqueó el acceso a su página web en Rusia.

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