Chile finaliza el nuevo borrador de la Constitución para reemplazar el documento de la era de Pinochet
Los miembros de la convención constitucional se reúnen para votar por las últimas disposiciones del proyecto de constitución en Santiago el sábado. Foto: Esteban Félix/AP

Tras 10 meses de tensas negociaciones, Chile terminó de redactar el borrador de una nueva Constitución que podría sustituir al documento redactado durante la dictadura del general Augusto Pinochet.

María Elisa Quinteros, presidenta de la asamblea equitativa de género compuesta por 154 miembros, presentará formalmente el proyecto en una ceremonia en la ciudad portuaria de Antofagasta en la tarde del lunes.

“Se trata de una Constitución ecológica y equitativa, con los derechos sociales en su núcleo”, dijo en una entrevista.

Entre la larga lista de derechos y libertades que consagra el borrador, la nueva Constitución establece el carácter gratuito de la educación superior, garantiza la paridad de género en el gobierno y confiere al Estado la responsabilidad de prevenir, adaptar y mitigar el cambio climático.

La Constitución será sometida a un referéndum el 4 de septiembre en el que deberán votar todos los chilenos mayores de 18 años.

Chile estalló en protestas en 2019 y millones de personas salieron a las calles para denunciar una serie de desigualdades arraigadas. Como respuesta, los partidos políticos llegaron a un compromiso para proceder a la sustitución de la Constitución de la era Pinochet.

Casi el 80% de los electores votaron por emprender ese camino en un plebiscito en octubre de 2020, y siete meses después izquierdistas e independientes irrumpieron en las elecciones a favor de una convención constitucional.

“Con cada proyecto de ley aprobado, hemos brindado respuestas a las demandas de las manifestaciones de 2019, como mejor atención médica, educación y pensiones”, señaló Quinteros.
El nuevo documento ofrecerá por primera vez el reconocimiento constitucional a la población indígena de Chile.

“Ya sea que esta constitución sea rechazada o aprobada (por el plebiscito), creo que los pueblos indígenas de Chile ya ganaron”, dijo Rosa Catrileo, representante de los mapuches, el grupo indígena más grande del país.

“Hicimos visibles nuestras demandas a nivel nacional, y por eso nunca más seremos excluidos de la conversación”, expresó.

El nuevo documento incluso incluye una cláusula para la restitución compensada de las tierras históricamente indígenas.

Entre una serie de otras modificaciones, el proyecto opta por eliminar el Senado en favor de una legislatura con una sola cámara, y sienta las bases para la sustitución del poco popular sistema privado de derechos de agua en Chile.

Desde julio del año pasado, el antiguo edificio del Congreso en Santiago ha sido el escenario de una larga y muchas veces amarga batalla pública sobre el futuro de Chile.

El proceso fue diseñado en torno a la participación, con el fin de que los ciudadanos pudieran respaldar los artículos y debatir la legislación en asambleas en todo Chile.

Mientras el país se enfrentaba a su pasado de forma directa, los delegados fueron acosados ocasionalmente por la opinión pública, mientras una clamorosa campaña para socavar el proceso causaba estragos en segundo plano.

Aunque la Constitución de la era de Pinochet fue reformada de forma significativa bajo la presidencia de Ricardo Lagos en 2005, mantiene las huellas ideológicas del dictador chileno.

En ella se omiten ciertos derechos, como el derecho a la vivienda, y se centra en asegurar el legado del régimen militar, así como el modelo de mercado para la prestación de servicios sociales.

Con 499 artículos, la nueva Constitución de Chile sería la más larga del mundo, lo cual suscita cierta preocupación sobre el enfoque “maximalista” adoptado por los delegados.

La convención está dividida en tres comisiones: una para optimizar y condensar el documento; otra para planear la transición de una constitución a la siguiente; y una tercera para redactar un preámbulo.

No obstante, el panorama es incierto de cara al plebiscito que se llevará a cabo en septiembre.

Los últimos sondeos sugieren que se ha disipado el entusiasmo inicial por la reforma, ya que el 46% indica que rechazará el borrador, en comparación con el 38% que votará a favor.

“Existe la posibilidad de que sustituiremos una constitución ilegítima y autoritaria por una constitución divisoria y mal definida”, señaló Kenneth Bunker, director de tresquintos.cl, una página web de análisis político.

El nuevo presidente progresista de Chile, Gabriel Boric, ha afrontado un difícil comienzo de su presidencia, con una caída en los índices de aprobación, pero se apresuró a expresar su apoyo a la convención tras ganar las elecciones de diciembre.

“No es prudente equiparar el éxito del gobierno con el éxito de un plebiscito”, comentó Bunker, quien cree que un mandato estrecho para el nuevo documento podría prolongar la agitación política de Chile.
Si el borrador es aprobado por la mayoría, será ratificado como la nueva Constitución de Chile. Si es rechazado, el documento de 1980 seguirá estando en vigor.

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