Los países del G7 dejarán de financiar el desarrollo del sector de los combustibles fósiles en el extranjero
El presidente de la COP26, Alok Sharma, a la izquierda, con el ministro alemán de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck, el viernes en Berlín. Foto: John MacDougall/AFP/Getty Images

Las principales economías del mundo dejarán de financiar el desarrollo del sector de los combustibles fósiles en el extranjero a partir de finales de este año, en una medida que probablemente reducirá la inversión en las “bombas de carbono” que ponen en peligro los esfuerzos para cumplir los objetivos climáticos mundiales.

El acuerdo podría suponer una transferencia de aproximadamente 33 mil millones de dólares al año de los combustibles fósiles a las fuentes de energía limpia, según los cálculos de los analistas.

Los ministros de Energía y Medio Ambiente de todos los países del G7 acordaron el viernes en una reunión celebrada en Berlín poner fin al financiamiento por parte de los contribuyentes destinado a proyectos de petróleo, gas y carbón en el extranjero. Los países miembros son Japón –que se mantuvo firme en su oposición a este compromiso antes de la cumbre climática de la COP26 del año pasado–, el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia y el país anfitrión de este año, Alemania.

Alok Sharma, presidente británico de la COP26, señaló que el compromiso mostraba, en el contexto de la guerra de Ucrania y los altos precios de los combustibles fósiles, que la transición a la energía limpia resultaba más importante que nunca. “Estamos unidos en la opinión de que la seguridad climática y medioambiental son absolutamente sinónimos de seguridad energética y nacional, y no puedo exagerarlo. Para resolver la crisis energética mundial y la crisis climática crónica se requiere la misma solución, se trata de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles como parte de una transición gestionada”.

Por su parte, Laurie van der Burg, codirectora de la campaña del grupo ecologista Oil Change International, señaló: “El compromiso del G7 de poner fin al financiamiento público de los combustibles fósiles y de cambiarlo por (energías) limpias es un gran triunfo. Es una corroboración adicional y oportuna (en medio de la guerra en Ucrania) de que el camino más viable para la seguridad energética consiste en dar prioridad al financiamiento público de las energías limpias. Estas promesas ahora deben convertirse urgentemente en acciones”.

Los proyectos que ya se están desarrollando podrían eludir el nuevo compromiso. Eso significa que muchas de las “bombas de carbono” –nuevos proyectos de petróleo y gas en todo el mundo que están en desarrollo y que, en caso de realizarse, eliminarán cualquier posibilidad de limitar el calentamiento global a 1.5°C– que The Guardian descubrió en una reciente investigación podrían seguir siendo elegibles para recibir esos fondos públicos.

The Guardian descubrió casi 200 bombas de carbono, de las cuales alrededor del 60% ya se encuentran en desarrollo y han comenzado a bombear. Es probable que la mayor parte de su financiamiento provenga de fuentes privadas o públicas ajenas a los países del G7, sin embargo, el financiamiento del sector público en el extranjero puede ser un importante catalizador para los nuevos proyectos petroleros y de gas, ya que brinda seguridad a los inversionistas privados y a los inversionistas de los países en vías de desarrollo.

El comunicado del G7 tampoco incluyó el tema del financiamiento del sector público nacional para los combustibles fósiles, ya que algunos de los países miembros siguen subvencionando los combustibles fósiles y proporcionando importantes exenciones fiscales.

El jueves, el Reino Unido anunció un impuesto extraordinario para las empresas de combustibles fósiles, con un vacío legal que les permite eludir el 90% del impuesto en caso de que inviertan en nueva producción de petróleo y gas en el Mar del Norte, a pesar de los presupuestos de carbono del Reino Unido. Los críticos señalaron que esta medida no contribuiría a mitigar los problemas de suministro a corto plazo, dado que es posible que los nuevos yacimientos de exploración tarden décadas en entrar en producción, y que equivalía a una subvención de facto valorada en miles de millones de libras para los nuevos yacimientos de petróleo y gas.

El G7 se comprometió el año pasado a poner fin al financiamiento del carbón en el extranjero y algunos miembros acordaron poner fin a toda clase de financiamiento de los combustibles fósiles en el extranjero, no obstante, esta es la primera vez que los siete países llegan a un acuerdo global que abarca todos los combustibles fósiles.

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