Los tiroteos masivos en EU son cada vez más letales y frecuentes, indica un análisis
Flores colocadas en la banqueta cerca de la bicicleta de una niña mientras los miembros de la Unidad de Equipo de Respuesta de Evidencia del FBI investigan en el centro de Highland Park, un día después de que un hombre armado matara a siete personas e hiriera a docenas más. Foto: Ashlee Rezin/AP

En la mañana del 4 de julio, el presidente Joe Biden proclamó el día como uno para “celebrar la bondad de nuestra nación”.

Menos de una hora después de su tuit publicado a las 9:25 de la mañana EST, un hombre armado en un techo abrió fuego contra una multitud de espectadores reunidos para disfrutar un desfile del 4 de julio en un suburbio de Chicago. Mató a siete personas e hirió a decenas.

El tiroteo masivo perpetrado el lunes en Highland Park, Illinois, provocó una nueva angustia en una nación ya conmocionada este año por los asesinatos de estudiantes en Uvalde, Texas, y de clientes afroamericanos en Buffalo, Nueva York.

Si da la impresión de que los tiroteos masivos se han vuelto más frecuentes, esa intuición es correcta, según el análisis de datos realizado por el medio Project Marshall.

De acuerdo con una de las definiciones más conservadoras de los “tiroteos masivos”, en los que un hombre armado mata a cuatro o más desconocidos en un lugar público, el número de estos crímenes ha aumentado en los últimos años, y también presentan un mayor número de víctimas mortales.

Los tiroteos masivos representan solo una fracción de la cifra diaria de muertes por armas de fuego en Estados Unidos, país en el que cada día mueren aproximadamente 124 personas en otros actos de violencia con armas de fuego.

Nuestro análisis está basado en datos del Violence Project, un grupo de investigación sin fines de lucro que utiliza una definición estricta de lo que se entiende por tiroteos masivos adoptada por el servicio de investigación del Congreso, que asesora a los legisladores federales.

Treinta y uno de estas masacres ocurrieron entre 2017 y 2021, en comparación con las 24 ocurridas entre 2012 y 2016, según los datos del Violence Project. Comparamos periodos de cinco años a fin de poder medir las tendencias con el paso del tiempo, en lugar de concentrarnos en la disminución a dos incidentes en 2020, que los investigadores atribuyeron al confinamiento por el Covid-19, o el pico causado por el tiroteo masivo de 2017 en Las Vegas que dejó 58 muertos. En los últimos cinco años se ha registrado un mayor número de tiroteos masivos que en cualquier otro periodo de tiempo comparable que se remonte a 1966.

El Violence Project define los tiroteos masivos como incidentes aislados en los que mueren cuatro o más personas (sin incluir al tirador), cometidos en lugares públicos, como escuelas, tiendas o centros de trabajo. Excluye los asesinatos producidos a causa de la violencia doméstica, o en el curso de otro delito, como el robo a mano armada o la violencia de pandillas.

Según esta definición, se han producido cuatro tiroteos masivos en lo que va de 2022: Highland Park, Uvalde, Buffalo y Tulsa, Oklahoma, ciudad en la que un hombre armado irrumpió en el consultorio de un médico en un complejo hospitalario, matando a cuatro personas antes de quitarse la vida. El recuento sitúa al año 2022 al mismo nivel que el año pasado, cuando se registraron un total de seis tiroteos masivos.

A medida que los tiroteos masivos en Estados Unidos alcanzaban una cifra récord, también lo hacía el número de víctimas mortales y heridos. Entre 2017 y 2021, los autores de los tiroteos mataron a 299 personas, aproximadamente un tercio más que las 221 muertes en el periodo de cinco años que terminó en 2016. El número de personas heridas fue cinco veces mayor.

Gran parte del aumento tanto del número de muertes como de heridos era atribuible al tiroteo masivo más letal de la historia moderna de Estados Unidos, el cual ocurrió en 2017 en un festival de música en Las Vegas. Un hombre armado que portaba múltiples armas de asalto mató a 58 víctimas. Otras 887 personas resultaron heridas, entre ellas decenas de heridos por una estampida, según datos del Violence Project. Sin embargo, incluso excluyendo lo sucedido en Las Vegas, el número de muertes y heridos seguía siendo mayor en la última media década en comparación con los cinco años que terminaron en 2016.

El tiroteo masivo del 4 de julio fue el cuarto en menos de tres meses. En los cuatro sucesos, los autores utilizaron armas de gran potencia, según indicaron las autoridades policiales. El presidente Biden aprobó el mes pasado la medida de seguridad en materia de armas más importante en décadas, aunque la nueva ley no incluye la prohibición de las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, una cláusula que deseaban incluir Biden y los demócratas.

Nuestro análisis muestra que en los últimos cinco años, las armas de asalto han sido utilizadas en casi la mitad de los tiroteos masivos, en comparación con un tercio de ellos ocurridos en los cinco años anteriores.

No existe una definición nacional y jurídica de “tiroteo masivo”. Diversas organizaciones realizan un seguimiento de los tiroteos masivos, no obstante, utilizan diferentes criterios: algunas solo contabilizan los incidentes en los que mueren tres o más personas; otras evalúan los incidentes en los que mueren o resultan heridas al menos cuatro personas.

La falta de consenso sobre lo que constituye un tiroteo masivo provoca que sea confuso hablar del problema, y más aún intentar solucionarlo, comentó Jacob Kaplan, criminólogo de la Facultad de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton.

“Si tú tienes una definición de tiroteo masivo y yo tengo una definición diferente, realmente es difícil incluso tener una conversación”, señaló Kaplan. “No es que uno esté evidentemente en lo cierto, ni que esté evidentemente equivocado. Simplemente tienes que ser muy preciso en cuanto a lo que estás diciendo. Y eso es algo que suele perderse en los medios de comunicación y definitivamente con los políticos”.

Algunos investigadores destacan la importancia de incluir a los heridos además de las víctimas mortales en el análisis de los tiroteos masivos. Jaclyn Schildkraut, profesora de justicia penal en la Universidad Estatal de Nueva York con sede en Oswego, indicó que en los últimos años es más probable que las víctimas resulten heridas que fallecidas debido a la respuesta más rápida de la policía y los paramédicos y a los avances médicos. Schildkraut es la directora interina del Consorcio Regional de Investigación sobre la Violencia por Armas de Fuego, ubicado en el Rockefeller Institute of Government, un centro de estudios sobre políticas públicas con sede en Albany, Nueva York.

La profesora define un tiroteo masivo como un incidente ocurrido en un lugar público en el que hay múltiples víctimas, tanto heridas como fallecidas, y en el que el tirador elige a las víctimas al azar o “por su valor simbólico”, como los fieles afroamericanos de una iglesia. De acuerdo con este recuento, se han producido 402 tiroteos masivos con 3 mil 590 víctimas mortales o heridos desde 1966 hasta 2020, registrándose un marcado aumento en los últimos años. Más de la mitad de estos tiroteos –219– se produjeron en los centros de trabajo o en las escuelas de los perpetradores.

También han aumentado otros indicadores de tiroteos masivos en los últimos años.
El Gun Violence Archive, un grupo de investigación independiente, emplea una amplia definición de tiroteo masivo: un incidente en el que mueren o resultan heridas cuatro o más personas, sin incluir al tirador. Esta definición incluye los tiroteos relacionados con la actividad de pandillas, las peleas callejeras o la violencia doméstica.

El grupo contabilizó 2 mil 403 tiroteos masivos entre 2017 y 2021, con 2 mil 495 víctimas mortales y 10 mil 225 heridos. Los datos del grupo revelan un pronunciado aumento en los últimos años: 692 tiroteos masivos en 2021, un 66% más con respecto al total de 417 de 2019.

El grupo calculó 318 tiroteos masivos hasta las 15:00 horas del 5 de julio. Esto sitúa el año 2022 en vías de terminar como uno de los años más letales desde que el grupo comenzó a monitorear estos crímenes en 2014.

Al igual que el Violence Project, Everytown for Gun Safety define los tiroteos masivos como un incidente en el que mueren cuatro o más personas por arma de fuego, excluyendo al perpetrador.

Everytown contabiliza los incidentes que “ocurren tanto en espacios públicos como privados, que incluyen cualquier número de tiradores y que son el resultado de una gran variedad de motivos, como la violencia colectiva, la violencia doméstica o la violencia terrorista”. Según el recuento del grupo, se han producido 110 incidentes en los últimos cinco años, en comparación con los 96 registrados entre 2012 y 2016.

El FBI realiza un seguimiento de lo que denomina “tiradores activos”: uno o más individuos activamente involucrados en el asesinato o el intento de asesinato de personas en una zona poblada. Estos casos casi se han duplicado desde 2017, con 61 incidentes registrados en 2021 que dejaron 103 muertos y 140 heridos.

Este artículo fue publicado en colaboración con Marshall Project, una organización de noticias sin fines de lucro que informa sobre el sistema de justicia penal de Estados Unidos. Suscríbete a sus boletines y síguelos en Twitter, Instagram y Facebook.

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