Boris Johnson renuncia como líder conservador tras la revuelta del gabinete

Boris Johnson renunció a su cargo como líder de los conservadores y culpó al “comportamiento gregario” de los parlamentarios conservadores de haberlo expulsado del cargo, después de que una serie de ministros del gabinete le comunicaran que había perdido el apoyo del partido.

En una declaración pronunciada a las afueras de Downing Street, Johnson reconoció que “nadie es remotamente indispensable” y aceptó que la “voluntad del partido parlamentario conservador” era que él dejara el número 10.

Sin embargo, también indicó su intención de permanecer como primer ministro en tanto el partido elige a su sucesor, potencialmente hasta otoño, lo que desencadenó una reacción negativa inmediata entre los parlamentarios conservadores.

La declaración supone el fin de un extraordinario conflicto entre Johnson y los ministros del gabinete, entre ellos su nuevo canciller, Nadhim Zahawi, quienes lo instaban a renunciar en medio del enojo provocado por el caso de Chris Pincher y otros escándalos.

Acompañado por su esposa, Carrie, y varios partidarios conservadores, Johnson señaló que se sentía “triste por dejar el mejor trabajo del mundo” y aseguró que resultaba “excéntrico” cambiar de gobierno a estas alturas. “Lamento no haber acertado en esos argumentos”, comentó.

“Cuando el rebaño se mueve, se mueve”, dijo, en alusión a que el gabinete y los parlamentarios se movieron en su contra, al tiempo que rindió homenaje al “brillante sistema darwiniano” que provocó su caída. “Así son las cosas”, añadió. El primer ministro indicó que había “nombrado un gabinete para servir, como yo lo haré, hasta que haya un nuevo líder”, alegando el sentido del deber y la obligación con los ciudadanos.

Su renuncia dará inicio a una contienda por el liderazgo en los próximos meses, en la que Rishi Sunak, Ben Wallace, Liz Truss, Sajid Javid, Penny Mordaunt, Jeremy Hunt, Tom Tugendhat y Suella Braverman, entre muchos otros, probablemente se postularán para convertirse en primer ministro.

No obstante, los parlamentarios conservadores de mayor rango se oponen a la idea de que se permita que Johnson permanezca en el cargo durante más tiempo y desean que se nombre a un líder interino, como Dominic Raab. El Partido Laborista también indicó que forzaría la realización de una votación de confianza sobre el primer ministro a no ser que este renuncie a su puesto en el número 10 en poco tiempo.

El apoyo que recibió Johnson se redujo a medida que más de 50 ministros y asistentes del gobierno renunciaban a su cargo, mientras que un gran número de diputados sin cargo que anteriormente lo apoyaban declararon que no confiaban en su liderazgo.
La revuelta comenzó en la noche del martes con las renuncias de Sajid Javid y Rishi Sunak como secretario de Salud y canciller, respectivamente.

Johnson se enfrentaba a la perspectiva de una segunda votación de no confianza tan pronto como la próxima semana, dado que las elecciones para el ejecutivo del Comité 1922 de la bancada se llevarán a cabo el lunes y es probable que den lugar a un cambio en las reglas.

Su salida es consecuencia de tres años de escándalos, que incluyen la ira por su gestión de las acusaciones de acoso contra Pincher, el subjefe de grupo parlamentario; una multa impuesta por la policía por las fiestas organizadas en Downing Street durante el confinamiento, los intentos de cambiar el sistema de normas y las acusaciones de infringir el derecho internacional.

Johnson se convirtió en primer ministro en 2019, relevando a Theresa May con la promesa de “llevar a cabo el Brexit”. Tras ganar una mayoría de 80 escaños en las elecciones generales de diciembre de 2019, y retirar al Reino Unido de la Unión Europea, el primer ministro tenía en mente permanecer durante varios mandatos en el número 10.

Sin embargo, su liderazgo se derrumbó bajo una serie de acusaciones de corrupción y de omisión de la verdad, lo que contribuyó a la renuncia de dos de sus asesores de ética, Sir Alex Allan y Lord Geidt.