La Fed de Estados Unidos anuncia un nuevo aumento en las tasas de interés
Una pantalla de la Bolsa de Nueva York anticipó la medida de la Reserva Federal en la mañana del miércoles. Foto: Seth Wenig/AP

Con la economía estadounidense tambaleándose al borde de la recesión y la inflación en su punto más alto en las últimas cuatro décadas, la Reserva Federal de Estados Unidos anunció un nuevo aumento de 75 puntos base en sus tasas de interés de referencia el miércoles, lo que supone el segundo aumento en poco más de un mes.

En un comunicado, la Reserva Federal señaló que estaba “muy atenta a los riesgos de inflación”.

“Los indicadores recientes relativos al gasto y la producción se han atenuado. No obstante, el aumento del empleo ha sido sólido en los últimos meses y la tasa de desempleo se ha mantenido baja. La inflación sigue siendo elevada, reflejando los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, y las presiones más generales ejercidas sobre los precios”, indicó la Reserva Federal.

El banco central añadió que la guerra de Rusia contra Ucrania está “provocando tremendas dificultades humanas y económicas”, así como “una presión adicional al alza sobre la inflación” y un peso sobre la actividad económica mundial.

El banco central de Estados Unidos está subiendo de forma agresiva las tasas a niveles no observados desde mediados de la década de 1990, mientras lucha para frenar el aumento de los precios, los cuales subieron a una tasa anual del 9.1% en junio, la tasa de inflación más rápida desde 1981.

El alza eleva el costo de los préstamos de la Reserva Federal a entre el 2.25% y el 2.5% y constituye el cuarto aumento de tasas de la Reserva Federal este año. Esto ocurre en un momento en que los bancos centrales de todo el mundo pretenden aplacar el aumento de los precios con tasas más altas. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, indicó que se producirían más aumentos desmesurados en el futuro en caso de que no se logre controlar la inflación.

Powell comentó que no creía que Estados Unidos se encontrara actualmente en una recesión, sino que la Reserva Federal tenía que ralentizar el crecimiento a fin de controlar la inflación.

“No estamos intentando tener una recesión y no creemos que tengamos que hacerlo”, señaló Powell. “Creemos que existe un camino para que bajemos la inflación mientras mantenemos un mercado laboral fuerte”. No obstante, comentó que esperaba que el mercado laboral se debilitara en respuesta a las medidas de la Reserva Federal y que era esencial que se controlara la inflación. “La estabilidad de los precios es lo que hace que toda la economía funcione”, dijo Powell.

No obstante, las acciones de Wall Street experimentaron un fuerte ascenso después de que algunos inversionistas consideraran que las declaraciones de Powell mitigaban la preocupación de que este año se produjeran aumentos aún mayores de las tasas de interés. El índice Nasdaq, de gran peso tecnológico, subió más de un 4% y el índice de referencia S&P 500 subió un 3.9%, y ambos registraron sus mayores ganancias porcentuales en un día desde abril de 2020.

Hasta el momento, el aumento de las tasas de interés parece haber hecho poco para contener el aumento de los precios, y los costos de todos los productos, desde los alimentos y la renta hasta la gasolina, siguen siendo elevados.

La Reserva Federal no se reunirá de nuevo hasta septiembre, momento en el que se dispondrá de una mayor cantidad de datos económicos, y en el que su comité de decisiones debería estar más capacitado para comprobar si su política está funcionando.

El jueves se hará pública una importante medida de la economía, cuando el Departamento de Comercio publique su última encuesta sobre el producto interno bruto (PIB), una amplia medida que refleja el costo de una amplia gama de bienes y servicios en toda la economía estadounidense. Muchos economistas prevén que el crecimiento se ha desacelerado por segundo trimestre consecutivo, una guía utilizada por muchas personas para declarar una recesión.

No obstante, las recesiones son declaradas de forma oficial por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), un grupo de investigación que emplea una amplia gama de medidas, entre ellas el crecimiento del empleo, para decidir si la economía estadounidense se está contrayendo. La NBER suele hacer su anuncio mucho tiempo después de que haya comenzado una recesión, ya que evalúa otros factores económicos.

El crecimiento del empleo sigue siendo sólido, Estados Unidos incorporó 372 mil puestos de trabajo en junio y la tasa de desempleo se mantuvo baja, en el 3.6%.

Sin embargo, para muchas personas, dos meses de descenso del PIB constituyen un fuerte indicador de que la economía se encuentra en recesión. Michael Strain, director de estudios de política económica y miembro principal del American Enterprise Institute, de tendencia derechista, señaló esta semana que todas las últimas 10 recesiones registradas en Estados Unidos han estado precedidas por dos trimestres consecutivos de crecimiento económico negativo.

Ante la inminencia de las elecciones de medio mandato y la difícil lucha del gobierno de Biden para mantener el control del Congreso, la economía se ha convertido en el campo de batalla central.

Los republicanos han aprovechado los confusos datos económicos para culpar al gobierno de Biden de la desaceleración, acusando a los demócratas de “redefinir la recesión y minimizar las señales de alarma en la economía” en un “intento de negar la cruel economía que ellos han creado”.

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