Es posible que las vacunas contra la viruela no protejan contra la viruela del mono de por vida
Una clínica de vacunación contra la viruela del mono en Miami, Florida. Foto: Cristóbal Herrera/EPA

Es posible que las vacunas contra la viruela no protejan contra la viruela del mono de por vida, sugieren las investigaciones, y los expertos señalan que el VIH puede desempeñar un papel en la disminución de la protección de la vacuna con el paso del tiempo.

Los brotes de viruela del mono siguen apareciendo en todo el mundo, y la Organización Mundial de la Salud declaró la enfermedad como una emergencia de salud pública de importancia internacional.

Actualmente, la mayor parte de los casos registrados en los brotes actuales corresponden a hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres.

La vacunación con una dosis inicialmente desarrollada para proteger a las personas contra la viruela, una enfermedad relacionada pero más grave, se encuentra entre las medidas que se están tomando para controlar los contagios.

No obstante, aunque los expertos insisten en la importancia de que las personas con riesgo de contraer la viruela del mono acepten el ofrecimiento de la vacuna, ya que reduce la posibilidad de una infección sintomática y una enfermedad grave, es posible que la protección que ofrece la vacuna contra la viruela disminuya con el tiempo. Un estudio sobre los casos de viruela del mono en España reveló que 32 de los 181 pacientes fueron vacunados anteriormente contra la viruela en su infancia.

El Dr. Oriol Mitja, coautor de la investigación, indicó que, dado que la mayoría de los participantes que fueron vacunados contra la viruela recibieron la inyección hace más de 45 años, resulta razonable predecir que su protección habría disminuido. “Todo lo que puedo decir es que las vacunas aplicadas en la infancia pueden no proteger al 100% durante toda la vida”, señaló.

Jimmy Whitworth, profesor de salud pública internacional en la London School of Hygiene & Tropical Medicine, y que no participó en la investigación, se mostró de acuerdo.

Sugirió que podría haber varias razones de por medio, entre ellas que, aunque los virus son similares, no son idénticos, “por lo que es posible que la protección cruzada proporcionada no sea absoluta”, explicó.
Además, Whitworth señaló que el estudio estuvo basado en gran medida en la vacunación contra la viruela reportada por los propios participantes, lo que significa que podrían existir algunas inexactitudes.

Sin embargo, Mitja comentó que la mayoría de los médicos también examinaron las cicatrices, las cartillas de vacunación o que el paciente haya consultado a su madre.

Otra posibilidad, indicó Whitworth, es que el VIH pudiera desempeñar un papel. Según el estudio, el 40% de los casos de viruela del mono se registraron en personas seropositivas. Mitja explicó que la cifra era del 60% entre las personas que se vacunaron contra la viruela en la infancia, pero que igualmente se contagiaron de viruela del mono. “(Las personas con VIH) pueden haber sufrido alguna inmunodeficiencia, disminuyendo así la protección de la vacuna”, señaló Whitworth.

Laura Waters, presidenta de la British HIV Association, coincidió con esta opinión. “Aunque es probable que la eficacia de la vacuna contra la viruela disminuya en todas las personas, es posible que esto ocurra en mayor medida en las personas que tienen VIH, incluso en aquellas que tienen un VIH bien controlado y que están en tratamiento”, comentó.

Una investigación realizada por científicos estadounidenses, publicada en 2020, reveló que la respuesta inmunitaria de la vacunación infantil contra la viruela disminuía con mayor rapidez entre las personas que posteriormente se contagiaban de VIH.

El profesor Mark Slifka, de la Oregon Health & Science University, indicó: “Esta es una preocupación potencial que puede explicar la razón por la que podría haber más casos de viruela del mono derivados de las vacunas en estos brotes actuales”.

No obstante, pidió prudencia con respecto a la interpretación de los datos procedentes de España, señalando que la vacuna infantil contra la viruela aún puede haber proporcionado una inmunidad parcial contra la viruela del mono.

“Tampoco sabemos si los casos entre los individuos previamente vacunados fueron menos graves en comparación con aquellos que no se vacunaron previamente”, indicó Slifka, señalando que otro estudio realizado por su equipo que analizó un brote anterior de viruela del mono en Estados Unidos sugería que la vacunación infantil contra la viruela reducía la posibilidad de contraer la viruela del mono.

Un vocero del Terrence Higgins Trust comentó que se necesitan más investigaciones sobre la eficacia de la vacuna en personas que tienen VIH, añadiendo que la organización benéfica está solicitando a la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido que investigue si las personas que tienen VIH necesitan una segunda dosis de la vacuna. Los suministros limitados de la vacuna significan que por el momento solo se ofrece una dosis a las personas que corren riesgo de contraer la viruela del mono.

La vacuna contra la viruela que se está utilizando en muchos países, incluido el Reino Unido, no es la misma que se administraba hace décadas. Conocida como Imvanex en el Reino Unido y Jynneos en Estados Unidos, la vacuna no contiene el virus vivo, a diferencia de las vacunas anteriores, característica que la hace segura para las personas que tienen VIH.

El Dr. Carlos Maluquer de Motes, virólogo en la Universidad de Surrey, comentó que el actual brote de viruela del mono ofrecería datos importantes sobre cuánto dura la inmunidad que ofrece la vacuna contra la viruela.

“Ningún estudio ha podido medir la protección ‘real’ contra (la viruela) sencillamente porque una vez erradicada la viruela no existía la enfermedad”, señaló. Como la viruela del mono está estrechamente relacionada con la viruela, el brote actual podría ofrecer nuevas perspectivas.

El Dr. Maluquer de Motes añadió: “Aunque pensamos que la mayoría de los individuos se encuentran protegidos, es previsible que se produzcan variaciones naturales en la eficacia de la respuesta de la vacuna entre los individuos y que algunos de ellos sigan siendo susceptibles de contagiarse de la viruela del mono. Este panorama surgirá a medida que aumenten las cifras y se realicen estudios más amplios”.

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