Los 7 republicanos que podrían competir con Trump en 2024

El anuncio de Donald Trump de una tercera candidatura a la Casa Blanca no solo plantea serias interrogantes para el país que dividió contra sí mismo durante su derrota ante Hillary Clinton, sus cuatro caóticos años en el poder, su rencorosa derrota ante Joe Biden y su incitación a la insurrección del 6 de enero.

La entrada de Trump a la contienda por la candidatura presidencial republicana en 2024 plantea cuestiones existenciales para el propio Partido Republicano. Desde que las elecciones intermedias de la semana pasada no produjeron la esperada “ola roja”, dejando el Senado en manos de los demócratas y la Cámara de Representantes a duras penas bajo control del Partido Republicano, ha cambiado el panorama de las elecciones primarias.

A continuación, siete republicanos que podrían tener la oportunidad de derrotar a Trump para aspirar a la Casa Blanca, y uno que podría intentar impedir que vuelva a ganar.

Ron DeSantis

El gobernador de Florida es el único republicano que se ha situado mínimamente cerca de Trump en las encuestas relativas a la próxima candidatura, e incluso lo aventajó en una encuesta posterior a las elecciones intermedias. DeSantis también ha gozado de un éxito considerable desplegando políticas trumpianas y una teatralidad abiertamente cruel en su propio estado, lo cual lo llevó a una victoria arrolladora en la reelección. Los informes que sugerían que DeSantis sabía que no podría ganar una pelea directa con Trump y que rechazaría entrar al ring ahora parecen ser artefactos de una época política lejana, antes de que una gran cantidad de candidatos respaldados por Trump fueran derrotados en las elecciones intermedias. El tiempo también está del lado de DeSantis. Para 2028, año en que Trump tendría constitucionalmente prohibido postularse incluso aunque ganara esta vez, y con 82 años de edad en cualquier caso, DeSantis solo tendrá 50 años.

Mike Pence

El vicepresidente de Trump dejó clara su ambición, visitando estados clave, dirigiéndose a grupos conservadores y escribiendo un libro de memorias. Al mismo tiempo, ha intentado hacer pasar el proverbial camello por el ojo de la aguja metafórica, defendiendo la democracia mientras intentaba congraciarse con los seguidores del hombre que trató de ponerla en peligro, sus seguidores coreando “cuelguen a Mike Pence” mientras irrumpían en el Congreso. Pence salió de las audiencias del 6 de enero con la imagen de una especie de héroe, por negarse a bloquear los resultados de las elecciones. Su libro, So Help Me God, es más crítico con Trump de lo que se podría haber esperado y emerge en un mundo político diferente. Aun así, es difícil ver a un vicepresidente tan servil preparando una fuerte contienda en las elecciones primarias.

Ted Cruz

El senador de Texas, que fue el que más cerca estuvo de Trump en 2016, mantuvo una pizca de autoestima al negarse a doblegarse de forma inmediata, y aunque posteriormente aceptó su lugar en un partido en manos de Trump, ha mantenido su perfil como principal provocador de la extrema derecha del partido. Cruz es el único político que siquiera se acerca a Trump y a DeSantis en las encuestas relativas a 2024, aunque frecuentemente pierde también frente a Donald Trump Jr. Sin embargo, resulta difícil ver al tejano preparando una fuerte oposición, en parte por lo que dijo una vez el exsenador demócrata Al Franken: “Me agrada Ted Cruz más de lo que le agrada a la mayoría de mis otros colegas. Y odio a Ted Cruz”.

Josh Hawley

El senador de Missouri fue famoso por solidarizarse con los manifestantes que se encontraban afuera del Capitolio el 6 de enero, fue igualmente famoso por ser filmado huyendo cuando los revoltosos irrumpieron, y posteriormente votó infamemente para objetar los resultados en estados clave de todos modos. Al igual que Tom Cotton, el senador de Arkansas que podría estar arrepintiéndose de su decisión de no postularse para 2024, Hawley es alto, inteligente y un partidario de la línea dura que se deleita en “poseer a los liberales” e insta a la confrontación con China. A diferencia de Cotton, le gustan los trajes de diseñador o las playeras ajustadas y los pantalones de mezclilla. A sus 42 años, el momento de Hawley podría llegar cuando Trump ya no pueda postularse.

Glenn Youngkin

El gobernador de Virginia ganó un estado aparentemente de tendencia demócrata evitando el contacto con Trump, pero aplicando tácticas típicamente trumpianas, como afirmar que los progresistas estaban fuera de control en las escuelas, enseñando la teoría crítica de la raza a los niños. Ante el clamor de advertencia de los demócratas, ha intentado mantener su imagen relativamente cariñosa y abrigada. También atrajo los ataques racistas de Trump, un signo de prestigio en estos tiempos. Pero si Youngkin representa lo que se entiende por republicanismo moderado, no parece haber mucho espacio para él en un partido dominado por Trump y DeSantis.

Nikki Haley

La exgobernadora de Carolina del Sur ejerció bajo la presidencia de Trump como embajadora en las Naciones Unidas y renunció a su cargo después de poco menos de dos años, una salida relativamente digna de una administración que machacó reputaciones con la misma intensidad con la que Trump mastica Starbursts rosas y rojos. Al igual que Tim Scott, el único senador republicano afroamericano (que publicó sin darse cuenta un libro en el que decía que se iba a postular), Haley, de ascendencia india, aportaría una inusual diversidad a la contienda de las elecciones primarias. Al igual que Scott, para muchos observadores Haley parece tener más posibilidades de convertirse en compañera de fórmula de Trump o incluso de DeSantis.

Mike Pompeo

Mike Pompeo fue el primero de su clase en West Point, oficial del ejército en la época de la guerra del Golfo –aunque en realidad no participó en ella–, empresario, congresista del Tea Party por Kansas, director de la CIA y después secretario de Estado en el gobierno de Trump. Ahora es una opción muy remota para ser presidente, a pesar de admitir que está preparando el terreno. “Tenemos un equipo en Iowa, un equipo en New Hampshire y Carolina del Sur”, señaló Pompeo. “Y eso no es al azar. Estamos haciendo las cosas que uno haría para prepararse. Estamos intentando averiguar si ese (la Casa Blanca) es el próximo lugar en el que podemos servir”. Lo más probable es que no lo sea.

… y Liz Cheney

La congresista de Wyoming es de la realeza republicana, ya que es hija de Dick Cheney, vicepresidente de George W Bush. También es una conservadora rigurosa. Pero decidió durante el ataque al Capitolio que ya era suficiente. El hecho de oponerse a Trump la convirtió en la vicepresidenta del comité del 6 de enero, en una improbable heroína para los liberales y, en poco tiempo, en una excongresista, tras perder las primarias. Cheney no ha dicho que se vaya a postular, pero hay quienes piensan que, aunque no podría ganar las primarias, el hecho de figurar en las boletas electorales de los 50 estados como conservadora constitucional podría dividir a la derecha y lograr su objetivo: detener a Trump a toda costa.