El mejor arte y arquitectura de 2022

Las mejores exposiciones de arte de 2022 según Adrian Searle
5. Hew Locke: The Procession
Galería Tate Britain, Londres, hasta el 22 de enero

El trabajo encargado a Locke para 2022 en la galería Tate Britain fue, con diferencia, la obra más completa, ambiciosa y fascinante que he visto de este artista de 62 años. Alrededor de 150 figuras avanzaban a lo largo de las Galerías Duveen, muchas de ellas a pie, otras a caballo, algunas llevadas en brazos, una en silla de ruedas. Hubo sujetos con elegantes trajes y personajes que podrían haber salido de una pintura de Velásquez de la corte española. Otros lucieron feroces cabezas de animales o rostros como el monstruo de la laguna negra. Locke convirtió el Duveen en un espacio de ensueño, de carácter de carnaval, para encuentros a través del tiempo y las fronteras.

4. Vivian Maier: Antología
Galería MK Gallery, Milton Keynes

Casi desconocida en vida, Vivian Maier fue un enigma. Vagaba por las calles de Nueva York, Chicago y otros lugares en lo que ella denominaba “safaris fotográficos”, capturando la vida que la rodeaba, llevando su peculiar doble vida como niñera y fotógrafa callejera. Trasladándonos desde principios de los años 50 hasta 1986, Maier dejó más de 15 mil fotografías, muchas de ellas sin revelar en vida. Se llamaba a sí misma espía y, como toda buena espía, con frecuencia cambiaba la ortografía de su nombre y se daba a sí misma diferentes antecedentes. Con más de 140 imágenes en blanco y negro y en color, así como varias películas y grabaciones de audio, la primera exposición a gran escala de su obra en el Reino Unido, en la galería Milton Keynes Gallery, fue una maravilla.

3. Bienal de Venecia: La leche del sueño
Esta fue la primera Bienal de Venecia cuya exposición principal estuvo dedicada predominantemente a artistas mujeres, transgénero y no binarios. Sin embargo, el género por sí solo no impulsó La leche del sueño, cuyo título está tomado de la artista surrealista británica Leonora Carrington, que imaginó un mundo en el que las personas se transforman en alguien o algo más, ya sea humano, animal o máquina, y la identidad se vuelve mutable. Las pinturas de Carrington ocuparon uno de los diversos expositores temáticos o cápsulas del tiempo de la generosa exposición de la conservadora Cecilia Alemani. Al mismo tiempo un gabinete de curiosidades y una respuesta a la crisis, aquí también había esperanza y humor negro, y muchas sorpresas.

2. Van Gogh: Autorretratos
Courtauld Institute, Londres

Durante los tres años y medio que precedieron a su muerte en 1890, Van Gogh pintó alrededor de 35 autorretratos. El artista aparece con barba o bien afeitado, con el cabello corto o despeinado, con aspecto de enfermo o en proceso de recuperación, seguro de sí mismo, retraído, bebiendo o dejando de beber, o recuperándose de haberse envenenado comiendo pintura; o bien con las mejillas hundidas (le extrajeron 10 dientes en la ciudad de Amberes, lo cual le da un aspecto mayor que el de un hombre de 30 años), o con su dentadura postiza de goma vulcanizada. Se trata de un desfile de imágenes a veces desgarrador e inquebrantable que ofrece un índice de su desarrollo artístico y de su bienestar físico y estado psicológico.

1. Surrealismo más allá de las fronteras
Galería Tate Modern, Londres

La exposición Surrealismo más allá de las fronteras estaba repleta de conjunciones improbables y objetos inquietantes, mundos oníricos freudianos, pesadillas y fantasías. Lo que diferenciaba esta exposición –y su enorme catálogo– de las anteriores era que mostraba cuán amplio, extenso y diverso era el movimiento surrealista, y que incluía a músicos de jazz y poetas, a León Trotsky y a un sacerdote vudú, a compañeros de viaje del surrealismo y a raros solitarios, feministas, revolucionarios y visionarios. Los improbables encuentros y yuxtaposiciones de la exposición eran casi surrealistas en sí mismos. Surrealismo más allá de las fronteras fue una obra de erudición formidable y llena de descubrimientos.

Las mejores exposiciones de arte de 2022 según Katy Hessel
5. Antonia Showering: Mixed Emotion
Galería Timothy Taylor, Londres

La primera exposición individual de Antonia Showering en la galería Timothy Taylor Gallery fue todo un éxito. Con su característica paleta de color ocre oscuro –con toques de verde y el clásico azul de Alice Neel– plasma visualmente la sensación de intentar aferrarse a un recuerdo para siempre. Envueltos en un resplandor difuso, sus pinturas pueden resultar a la vez inquietantes y etéreas, macabras y protectoras. Infundidas con una paleta de colores ácidos y apagados, con gruesos empastes y pinceladas difuminadas, las pinturas de Antonia abordan temas universales a un nivel personal.

4. Louise Giovanelli: As If, Almost
Galería White Cube, Londres

Las pinturas de Louise Giovaenlli tienden un puente entre la historia del arte y las narrativas de la cultura pop moderna. La joven artista afincada en Manchester explora las tensiones existentes entre la representación y la abstracción, la ficción y la realidad, lo histórico y lo contemporáneo, la pintura y el mundo digital. Conservando la meticulosidad de las pinturas del Renacimiento y fusionándola con los videos musicales de los 80 y 90, los delicados y eléctricamente luminosos panoramas de Giovanelli ofrecen un lenguaje arraigado en la historia. Sus pinturas requieren otro tipo de mirada. Se revelan lentamente, marca por marca, sacándonos de la galería y llevándonos a otro mundo.

3. Soheila Sokhanvari: Rebel Rebel
Galería Barbican Curve, Londres, hasta el 26 de febrero

Deslumbrante con poca luz, la exposición de Sohelia Sokhanvari está llena de joyas hipnóticas de mujeres iraníes colocadas contra interiores caleidoscópicos. Sus miniaturas destacan las vidas de mujeres reales que fueron heroínas artísticas en el Irán anterior a la revolución y que trabajaron en la música, la poesía, el cine y el teatro. Acompañadas de una banda sonora cantada por las intérpretes Googoosh y Ramesh, nos recuerdan la resistencia de estas mujeres, ya que en el Irán actual –desde la revolución de 1979– sigue siendo ilegal cantar en público. Las mujeres de Sokhanvari parecen invencibles, y expresan su fuerza desafiante y su personalidad a través de sus marcos que parecen reliquias.

2. Marlene Dumas: Open-End
Palazzo Grassi, Venecia, hasta el 8 de enero

Llenas de color y rebosantes de sensualidad, las obras de Dumas exploran la vida, la muerte, el deseo y el dolor. La artista capta la vida en el momento, como si estuviéramos atrapados en medio de un movimiento, de un hundimiento o de una erupción. Explorando temas profundamente crudos y vulnerables como el sexo y la adicción, Dumas es una maestra en la captura de la emoción interna. Sumergiéndose en el lienzo (pinta directamente en el piso, por lo que se puede ver cómo se derrama la pintura), sus colores colapsan unos en otros, creando un mármol en su maravilla. Es como si pintara recuerdos o sueños: mundos que uno solo puede crear a través de la línea y el color. Ya sea trabajando a pequeña o a gran escala, sus imágenes poseen cierta fuerza que nunca he visto alcanzar a ningún otro pintor. Una exposición electrizante que debe verse en persona.

1. Tracey Emin: A Journey to Death
Galería Carl Freedman Gallery, Margate

Desgarradoras, conmovedoras, inquietantes, protectoras, las obras de la exposición de Emin representaban cuerpos monocromáticos que se hunden en sus líneas magulladas. Algunos desprendían un aire de otro mundo –algunos coronados con aureolas, otros evocando una constelación de estrellas–, mientras que otros estaban arraigados en el mundo real, representando la cruda realidad de la vida, los cuerpos de Emin transmiten los desgarradores acontecimientos que la artista ha presenciado en los dos últimos años. Acertadamente titulada, para mí la exposición versó sobre los ciclos de la vida, el cuerpo humano, nuestros estados mentales, las relaciones con nosotros mismos y con los demás. Trata de la decadencia y el declive, pero también del renacimiento y la regeneración.

Las mejores exposiciones de arte de 2022 según Jonathan Jones
5. Walter Sickert
Galería Tate Britain, Londres

Si te gusta el arte que calma el alma, la pintura que es bella y delicada, esto no era para ti. Sickert es un artista inquietante, de auténtica inquietud. Después de todo, no muchos pintores han sido acusados de ser Jack el Destripador. A pesar de lo absurdo que pueda resultar, este amplio estudio mostró cómo este pionero modernista trasladó el estilo de su héroe Degas a un Londres de salas de música y departamentos sórdidos, poniendo sus ojos implacables en hombres monstruosos que miran embobados a cantantes femeninas que se quedan solas en el centro de atención. Al fin y al cabo, aquí había compasión. Esta exposición fue como adentrarse en la tierra baldía de Eliot.

4. Howardena Pindell: A New Language
Kettle’s Yard, Cambridge desde Fruitmarket, Edimburgo

La grandeza del arte y la tragedia de la historia de Estados Unidos sobresalen de la brillante e impactante retrospectiva de Pindell. La artista oscila de forma sorprendente y deslumbrante entre la sensibilidad profunda y la ira visceral, desde sutiles reflexiones sobre el modernismo hasta una cólera que estremece el alma. Sus maravillosas abstracciones de los años 70 evocan los nenúfares de Monet y guardan similitudes con John Cage y Jasper Johns. Pero el racismo y la injusticia no la dejarían vivir en una torre de marfil estética. Recurrió a los videos polémicos y a las descarnadas pinturas históricas que cuentan la terrible historia de América desde Colón hasta los linchamientos. Emocionante y brutal.

3. Rafael
Galería National Gallery, Londres

Nadie nunca hará una serie de Netflix sobre Rafael ni le rendirá homenaje en una novela gráfica; razón por la que existe la National Gallery, para ofrecer una gran muestra como esta de un genio pasado de moda, pero eterno. Nacido con un don para la simetría y un anhelo de armonía, este joven huérfano perfeccionó su estilo en Madonnas que harían llorar a Richard Dawkins. Esta exposición te permite sumergirte en su fresco La Escuela de Atenas y en la embriagadora atmósfera de la Roma renacentista, donde compitió con Miguel Ángel y creó un sensual baño con calefacción para un cardenal. Sin embargo, lo que no puedo olvidar son sus conmovedores e íntimos retratos.

2. La ciudad quemada de Punchdrunk
One Cartridge Place, Londres, hasta el 16 de abril

Tuve la sensación de haber pasado horas dentro de una pintura de Anselm Kiefer después de experimentar este evento épico. Comienza con una exposición de antigüedades falsas, con etiquetas que traman una historia ficticia de arqueología y locura, antes de deambular a través de una vasta instalación que recrea los cafés, florerías y clubes nocturnos de una Troya fantástica en la que se materializan enigmáticos momentos de arte escénico. El acto final es un ritual demoledor y asesino del que el espectador es cómplice. Esto es tanto “arte” como “teatro”, y para mí marca el camino hacia dimensiones más profundas, sostenidas y poéticas dentro de la cultura visual contemporánea.

1. Cézanne
Galería Tate Modern, Londres, hasta el 12 de marzo

Comienza con un conmovedor autorretrato y una formidable naturaleza muerta: ¿cómo pintó este hombre inseguro obras tan irrefutables? Al final, el misterio no hace más que aumentar a medida que uno se tambalea bajo la fuerza intelectual y emocional de las últimas pinturas de Cézanne sobre la Montaña Sainte-Victoire. Y es que se trata simplemente de una alucinante serie de impresionantes obras maestras del más profundo de los artistas modernos. Cézanne comienza como un bohemio depravado con problemas sexuales. Después descubre algo en la naturaleza que lo fascina y tranquiliza. Mientras persigue esa sensación de significado y orden, inventa la abstracción. Una de las exposiciones más importantes de la historia de la Tate Modern.

La mejor arquitectura de 2022 según Oliver Wainwright
5. Birmingham: The Brutiful Years

En un momento en que la arquitectura de posguerra de Birmingham se encuentra más amenazada, esta apasionada carta de amor a la ciudad “brutiful” es una poderosa llamada de atención tanto a constructores como a concejales. Escrito por fanáticos aficionados de la arquitectura brutalista más que por historiadores de la arquitectura, el libro es el resultado de años de incansable campaña para crear conciencia de las cualidades que hacen que la segunda ciudad más importante del Reino Unido sea tan distintiva. Escrito con un entusiasmo contagioso, lleva al lector a través de las zonas comerciales de Brum de la posguerra, las torres de oficinas especulativas, los campus universitarios, las obras de arte público, las iglesias suburbanas y las enmarañadas intersecciones de las autopistas, presentando un poderoso argumento a favor de la conservación y la reutilización en lugar de la demolición hambrienta de carbono.

4. Edificio Marshall Building de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, Londres

Siguiendo con el tema de la arquitectura brutalista, los arquitectos irlandeses de la firma Grafton presentaron este año su última estructura robusta en medio del majestuoso entorno de Lincoln’s Inn Fields, en forma de una nueva y heroica adición al campus de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres. Tras la elegante fachada en forma de palacete, un conjunto de robustos árboles de concreto se ramifican hacia arriba para sostener una serie de íntimas salas de clases y espacios de investigación revestidos de madera. El conjunto de pisos abiertos está diseñado como una gran “cacerola convocadora de delicias”, en palabras de los arquitectos, con escaleras sociales que descienden en espiral hasta un enorme pabellón deportivo y salas de música subterráneas.

3. F51 Skatepark, Folkestone

Este año aterrizó en Folkestone una gran arca de aluminio, como si fuera un portacontenedores futurista encallado. Envuelta en una intrigante piel de malla metálica triturada, esta llamativa nave albergaba una primicia mundial: un parque de skate de varios pisos, un centro de escalada y un gimnasio de boxeo. Diseñado por el estudio de arquitectos Holloway Studio, con sede en Hythe, el edificio se deleita apilando las formas ondulantes de los distintos parques de skate, introduciéndote en un lugar en el que grandes cuencos de concreto sobresalen del techo y suelos de madera impecablemente trabajados se ondulan en sinuosas curvas. No está nada mal para un edificio que en un principio iba a ser un estacionamiento de varios pisos.

2. La línea Elizabeth, Londres

Después de 33 años y 18 mil 900 millones de libras, la línea Elizabeth por fin fue inaugurada este año, conduciendo a hordas de ansiosos pasajeros a un mundo blanco y aerodinámico de túneles y tuberías, digno de 2001: Odisea en el espacio, de Stanley Kubrick. Para todo aquel que esté acostumbrado a la claustrofóbica y chirriante red de metro de Londres, la pura sensación de escala y espacio es asombrosa. El trabajo de Grimshaw y Atkins ha creado un sueño sereno y libre de desorden. En la superficie, la arquitectura es más bien variada –y el complejo inmobiliario de Crossrail ha dado lugar a cosas realmente horribles–, no obstante, la experiencia en general hace que los desplazamientos por la ciudad constituyan un nuevo placer.

1. Bloqs

Un gran cobertizo en el barrio londinense de Edmonton podría ser un improbable aspirante a uno de los mejores edificios de 2022. Sin embargo, la llegada de Bloqs a este rincón poco querido del Lower Lea Valley es una revolución discreta. Este nuevo templo de la fabricación, situado junto a una tienda de autoservicio mayorista y un proveedor de cemento premezclado, ofrece maquinaria y estudios compartidos a precios asequibles en una “fábrica de libre acceso”, ya que la capital está perdiendo rápidamente espacios de trabajo industriales en otros lugares. Como ágil remodelación y ampliación de una bodega en ruinas, a cargo de 5th Studio, se trata de un modelo para un nuevo tipo de economía local productiva que podría replicarse fácilmente en todo el país.