El furor mundial por el colágeno está vinculado a la deforestación brasileña
El colágeno procede del ganado bovino, pero a diferencia de la carne de res, en la actualidad no existe la obligación de hacer un seguimiento del impacto ambiental del producto. Foto: Cícero Pedrosa Neto

Decenas de miles de reses criadas en explotaciones ganaderas que están dañando los bosques tropicales de Brasil son utilizadas para producir colágeno, el ingrediente activo de los suplementos alimenticios que se encuentran en el centro de una moda mundial de bienestar.

Los vínculos entre la carne de res y la soja y la deforestación en Brasil son bien conocidos, sin embargo se ha prestado poca atención a la floreciente industria del colágeno, cuyo valor se calcula en 4 mil millones de dólares (unos 70 mil millones de pesos).

Se puede extraer colágeno del pescado, el cerdo y la res. Sus usuarios más fervientes afirman que esta proteína puede mejorar el cabello, la piel, las uñas y las articulaciones, retrasando así el proceso de envejecimiento. Además de las marcas de belleza y bienestar, también lo utilizan empresas farmacéuticas y aquellas empresas que fabrican ingredientes alimenticios.

No obstante, una investigación realizada por The Guardian, Bureau of Investigative Journalism, Center for Climate Crime Analysis (CCCA), ITV y O Joio e O Trigo en Brasil descubrió que el ganado criado en explotaciones ganaderas que causaban deforestación era procesado en mataderos que abastecían a cadenas internacionales de suministro de colágeno.

Una parte de este colágeno puede ser rastreado hasta Vital Proteins, propiedad de Nestlé y uno de los principales productores de suplementos de colágeno bovino. Los productos de colágeno de Vital Proteins se venden en todo el mundo, incluidos Estados Unidos y Reino Unido.

Jennifer Aniston, actriz y directora creativa de Vital Proteins, definió el colágeno como “el pegamento que mantiene todo unido“. Asegura que lo utiliza desde hace años, y que lo añade a su café matutino.

Aunque hay estudios que sugieren que la ingesta oral de colágeno puede mejorar la salud de las articulaciones y la piel, la Facultad de Salud Pública de Harvard advierte que existen posibles conflictos de intereses, dado que la mayoría de las investigaciones, si no es que todas, están financiadas por la industria o las realizan científicos afiliados a ella.

Las empresas productoras de colágeno no tienen la obligación de hacer un seguimiento de su impacto medioambiental. A diferencia de la carne de res, la soya, el aceite de palma y otros productos alimenticios, el colágeno tampoco está contemplado en la próxima ley de diligencia debida de la Unión Europea y Reino Unido, diseñada para combatir la deforestación.

Nestlé indicó que las alegaciones planteadas no concuerdan con su compromiso de abastecimiento responsable y que contactó a su proveedor para investigar el asunto. Añadió que está tomando medidas para “garantizar que sus productos estén libres de deforestación para el año 2025“.

El colágeno bovino es descrito como un subproducto de la industria ganadera, la cual es responsable del 80% de la pérdida de selva amazónica en Brasil.

No obstante, la palabra “subproducto” es un término engañoso, según los activistas. Los productos no cárnicos, de los cuales la piel y el colágeno son los más valiosos, representan poco menos de la mitad del peso de una res sacrificada y pueden generar hasta el 20% de los ingresos de los empacadores de carne, según indica el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

En los últimos años, la demanda de carne de res, piel y colágeno ha propiciado una tala cada vez mayor de bosques para su sustitución por pastizales, a menudo en tierras confiscadas de forma ilegal.

La mayor parte de la deforestación provocada por la ganadería puede ser atribuida a los proveedores indirectos de las empresas, según indicó Ricardo Negrini, fiscal federal del estado de Pará, en Brasil, que supervisa los compromisos climáticos de los procesadores de carne de res.

El ganado suele ser trasladado de una explotación ganadera a otra para las distintas fases de cría, de modo que es posible que una res nacida en tierras deforestadas sea engordada para el matadero en una finca de destete-a-finalizado “limpia”. Sin embargo, Negrini comentó que, en la actualidad, todas las empresas cárnicas disponen de medios para rastrear el origen del ganado que compran.

Este artículo se realizó con el apoyo de la Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales del Centro Pulitzer.

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