“Si nos hubieran llamado a tiempo, habríamos salvado más vidas”: bombero en Ciudad Juárez
Activistas y migrantes afuera de la secretaría de Gobernación mexicana en Ciudad de México el 29 de marzo exigen que se lleve a cabo una investigación sobre el incendio en Ciudad Juárez. Foto: Alfredo Estrella/AFP/Getty Images

Cuando el teléfono de Isidro sonó después de su hora de acostarse, supo que solo podía significar que se había producido un incendio en alguna parte de Ciudad Juárez. El hombre que estaba al otro lado de la línea le dijo que se dirigiera al centro de detención de migrantes ubicado cerca del puente que une la ciudad fronteriza mexicana con El Paso, Texas.

Alrededor de las 22:20 horas del 27 de marzo, Isidro no sabía que se dirigía a una tragedia épica. Cuando llegó, rápidamente se cambió y se puso el equipo de bombero y corrió hacia la puerta del edificio en llamas, pasando junto a varios cuerpos sin vida que había en el exterior. No estaba seguro de si aquellos hombres seguían vivos.

“Uno de los bomberos me dijo: ‘Hay más personas adentro. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Rápido! Fue en ese momento cuando me di cuenta de que esto podía ser una tragedia”, comentó Isidro.

Pidió que no se revelara su verdadera identidad por motivos de seguridad, ya que a las personas que lucharon contra el incendio se les prohibió hablar con los medios de comunicación en el marco de una investigación federal. Isidro, que no es su verdadero nombre, le proporcionó a The Guardian algunas fotos del incendio y el audio de las llamadas relacionadas con el mismo para respaldar su versión de que estuvo implicado.

Según las imágenes de vigilancia verificadas por un ministro del gobierno mexicano, los guardias intentaron salir de las instalaciones mientras las llamas se propagaban y el humo llenaba una celda que albergaba a docenas de hombres migrantes latinoamericanos que no pudieron escapar. Murieron 40 migrantes, mientras que otros más de 20 resultaron heridos.
Isidro entró a una escena infernal.

“La gente no estaba gritando pidiendo ayuda. Habían estado inhalando dióxido de carbono generado por el incendio, por lo que la mayoría de los migrantes estaban inconscientes”, comentó en una entrevista exclusiva.

Empezó a sacar un cuerpo tras otro de las instalaciones. La mayoría de ellos parecía haber sucumbido al humo, contó, y él y sus compañeros bomberos encontraron a aproximadamente 20 apiñados en el cuarto del baño al que habían huido, abriendo la regadera para intentar disipar el humo que los sofocaba.

“Después de sacar a más de una docena de personas del edificio, vi a un hombre sentado encima de un excusado, en posición fetal. En realidad, no podía verle el rostro, pero me apresuré a entrar”, explicó Isidro.

“Lo agarré de los brazos y un compañero lo agarró de las piernas y, mientras lo sacábamos del edificio, el hombre abrió los ojos. Nunca dijo gracias, pero sentí que en ese momento sabía que sobreviviría”, añadió.

La fiscal federal Sara Irene Herrerías indicó que se estaba investigando las 40 muertes como presuntos homicidios, y acusó a las autoridades del lugar de no haber hecho nada para evacuar a las víctimas.

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Los dolientes transportan los ataúdes de las víctimas del incendio Miguel Rojche Zapalul y Francisco Rojche Chiquiva en Nahulate, Guatemala, el 12 de abril. Foto: Reuters

Recientemente, la Fiscalía General de la República presentó cargos contra Francisco Garduño, director del Instituto Nacional de Migración (INM), por presuntamente no haber prevenido el incendio letal, a pesar de las advertencias anteriores sobre las malas condiciones en las que se encontraban los centros de detención de migrantes.

Dos días después del incendio, el abogado local Javier Vásquez Campbell presentó una denuncia en representación de algunas de las víctimas contra Salvador González Guerrero, un alto funcionario del INM en el estado de Chihuahua, donde se encuentra Ciudad Juárez.

La denuncia, revisada por The Guardian, indicaba: “González Guerrero dio la orden a través de una llamada telefónica de que los migrantes ‘alojados’ en el lugar donde se inició el incendio no deberían ser liberados bajo ninguna circunstancia”.

No fue posible contactar a González Guerrero para que realizara comentarios. Los agentes federales lo buscan en virtud de una orden de arresto y desde finales de la semana pasada estaba considerado como prófugo, informó el periódico El Diario.

Vásquez Campbell también señaló que dos guardias del centro de detención y un funcionario de los servicios de inmigración lo contactaron poco después del incendio en busca de asesoría legal por temor a que pudieran convertirse en objetivos de la fiscalía federal.

Los grupos de derechos humanos han denunciado desde hace mucho tiempo las malas condiciones y el hacinamiento existentes en los centros de detención de migrantes de México. Algunas fotografías de baja calidad del interior del centro de detención situado en Ciudad Juárez, tomadas unas semanas antes del incendio y compartidas con The Guardian, mostraban docenas de literas ocupadas y a otros migrantes en colchones repartidos por el piso.

Según un comunicado de prensa emitido por el INM, había 68 migrantes de Centroamérica y Sudamérica detenidos en el centro el 27 de marzo. Un día después, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que el incendio comenzó cuando los migrantes prendieron fuego a unos colchones para protestar contra sus inminentes deportaciones.

Isidro recuerda haber visto los colchones en llamas mientras buscaba frenéticamente en el interior de las instalaciones de seguridad a alguien que aún mostrara signos vitales.

“Fue durante nuestro último recorrido por el centro, cuando nos asegurábamos de que no quedaba nadie, cuando me di cuenta de que no había salidas de emergencia ni extintores”, comentó Isidro.

Las condiciones dentro del centro de detención, como él observó, parecen violar la regulación federal implementada en 2011 con el objetivo de establecer normas para empleadores y trabajadores en caso de incendio.

Las normas exigen que los lugares de trabajo, incluidos los que se encuentran bajo jurisdicción federal, como los centros de detención de migrantes, exhiban carteles sobre riesgos de incendio, rutas de evacuación, salidas o escaleras de emergencia y detalles sobre dónde encontrar un extintor.

El 27 de marzo, Roberto Briones, director de Protección Civil de Ciudad Juárez, que supervisa el cuerpo de bomberos, declinó responder las preguntas sobre las condiciones imperantes en el interior del centro de detención. No obstante, anteriormente había indicado a los medios de comunicación locales que no recibió ningún informe sobre el inicio de un incendio en las instalaciones de inmigración.

Briones explicó que fue un capitán del cuerpo de bomberos quien vio que salía humo del centro de inmigración y llamó a la estación de bomberos.

Eso coincide con lo que Isidro sabe sobre el incidente y con un mensaje de audio de un miembro del cuerpo de bomberos que fue compartido con The Guardian.

Según Isidro, cualquier persona atrapada en un incendio tiene tan solo tres minutos para escapar de la muerte.

Tres semanas después del mortal incendio, López Obrador sugirió que la puerta del centro de detención permaneció cerrada mientras los migrantes se encontraban atrapados en su interior “porque la persona que tenía las llaves no estaba allí”.

Isidro cree que se podría haber evitado la tragedia si se hubieran mejorado las condiciones de seguridad y se hubiera reaccionado con mayor rapidez.

“Si nos hubieran llamado a tiempo, habríamos salvado a más personas”, señaló.

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