Estados republicanos envían tropas de la guardia nacional a la frontera de Texas y México
Un miembro de la guardia nacional de Texas observa de pie a los migrantes después de que cruzaran la frontera, visto desde Ciudad Juárez, México, el mes pasado. Foto: José Luis González/Reuters

Los gobernadores republicanos de 14 estados de Estados Unidos están enviando tropas de la guardia nacional y otro personal a la frontera entre Texas y México, en lo que constituye una demostración de fuerza que los defensores de la inmigración advierten que pone en peligro vidas humanas y los críticos denuncian como “trucos políticos”.

Ron DeSantis, de Florida, es el que ha enviado más tropas: mil 100 personas, entre ellas 500 de la guardia nacional y otras como agentes de policía, lo que supone un grupo unas diez veces mayor que el que envió el gobernador anti-inmigración en 2021.

Otros prometieron que las tropas están en camino o llegarán a la frontera en los próximos tres meses desde Arkansas, Dakota del Sur, Tennessee, Virginia y otros lugares, y los gobernadores utilizaron palabras como “crisis” o “zona de guerra” y acusaron al presidente estadounidense, Joe Biden, de “no repeler a los ilegales” en sus declaraciones públicas.

Su precipitación es la respuesta a la petición de refuerzos del gobernador de Texas, Greg Abbott, que citó una emergencia, en medio de sus reiterados desafíos a la autoridad federal en la frontera. Abbott indicó que desde 2021 “Texas ha gastado más de 4.5 millones de dólares en operaciones esenciales de seguridad fronteriza, y la legislatura de Texas contempla actualmente otros 4.6 millones de dólares para los próximos dos años”.

El personal estatal no tiene competencias para procesar a las personas que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México para solicitar asilo, algo que corresponde a la autoridad federal, y los expertos advierten que su presencia genera confusión, intimidación y puede ser peligrosa.

“En mi experiencia, hablando con migrantes, creo que ciertamente se sienten intimidados“, comentó Hanne Sandison, directora del programa de refugiados e inmigrantes de la organización sin fines de lucro Advocates for Human Rights.

Y añadió: “Tienen experiencias muy claras y coherentes de interacciones aterradoras con algún tipo de agente de las fuerzas del orden en la frontera. Creo que no siempre tienen claro quién es quién“.

Las tropas suelen hacer guardia en el lado estadounidense de las largas extensiones de concertina que han colocado a lo largo de las orillas del río que delimita la frontera, interceptando a las personas y ordenándoles que vuelvan a cruzar el Río Bravo hacia México, o que esperen a que lleguen los agentes federales fronterizos.

Entre los riesgos adicionales a los que se exponen las personas rechazadas se encuentra la posibilidad de volver a cruzar el Río Bravo, que en algunas partes llega hasta las rodillas y en muchas otras es potencialmente mortal, o que los traficantes de personas las lleven a puntos de cruce aún más peligrosos.

“Desafortunadamente, ambos gobernadores DeSantis y Abbott han utilizado herramientas de intimidación de muchas maneras diferentes en los últimos dos años y han puesto en riesgo la vida de los migrantes al hacerlo con el fin de ganar puntos políticos”, señaló Sandison.

El departamento militar de Texas indicó en un comunicado enviado a The Guardian que el personal de la guardia nacional de Florida que llegó a finales del mes pasado se desplegará aproximadamente desde El Paso, en el extremo occidental de la frontera entre Texas y México, hasta Eagle Pass, a 804 kilómetros al suroeste, e “incrementará las fuerzas donde sea necesario“.

“Después de la orientación, los miembros del servicio de la guardia nacional de Florida ayudarán a la guardia nacional de Texas y a nuestros socios de la policía de Texas a seguir previniendo, disuadiendo e interceptando la actividad delictiva transnacional entre los puntos de entrada”, indicó un vocero del departamento.

Shalyn Fluharty, directora ejecutiva del estudio jurídico Americans for Immigrant Justice, señaló que, según su experiencia, la mayoría de los migrantes con los que ha hablado cruzarán la frontera buscando activamente a un agente de la patrulla fronteriza al que puedan entregarse. No obstante, el hecho de añadir otro personal de las fuerzas del orden y mezclarlo con tropas de la guardia nacional de otros estados y otro personal de los cuerpos policiales resultaba desconcertante.

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Migrantes de pie cerca del Río Bravo después de cruzar la frontera, para pedir asilo en Estados Unidos. Foto: José Luis González/Reuters

Existe el derecho a solicitar asilo, independientemente de la forma en que se entre“, indicó Fluharty. “Y lo que ves una y otra vez son personas que en cierto modo se ven obligadas a entrar de esa manera porque no hay otra opción y cruzaron el río buscando a los agentes federales de inmigración, no intentando evitarlos”.

Y añadió: “Imagino que es sumamente confuso encontrarse con otros agentes de las fuerzas del orden que están ahí en la frontera y que, en realidad, no tienen la autoridad o, de manera más específica, la preparación necesaria para recibir a poblaciones altamente vulnerables que, tras huir de la persecución y el daño, buscan entregarse a las fuerzas del orden en busca de protección”.

Los otros estados que anunciaron sus planes de enviar tropas de la guardia nacional a Texas, aunque en un número mucho menor que Florida, son Dakota del Norte, Idaho, Nebraska, Iowa, Virginia Occidental, Ohio, Oklahoma, Carolina del Sur y Misisipi, con el objetivo de interceptar también el tráfico de drogas.

Durante los despliegues anteriores de tropas de otros estados en Texas, se ha informado que los miembros de la guardia solían tener poco que hacer y que además sufrían una baja moral.

Un agente de Texas con experiencia en patrullar la frontera, que habló con The Guardian bajo condición de anonimato, por temor a ser reprendido, comentó que los miembros de la guardia nacional de otros estados eran útiles y un “enorme elemento disuasorio” para la migración, y que a algunos disfrutaban cumplir con la misión, mientras que otros no.

“Muchos soldados y soldados de caballería se quejaban porque pasaban mucho tiempo lejos de su familia. Creo que uno de los problemas que tenemos en estos momentos es más una cuestión personal entre el personal destinado aquí, debido a que los están abandonando sus esposas. La dedicación al trabajo puede llegar a ser abrumadora para nuestras cónyuges“, explicó el agente, al tiempo que añadió sobre algunas tropas visitantes: “Les encanta lo que hacen y sienten que tienen un propósito, eran hombres que trabajaban en el comercio minorista y ahora están aquí (y) somos afortunados de tenerlos. Se convierten en una parte más de la comunidad”.

El programa estatal de seguridad fronteriza de Abbott, la Operación Lone Star, ha sido sumamente polémico por cuestiones como el trato que se da a los migrantes, las condiciones de las tropas, así como la autoridad legal del Estado, y el Departamento de Justicia (DoJ) inició una investigación al respecto.

El Departamento de Justicia declinó realizar comentarios.

Mientras tanto, DeSantis firmó una ley anti-inmigración el mes pasado poco antes de declarar formalmente su candidatura a la presidencia.

La ley penaliza a los ciudadanos de Florida que ayuden a inmigrantes indocumentados y dificulta que los inmigrantes encuentren trabajo, mientras que el gobernador provocó discusiones por organizar vuelos para trasladar a inmigrantes de Texas a Sacramento, California, y Martha’s Vineyard, Massachusetts, con supuestas falsas promesas de empleos y alojamiento acordados con antelación.

Se trata de seres humanos, no son peones políticos, y podemos y debemos actuar mejor como país“, comentó Sandison, y añadió: “Responder de esta manera es devastador y la gente sufrirá y morirá”.

Las oficinas de los gobernadores de Texas y Florida no proporcionaron comentarios.

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