La película Temporada de huracanes, de Netflix, agita el debate por la violenta representación de México

Un grupo de niños encuentra un cadáver en el río: la bruja del pueblo, degollada, retorciéndose entre serpientes. La escena inicial de Temporada de huracanes, una nueva película de Netflix basada en el libro de la novelista mexicana Fernanda Melchor, sumerge al espectador directamente en una versión tropical, anárquica y supersticiosa del Veracruz rural, el estado natal de Melchor.

México tiene un nivel de violencia poco frecuente en tiempos de paz, y Veracruz, según algunas estimaciones, es el estado con más víctimas de atrocidades en 2023. También suele estar entre los que más feminicidios registran. Temporada de huracanes explora la génesis de esta violencia, pero ha sido acusada de acercarse demasiado a la pornografía de la miseria con sus descripciones del sadismo cotidiano.

La historia empieza por el final, con el cadáver de la bruja, y luego retrocede en el tiempo, a medida que se suceden los puntos de vista de los que se encuentran en la periferia del crimen.

Melchor, que fue periodista, encontró la inspiración leyendo la nota roja.

“Abrí un periódico y vi la noticia del hallazgo de un cadáver que resultó ser la bruja del pueblo”, cuenta Melchor. “Y, más tarde, una segunda noticia que decía que tenían al asesino: el amante de la bruja. Había dejado a la bruja y ésta había maldecido a su nueva novia. Cuando se dio cuenta, la había matado”.

“Todo drama humano puede condensarse en una historia criminal”, añadió. “Pero en la nota roja, todo se cuenta deprisa. No hay contexto social, ni contexto político. Así que siempre pensé en escribir nota roja de forma literaria”.

Al principio, Melchor planeó llevar a cabo una investigación de no ficción siguiendo la línea de A sangre fría, de Truman Capote. Pero decidió que los riesgos de ir al pueblo y hacer preguntas eran demasiado grandes.

“Hacía demasiado calor”, dijo Melchor. “Así que decidí hacer ficción en su lugar, y llenar con mi imaginación los huecos que debería haber llenado la investigación”.

El libro se publicó en 2017. La traducción de Sophie Hughes fue preseleccionada para el premio International Booker 2020.

“Algo que me fascinó del libro de Fernanda fue cómo era un espacio imaginario para entender la violencia y de dónde viene”, dijo Elisa Miller, que adaptó y dirigió la versión cinematográfica. “Hay compasión por todos. No se juzga. Incluso para los más feos”.

Melchor cree que la película es más suave, más cariñosa, incluso, que su libro, una afirmación que podría chocar a cualquiera que solo haya visto la película. Ciertas escenas del libro nunca se rodaron, en parte por la preocupación de hacer pasar por ellas a jóvenes actores. “El libro es más desesperado y desolador que la película”, afirma Melchor.

La violencia representada en Temporada de huracanes puede ser extrema, pero la violencia como tema literario no es nada nuevo en México. Melchor afirma que siempre han ido de la mano: desde los escritores fundadores de la literatura mexicana moderna surgidos de la revolución, a principios del siglo XX, hasta la actualidad, con escritores como ella misma, Emiliano Monge, Luis Jorge Boone y Antonio Ortuño.

La violencia en México se disparó cuando comenzó la militarizada “guerra contra el narcotráfico” en 2006, y se ha mantenido alta durante el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzó en 2018. Más de 30 mil personas fueron asesinadas en 2022, por quinto año consecutivo.

“Creo que es natural que los escritores se centren en esta terrible realidad que estamos viviendo en México”, dijo Melchor. “Después de 15 años de esta guerra, esta guerra de baja intensidad con picos de violencia horrible aquí y allá, nos hemos acostumbrado. Ya ni siquiera se ve en las noticias. No sé si se trata de censura, o si simplemente ya no es noticia”.

Para algunos críticos, sin embargo, la fijación de Temporada de huracanes en la violencia y la miseria va demasiado lejos. “Nos quedamos con anécdotas de asesinatos, embarazos adolescentes, abortos clandestinos, violaciones, sangre”, escribió Alonso Díaz de la Vega. “La obsesión por el horror es tal que (…) nos impide ver un solo centímetro de la ciudad que no sea decadente”.

Otro crítico, Nicolás Ruiz Berruecos, describió la película como “un safari desde detrás de una ventana blindada”.

El libro suscitó un debate similar cuando salió a la venta hace seis años.

“¿Por qué filmar esta oscuridad? Es una pregunta que me hice a mí misma”, dijo Miller. “Hicimos la película con el deseo de atravesar la oscuridad. Algo así rompe la lente del privilegio”.

“Ojalá rompa el privilegio de quienes la vean”.

Traducción: Ligia M. Oliver

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