¿Es la caída de la tasa de homicidios en Ciudad de México demasiado buena para ser verdad?

El creciente número de desaparecidos en la Ciudad de México ha generado dudas con respecto a las cifras que arrojan las estadísticas de homicidios.

“Me gustaría pedirles que cierren los ojos”. “Imaginen a una mujer de 32 años, 1.65 metros de estatura. Delgada, de piel morena clara y brazos esbeltos con suave vello negro. Rostro ovalado y nariz de botón respingona. Ojos intensos, de color café. Ojos que expresaban alegría, rabia, calma y tristeza”.

La voz de Juana Laura Garrido vaciló, pero nunca se quebró, al describir a Viviana, su hermana, desaparecida hace casi cinco años en la Ciudad de México.

Garrido participaba en un seminario que pretendía arrojar luz sobre los miles de desaparecidos en la capital mexicana y cuestionar la versión del gobierno de la ciudad de que la seguridad ha mejorado drásticamente bajo su mandato.

Estas cuestiones podrían influir en las elecciones del próximo año, cuando Claudia Sheinbaum, quien dirigió el gobierno de la Ciudad de México desde 2018 hasta hace poco, se presente como candidata a la presidencia.

La violencia en México se disparó con el lanzamiento de la militarizada “guerra contra las drogas” en 2006, y se ha mantenido persistentemente alta durante el mandato del presidente, Andrés Manuel López Obrador, que comenzó en 2018.

Pero entre todo esto, la Ciudad de México parecía ser una anomalía.

Los datos oficiales muestran que las tasas de delitos de “alto impacto”, como el homicidio, el secuestro y el robo, han caído en general desde 2019, y que la percepción de inseguridad de los ciudadanos ha mejorado.

Lo más llamativo de todo es que los homicidios en la capital parecen haber caído a la mitad.

La tasa nacional de homicidios en México en 2022 fue de 25.2 por cada 100 mil habitantes, con más de 30 mil asesinatos por quinto año consecutivo, pero en la Ciudad de México la tasa ha caído a 8 por cada 100 mil, similar a la de ciudades estadounidenses como Los Ángeles y Phoenix.

Esto ha coincidido con un auge del trabajo a distancia en la Ciudad de México, ya que los nómadas digitales se trasladan en masa desde Estados Unidos y Europa para vivir en un lugar mucho más barato y, al parecer, tan seguro como sus países de origen.

Sheinbaum es la clara favorita para convertirse en la próxima presidenta de México como sucesora de López Obrador, y ha hecho de las mejoras de seguridad en la Ciudad de México una parte importante de su plataforma.

También ha sugerido que las políticas aplicadas en la capital podrían ampliarse a todo el país si llega a la presidencia.

Pero hay un dato que complica el panorama: el creciente número de desaparecidos en la capital. Cada año desaparecen cientos de personas, a veces más de mil.

Esto ha impulsado a los investigadores a examinar más de cerca la historia de éxito de la ciudad.

“Creo que es bastante probable que muchas de las personas desaparecidas hayan sido en realidad asesinadas”, afirma Elena Azaola, académica y miembro del consejo ciudadano de la Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México. “Y estos homicidios no se están contabilizando”.

La investigación de Azaola subraya que los datos oficiales sobre homicidios y desapariciones son tan fragmentarios e incoherentes que resulta difícil extraer conclusiones con seguridad.

El servicio forense de México, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística y el Sistema Nacional de Seguridad Pública compilan cada uno sus propios recuentos de homicidios y la mayoría de los años esos totales difieren por cientos.

Mientras tanto, cada año desde 2016, la causa de entre el 25 y el 47% de las muertes violentas no ha sido identificada, lo que hace difícil saber si fueron homicidios, suicidios o accidentes. Esta proporción es mucho mayor en la Ciudad de México que en cualquier otra parte del país, por razones que no están claras.

“Estas discrepancias e incoherencias son cada vez más graves”, afirma Azaola. “La única conclusión que tengo es que no sabemos (el verdadero número de homicidios)”.

Esta incertidumbre se aplica igualmente al número de desapariciones, donde varias instituciones tienen sus propios registros. Los periodos de los datos no se alinean perfectamente, pero en aproximadamente el mismo periodo de 2019 a 2023, sus totales oscilan entre unos mil y 10 mil desaparecidos.

Según la Comisión Nacional de Búsqueda, que tiene datos de hace décadas, parece que ha habido un repunte en el número de desapariciones en la Ciudad de México desde 2019. En los cuatro años anteriores desaparecieron 285 personas. Pero en los cuatro años posteriores, lo hicieron 3 mil 598 personas.

El gobierno de la ciudad argumenta que las cifras muestran, en cambio, que se están denunciando más casos desde que se crearon las comisiones de búsqueda a nivel nacional y de la ciudad en 2017 y 2019, respectivamente.

También es posible que el número de desapariciones esté inflado. Por ejemplo, algunas de las personas reportadas como desaparecidas sí aparecen poco después, pero sus nombres nunca se eliminan del registro.

Actualmente, la fiscalía de Ciudad de México, cuyos datos nutre a la Comisión Nacional de Búsqueda, está revisando el registro para eliminar estos casos.

“El problema es que hay presiones políticas para reducir el número de desaparecidos, así que no sabemos si harán un trabajo serio o responsable”, dijo Azaola.

La misma historia se repite a nivel nacional, donde López Obrador anunció un censo para revisar el total oficial de desapariciones, que ha superado las 110 mil.

Karla Quintana, quien encabezaba la Comisión Nacional de Búsqueda, renunció poco después de ese anuncio. “Su intención es muy clara y es lamentable: es reducir el número de desaparecidos, principalmente durante este gobierno”, dijo Quintana.

“Por ahora, de nuevo, la única certeza es: no sabemos (las cifras verdaderas)”, dijo Azaola.

El debate sobre estos datos parece que se intensificará en vísperas de las elecciones, ya que algunos defienden el historial del gobierno de la ciudad, mientras que otros sugieren que podría estar manipulando los datos.

“Con toda honestidad, estoy en medio de este debate, y no lo sé”, dijo Rodrigo Peña, director ejecutivo de Seminarios sobre Violencia y Paz. “Pero he empezado a cuestionar la forma en que no solo los académicos sino también los funcionarios han utilizado las estadísticas sobre delincuencia. Creo que hemos fetichizado la tasa de homicidios, y algunas autoridades han captado esto y se han obsesionado con reducir los homicidios, como si ésta fuera la palanca para reducir todos los delitos violentos.”

“Y hay gente para la que es importante que este asunto no esté en el punto de mira”, añadió. “Porque la buena impresión de la seguridad de la Ciudad de México importa para la elección”.

Traducción: Ligia M. Oliver

No te pierdas: La popularidad del presidente mexicano se dispara mientras el país sigue sumido en la confusión