Ataques aéreos de EU y Reino Unido obligan a las agencias a suspender ayuda en Yemen
Cerca de 21 millones de yemeníes, entre ellos 12.9 millones de niños, necesitan ayuda humanitaria. Foto: Yahya Arhab/EPA

Las agencias de ayuda han comenzado a suspender vitales operaciones en Yemen tras los recientes ataques de Estados Unidos y Reino Unido contra objetivos hutíes, en medio de advertencias de que una nueva intervención militar podría agravar una de las peores crisis humanitarias del mundo.

Una coalición de 23 organizaciones humanitarias que operan en el Estado del Golfo emitió una declaración conjunta el martes, advirtiendo de que la escalada militar comprometerá aún más su capacidad para prestar servicios esenciales, al tiempo que empeorará las condiciones de vida de millones de personas en Yemen.

La declaración del martes, publicada poco después de que se informara de que otro buque de carga había sido alcanzado por un misil frente a la costa de Yemen, decía lo siguiente: “Tras los ataques de Estados Unidos y Reino Unido, algunas organizaciones humanitarias se han visto obligadas a suspender sus operaciones por motivos de seguridad, mientras que otras evalúan su capacidad para operar.”

Su intervención se produjo días después de los ataques aéreos contra objetivos en territorio de Yemen por parte de Estados Unidos y Reino Unido tras los ataques del grupo armado hutí, respaldado por Irán, contra barcos que transitaban en el Mar Rojo. Los hutíes afirmaron que sus ataques eran un intento de presionar a Israel para que permitiera la entrada de más ayuda humanitaria en Gaza y que un alto el fuego israelí conduciría inmediatamente a la libre circulación de barcos.

Los ataques han provocado una alarma generalizada en un tambaleante país empobrecido y que la ONU lo describe como una de las peores catástrofes humanitarias del mundo. Unos 21 millones de yemeníes, dos tercios de la población, dependen de la ayuda para sobrevivir.

Save the Children, uno de los mayores grupos de ayuda en Yemen, con 700 empleados, dijo que se encontraba entre los que estaban evaluando sus operaciones. Shannon Orcutt, portavoz de la organización en Yemen, declaró a The Guardian: “Varios de nuestros principales socios ya han pausado (los servicios) porque están preocupados por la seguridad del personal.”

La declaración, que Save the Children firmó junto con el Consejo Noruego para los Refugiados, Saferworld y Relief International, entre otros, instaba a Reino Unido y Estados Unidos, junto con los hutíes, a priorizar la diplomacia “sobre las opciones militares.”

Y añadía: “La población y las infraestructuras civiles deben ser protegidas, y debe garantizarse la entrega segura y sin trabas de la ayuda humanitaria. En el contexto regional más amplio, también reiteramos el llamamiento a un alto el fuego inmediato y sostenido en Gaza para salvar vidas y evitar una mayor inestabilidad en toda la región.”

Las evaluaciones humanitarias provisionales tras los ataques de Estados Unidos y Reino Unido sugieren que millones de personas se enfrentan a desplazamientos generalizados, inseguridad alimentaria y acceso limitado a los servicios básicos. La declaración añadía que el impacto de la amenaza a la seguridad en el Mar Rojo “ya lo están notando los trabajadores humanitarios, ya que la interrupción del comercio está haciendo subir los precios y causando retrasos en los envíos de bienes vitales”.

Desde Yemen, Jared Rowell, del Comité Internacional de Rescate, advirtió que, si los retrasos en los suministros médicos urgentes continuaban durante uno o dos meses más, muchos yemeníes se quedarían sin “ayuda vital”.

El comunicado añadía: “Una mayor escalada podría provocar que más organizaciones se vieran obligadas a detener sus operaciones en zonas donde hay hostilidades en curso. Las repercusiones en infraestructuras vitales, incluidos puertos estratégicos, tendrían importantes implicaciones para la entrada de bienes esenciales en un país que depende en gran medida de las importaciones.”

“La escasez y el aumento de los costos de productos básicos, como los alimentos y el combustible, no harán sino empeorar la ya grave crisis económica, aumentar la dependencia de la ayuda e incrementar los riesgos de protección”.

Las 23 agencias de ayuda, entre las que también se encuentran el Consejo Danés para los Refugiados, MedGlobal y Adra Yemen, parecen pedir moderación al primer ministro británico, Rishi Sunak, y al presidente estadounidense, Joe Biden. “Los líderes políticos deben tener en cuenta las terribles consecuencias humanitarias de la escalada militar y abstenerse de llevar a cabo acciones que puedan desembocar en un nuevo conflicto armado a gran escala en Yemen”, se lee en el comunicado.

Por su parte, Baraa Shaiban, analista político sobre Yemen y miembro asociado del Royal United Services Institute, con sede en Londres, advirtió de que los ataques de Estados Unidos y Reino Unido contra la infraestructura militar hutí habían “vuelto a traumatizar” a millones de yemeníes.

Shaiban afirmó que los ataques habían reavivado la alarma que muchos sintieron hace ocho años, cuando Arabia Saudita y otros ocho Estados árabes, en su mayoría sunitas, respaldados por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, iniciaron ataques aéreos contra los hutíes.

“Les ha recordado cómo empezó todo en 2015, el miedo a lo que estos ataques podrían provocar. La preocupación para ellos es: ¿Significa esto otro conflicto?”

Un informe parlamentario del Reino Unido publicado días antes del ataque de Hamás a principios de octubre que provocó la ofensiva de Israel en Gaza, que en última instancia condujo a los ataques de la semana pasada contra objetivos hutí, proporciona una visión más clara de la cruda crisis humanitaria dentro de Yemen. En él se concluía que la inseguridad alimentaria era “elevada” y que alrededor del 60% de las personas con necesidades humanitarias, 12.9 millones, son niños.

Traducción: Ligia M. Oliver

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