Haití declara estado de emergencia tras doble asalto en prisiones: escapan miles
Haití declara el toque de queda tras la fuga de miles de reclusos. Foto: Screenshots video The Guardian

El ataque a dos prisiones en Haití se produce en medio de un estallido de violencia mientras el primer ministro intenta salvar las fuerzas de seguridad respaldadas por la ONU.

Haití ha declarado el estado de emergencia durante tres días y un toque de queda nocturno después de que bandas armadas asaltaran las dos mayores cárceles del país, permitiendo que más de 3 mil peligrosos delincuentes, entre ellos asesinos y secuestradores, escaparan de nuevo a las calles de la pobre y asolada por la violencia nación caribeña.

El ministro de Finanzas, Patrick Boisvert, que está al mando mientras el asediado primer ministro, Ariel Henry, está en el extranjero intentando salvar el apoyo a una fuerza de seguridad respaldada por la ONU para estabilizar Haití, dijo que la policía utilizaría “todos los medios legales a su disposición” para recapturar a los presos y hacer cumplir el toque de queda.

Haití declara el toque de queda tras la fuga de miles de presos. 

Jimmy Chérizier, un antiguo policía de élite conocido como Barbecue que ahora dirige una federación de bandas, ha asumido la autoría del aumento de los ataques. Dijo que el objetivo era capturar al jefe de la policía de Haití y a los ministros del gobierno e impedir el regreso de Henry.

El decreto de emergencia se emitió tras un fin de semana lleno de muertes que marcó un nuevo mínimo en la espiral de violencia de Haití. Al menos nueve personas habían sido asesinadas desde el jueves, entre ellas cuatro policías. Los objetivos han incluido comisarías, el aeropuerto internacional del país y el estadio nacional de fútbol, donde un empleado fue retenido como rehén durante horas.

Pero incluso en un país acostumbrado a la amenaza constante de la violencia, el ataque del sábado contra la penitenciaría nacional de la capital, Puerto Príncipe, produjo una enorme conmoción.

Casi todos los 4 mil reclusos que se calcula que había escaparon, dejando la prisión, normalmente abarrotada, inquietantemente vacía el domingo, sin guardias a la vista y con sandalias de plástico, ropa y muebles esparcidos por el patio de hormigón. Tres cadáveres con heridas de bala yacían a la entrada de la prisión.

En otro barrio, los cadáveres ensangrentados de dos hombres con las manos atadas a la espalda yacían boca abajo mientras los residentes pasaban junto a las barricadas montadas con neumáticos ardiendo.

No estaba claro cuántos reclusos estaban fugitivos, pero Arnel Remy, abogado de derechos humanos cuya organización sin fines de lucro trabaja dentro de la penitenciaría nacional, dijo en X que menos de 100 de los casi 4 mil reclusos permanecían entre rejas.

“Soy el único que queda en mi celda”, dijo a Reuters un recluso no identificado.

Fuentes cercanas a la institución dijeron que era probable que una “abrumadora” mayoría de reclusos se hubiera escapado. La penitenciaría, construida para albergar a 700 presos, tenía 3 mil 687 en febrero del año pasado, según el grupo de derechos RNDDH.

La BBC citó a un periodista local que afirmó que la inmensa mayoría de los cerca de 4 mil hombres allí recluidos se habían fugado.

Entre los que decidieron quedarse se encontraban 18 exsoldados colombianos acusados de trabajar como mercenarios en el asesinato en julio de 2021 del entonces presidente haitiano, Jovenel Moïse. El sábado por la noche, varios de los colombianos compartieron un video en el que suplicaban por sus vidas.

“Por favor, por favor, ayúdennos”, dijo uno de los hombres, Francisco Uribe, en el mensaje ampliamente compartido en las redes sociales. “Están masacrando a la gente indiscriminadamente dentro de las celdas”.

Una segunda prisión de Puerto Príncipe, con unos mil 400 reclusos, también fue asaltada.

La violencia del sábado por la noche parecía generalizada y varios barrios informaron de tiroteos.

El servicio de Internet para muchos residentes también estaba caído, ya que la principal red de telefonía móvil de Haití dijo que una conexión de cable de fibra óptica había sido cortada durante los desmanes. Los trabajadores consiguieron restablecer totalmente la conexión el domingo por la tarde.

En el espacio de menos de dos semanas, varias instituciones estatales han sido atacadas por las bandas, que cada vez coordinan más sus acciones y eligen objetivos antes impensables como el banco central.

Henry asumió el cargo de primer ministro tras el asesinato de Moïse y ha pospuesto repetidamente los planes para celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales, que no han tenido lugar en casi una década.

El primer ministro, neurocirujano, firmó la semana pasada acuerdos de reciprocidad con el presidente de Kenia, William Ruto, en un esfuerzo para salvar el plan de desplegar policía keniana en Haití.

En enero, el tribunal supremo de Kenia dictaminó que el despliegue era inconstitucional, en parte porque el acuerdo original carecía de acuerdos recíprocos entre los dos países. Henry se ha encogido de hombros ante las peticiones de dimisión y no hizo comentarios cuando se le preguntó si consideraba seguro volver a casa.

La policía nacional de Haití cuenta con unos 9 mil agentes para proporcionar seguridad a más de 11 millones de personas, según la ONU. Se ven habitualmente desbordados y superados por las bandas, que se calcula que controlan hasta el 80% de la capital.

Después de que las bandas abrieran fuego en el aeropuerto internacional de Haití la semana pasada, la embajada estadounidense dijo que suspendía todos los viajes oficiales al país. El domingo por la noche, instó a todos los ciudadanos estadounidenses a salir lo antes posible.

El gobierno de Biden, que ha ofrecido a Haití dinero y apoyo logístico, pero se ha negado rotundamente a comprometer tropas en ninguna fuerza multinacional, dijo que seguía con gran preocupación el rápido deterioro de la situación de seguridad.

Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, dijo que el último recrudecimiento de la violencia subrayaba la necesidad de que los países miembros trabajen rápidamente para apoyar y desplegar la fuerza multinacional de seguridad.

“Llevamos meses hablando de cómo los civiles en Haití y en Puerto Príncipe están básicamente atrapados por la violencia de las bandas”, declaró a los periodistas en la sede de la ONU en Nueva York. “Las escuelas están cerradas, los hospitales no funcionan, la gente sufre a diario”.

The Associated Press y Reuters contribuyeron a este reportaje.

Traducción: Ligia M. Oliver

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