El expediente secreto de la vacuna Sputnik V en Argentina
Vacuna rusa contra la covid-19, Sputnik-V. Foto: Ignacio Ortega/EFE.

La vacuna rusa Sputnik V es la gran apuesta de Argentina en la primera etapa de 2021. Al país han llegado 300,000 dosis y son las únicas, no ha aterrizado ninguna vacuna de otro laboratorio. Una investigación periodística realizada por el diario La Nación revela que el primer documento oficial usado para la aprobación de esta vacuna se basó en un comunicado de prensa y no en un informe científico.

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Además, el reportaje de Fabiola Czubaj y Pablo Fernández Blanco, detalla que los trámites se hicieron en tiempo récord, con intervalos de pocas horas y con escasa antelación al arribo del primer vuelo con la vacuna proveniente de Rusia.

El 18 de diciembre, la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti, y una comitiva de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) estaban en Rusia a la espera de los resultados de los estudios de la vacuna Sputnik V para adultos mayores de 60 años. Casi al mismo tiempo, el director nacional de Control de Enfermedades Transmisibles, Juan Manuel Castelli, firmaba un informe técnico sobre la eficacia de la vacuna.

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Fuente: La Nación

La base de este informe es un comunicado de prensa y fue firmado cuando aún había negociaciones en curso. “El día 14 de diciembre de 2020 se recibió el informe de prensa efectuado por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya en conjunto con el Ministerio de Salud de la Federación y el Fondo de Inversión Directa de Rusia”, comienza uno de los documentos analizados, que también señala que el ensayo se hizo en 22,714 voluntarios.

A su vez, ese mismo reporte se utiliza como validación científica de otro documento del expediente: una presentación de Khabriev Ramil Usmanovich, miembro de la Academia Rusa de Ciencia, del 17 de diciembre pasado, un día antes del texto que firmó Castelli. El trabajo se adjuntó al expediente en un archivo de Power Point.

Aterrizaje “de emergencia”

El 23 de diciembre llegaron las imágenes del primer cargamento de vacunas rusas. Mientras eso ocurría se aprobaron e intercambiaron entre el Ministerio de Salud y la Anmat por lo menos cinco documentos, incluido el dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos a favor de la aprobación del producto.

“El proceso no demoró más de una hora y media. Todo ocurrió entre las 11.11 y las 12.46 del día previo a la Nochebuena”, destaca el reportaje.

El primero de los documentos de esa serie explica que, hasta la llegada de la vacuna a Argentina, sólo 1,029 personas mayores de 60 años habían sido expuestas a la dosis. Y se recomendaba esperar más información.

Además, el expediente revela que la Dirección de Evaluación y Registro de Medicamentos se basa en el análisis de un borrador enviado por Rusia sobre un estudio intermedio del producto que, incluso, está sujeto a la revisión por parte del Ministerio de Salud. Y agrega que está vigente un Plan de Gestión de Riesgos (PGR), lo que “permitirá el monitoreo de la seguridad y la eficacia del producto, con especial atención a los posibles reportes de farmacovigilancia que pudieran presentarse sobre efectos adversos”.

La revisión al expediente de la aprobación arroja que, a diferencia de lo que ocurre con otras compras del gobierno, en este caso hay muchas páginas no visibles y sólo siete funcionarios tienen acceso a los papeles más sensibles.

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