‘Hay que darnos cuenta de que el fracaso es una estafa social’: Ignasi Giró
Foto: Koan

Dicen que los tropiezos son parte de la vida de todo ser humano. Sin embargo, parece que la sociedad actual condena como fracaso a todo intento fallido por lograr algo…y no debiera ser así, de acuerdo con el escritor Ignasi Giró.

Él prefiere que la gente viva en matices “porque ahí es donde la pasamos la mayoría de las personas la mayor parte del tiempo”. Esa forma de pensar lo llevó a escribir Teoría optimista del fracaso: un relato sobre el arte de saber tropezar, un libro “que no es de autoayuda, pero que me ayudó escribirlo”.

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Este texto está compuesto por anécdotas, frases de personajes como el músico uruguayo Jorge Drexler o el poeta chileno Pablo Neruda y tiene como fin “vernos y juzgarnos con mayor benevolencia”, además de desterrar la idea de ponernos etiquetas ante eventualidades vitales como el desempleo, el desamor o un negocio fallido.

“Tenemos que darnos cuenta de que el fracaso es una estafa social, que nos dejan a todos en el lado de los vencidos. No puede ser que hayan tan poquitos vencedores. Es el libro que he necesitado escribirme a mí mismo y luego lo compartes a otras personas y les puede aportar. Nos estamos haciendo trampas en solitario”, reconoce Giró en entrevista con La-Lista.

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El escritor catalán explica que los seres humanos solemos encasillar a los vencedores como seres independientes, que han logrado escalar a la cima solos, sin ayuda de su entorno, hecho que es falso, “una trampa”.

“Todos sabemos que es muy tramposo (que hayan triunfadores totales), porque cuando abres la cortina y llamas a la puerta del supuesto vencedor, te responden: ‘¿Vencedor? ¿Quién?’. Entonces, tenemos la necesidad de idealizar ciertos perfiles, pero en el fondo hay que renovar los matices. No hay un vencedor total, todos somos vencedores y perdedores en momentos distintos. Esa definición es cambiante: lo que muchas veces puede parecer una derrota, muchas veces es una semilla de cosas estupendas”, señala.

Giró advierte que así como no hay que dejarse encerrar por el fracaso, también hay que resguardarse de las victorias, “porque es mejor levantar la bandera de los matices” y ver las ganancias en los vínculos que se crearon tanto en las alegrías como en las tristezas. Según el escrito, los nexos humanos que se forman son el verdadero triunfo”.

“El primer elemento que siempre miro es con cuántas personas me ha conectado esa experiencia, ya sea éxito o fracaso. Hay que ver tu contribución al mundo, si has cambiado al mundo, si haces que las cosas sean mejor. La felicidad son tres ejes: las conexiones humanas, la riqueza de esa red, la contribución del tipo que sea y el aprendizaje. Si buscas temas más materiales -como el sueldo o los likes-, te empieza a tomar un pulpo gigante porque ese vacío no se puede llenar y caes en una insatisfacción crónica”, considera.

Redes sociales, otra estafa

Las redes sociales, los likes, las conversaciones y hasta peleas suelen contribuir a la liberación de dopamina, según diversos estudios y especialistas en el tema. Esas herramientas de comunicación pueden contribuir a la sensación de sentirse menos que el resto de los cibernautas, a juicio de Giró, quien también le dedica un capítulo de su libro a este tema.

“Las redes sociales son otra estafa de dimensiones universales. Producen una sensación de que todo mundo está mejor que nosotros, porque te olvidas de que no estás viendo la realidad de tus contactos, sino el deseo de lo que les gustaría que fueran. ¿Cómo protegerse? Intento limitar el tiempo que paso en ciertos redes, poner filtros en tu percepción, mirar Instagram como una ficción o una película”, dice el autor.

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Añade que “está demostrado que cuando entras y ves los likes tienes un chute psicológico. El ser humano necesita aprobación, porque es un ser social. Alguien que te dice que no depende de nadie es el peor fracaso que puedes tener en tu vida. Defiendo la interdependencia a fondo”.

No es un libro de autoayuda

Giró evita calificar a su libro como un ejemplar más de autoayuda, porque “ha sido de monoayuda”, por la catarsis que vivió al escribirlo. Además, el autor no cree que la lectura de un texto, por sí misma “sea capaz de resolver los problemas de las personas”.

Ignasi retrocede en el tiempo y refiere en que hubo un tiempo en el que las cosas iban mal en el terreno personal, laboral y su vida de pareja. Por eso, se puso a escribir.

“Con treintaitantos años vuelves a casa de tus padres. Cosas que pensabas a los 14 años que tendrías, no tienes ni una. Escribí una carta que decía: Querido Ignasi eres un fracasado y me exponía. Ese artículo tuvo millones de lecturas, tuvo una ola de comentarios. Escribir este libro fue como quitar un tapón que en 4 o 5 meses ya estaba hecho”, asegura.

¿Con qué reflexión quiere Giró que sus lectores se queden tras leer Teoría optimista del fracaso: un relato sobre el arte de saber tropezar?

“Que salgan con ganas de hacer cosas sin sufrir. Las cosas nunca están terminadas, hay que ponernos en acción y que se abra una conversación sobre el fracaso para que nos veamos con una actitud más benevolente, que nos juzguemos con mucho más cariño, porque nos lo merecemos y estamos cautivos de un termómetro que nos deja del lado del fracaso”, anhela.

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