A la crisis de vacunación se sumó un reto más: la pandemia de Covid-19
Foto: Ernesto Guzmán Jr/EFE.

Hace un año, México ya enfrentaba una crisis de vacunación: había un rezago de aproximadamente 40%, la distribución y la cobertura eran limitadas, su presupuesto disminuía y la compra de vacunas se complicaba. Además, en el país había brotes de enfermedades como el sarampión, los grupos antivacunas tomaban fuerza y no se consideraba sumar nuevos antígenos a la cartilla nacional. 

Todas estas señales apuntaban a un reto que podría convertirse en un problema grave. Y a esta ecuación, de por sí complicada, se sumó un desafío más: la pandemia del nuevo coronavirus. Cuando el 27 de febrero de 2020 se confirmó el primer caso de Covid-19 en México, la palabra ‘vacuna’ no se contemplaba como una opción para hacer frente a lo que se convertiría en una emergencia sanitaria. 

Pero ese mismo mes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó a más de 300 expertos de 48 países para hablar, entre otras cosas, sobre la investigación y el desarrollo de vacunas y tratamientos candidatos. Fue el banderazo para acelerar la investigación. De manera aislada surgían noticias sobre la creación de vacunas en Rusia, en Estados Unidos, en China. Dos meses después se supo que eran 70 las que estaban en desarrollo. 

Los números de contagios y fallecidos crecían, igual que la cifra de vacunas candidatas. La esperanza de detener la pandemia de Covid-19 dependía de los científicos que, a marchas forzadas, daban forma al antígeno. Cuando surgieron los primeros resultados de eficacia, los países comenzaron a reservar sus dosis para la población. México fue uno de ellos, en mayo el gobierno comenzó a buscar, negociar y comprar vacunas de Pfizer, AstraZeneca, Cansino, Sinovac, Sputnik V y de la plataforma Covax para inmunizar a los más de 126 millones de mexicanos. 

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Hasta ahora, el país ha pactado y pagado los anticipos de 234.3 millones de dosis, de las cuales han llegado 3.3 millones. La compra es un paso, el otro es concretar la aplicación. El Plan Nacional de Vacunación ha evidenciado las brechas que México ya tenía en esta materia. Lograr la distribución y la cobertura se ha convertido en otra prueba.

Los incumplimientos de las entregas de dosis y el desabasto, la falta de organización, el influyentismo en la aplicación y la desinformación son los nuevos retos de la vacunación en el país. Son las brechas por cerrar para que cada vez más personas reciban la inyección en el brazo.

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