Un año de confinamiento por Covid-19: los aciertos y los errores en México
Paramédicos ingresan a un enfermo con síntomas de Covid-19 al Hospital General en Ciudad Juárez, Chihuahua. Foto: Luis Torres/EFE.

El 28 de febrero de 2020, un día después del primer caso confirmado de Covid-19 en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que su gobierno estaba preparado para enfrentar la pandemia. “Según la información que se tiene, (no es) algo terrible, fatal, ni siquiera es equivalente a la influenza”, dijo.

Luego de un mes la percepción era distinta. El 23 de marzo, el gobierno federal anunció el inicio de la fase tres de la emergencia sanitaria: la Jornada Nacional de Sana Distancia. Este llamado pidió de manera masiva el confinamiento de todas las personas para evitar la transmisión del virus. Todos, salvo los que participaban en actividades esenciales, debían quedarse en casa.

Las escuelas cerraron y las oficinas se desocuparon. Los museos, cines, teatros y establecimientos comerciales pararon sus actividades. Los sistemas de transporte público disminuyeron sus operaciones. Y las calles y avenidas casi se vaciaron, tan sólo en la Ciudad de México la circulación de autos disminuyó 62%.

Para Xavier Tello, analista de políticas de salud, la medida llegó tarde y ese fue el primer error. Al inicio, dice, el gobierno mexicano subestimó la pandemia de coronavirus y no decretó una emergencia epidemiológica desde que se reportó el primer caso de Covid-19, además no se hicieron pruebas masivas como lo recomendó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por eso quisieron seguir el modelo centinela, porque pensaron que iba a tener un comportamiento de una infección respiratoria igualito o análogo que la influenza”, enfatiza en entrevista para La-Lista.

Te puede interesar: Semana Santa y elecciones, los retos de América para evitar nueva ola de Covid

Aunque tarde, la serie de medidas sanitarias que reiteró la autoridad –como el quédate en casa, la sana distancia y el lavado constante de manos– fue un acierto: porque contribuyó a modificar el comportamiento de la pandemia, asegura el médico epidemiólogo Carlos Alberto Pantoja Meléndez.

De acuerdo con el modelo de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sin las restricciones de movilidad el crecimiento de los casos se hubiera disparado (sería como la curva color naranja) y la trayectoria que siguió la emergencia sanitaria fue más lenta (como la línea azul).

Un año de confinamiento por Covid-19: los aciertos y los errores en México - Captura-de-pantalla-2021-03-22-a-las-20.23.41
Modelo del comportamiento de la pandemia de la UNAM durante la primera ola de contagios de Covid-19 en México

Para el 5 de mayo, Hugo López-Gatell aseguró que la velocidad de la pandemia ya había disminuido y la curva de contagios se había aplanado. En ese entonces, los casos confirmados de Covid-19 sumaban 24,905 y los fallecimientos por esta enfermedad eran 2,271. 

“Comparado con lo que hubiéramos tenido si no hubiéramos hecho las intervenciones principalmente masivas de la Jornada Nacional de Distancia habríamos tenido muchos más casos y en una forma muy precipitada en el tiempo”, aseguró el subsecretario de Salud. “Hemos reducido cerca del 60 al 75% de la cantidad de contagios gracias a estas intervenciones y eso es lo que se puede ver ahí”.

Ante el término de la Jornada Nacional de Sana Distancia, el 1 de junio comenzó el camino hacia la nueva normalidad, donde a través de un semáforo de riesgo epidemiológico la Secretaría de Salud le dio un color a cada estado para la reactivación de sus actividades. Esto con base en los indicadores del comportamiento de la pandemia en en la región. 

Para ese día, México había acumulado 93,435 enfermos confirmados de coronavirus, así como 10,167 defunciones. Parecía que todo volvería a su cauce.

Lee también: El Índice de Seguridad Sanitaria Global que se doblegó ante el Covid-19

Segundo pico, segundo confinamiento 

En diciembre de 2020, autoridades federales y locales alertaron de un repunte de contagios, sobre todo en la Zona Metropolitana del Valle de México. Las medidas se habían relajado, lo que derivó en un error en la estrategia.

Frente a este panorama, el 18 de diciembre, el Estado de México y la Ciudad de México llamaron a un segundo confinamiento y cerraron todas las actividades no esenciales con un semáforo rojo. Para especialistas que han seguido el manejo de la pandemia en el país, este segundo llamado es un acierto, porque puso freno a una ola de contagios que tomaba velocidades superiores.

Derivado de las fiestas decembrinas, en la segunda quincena de enero de 2021 se alcanzó un tope 10,072 hospitalizados en la zona metropolitana, que estuvo muy cerca de la capacidad máxima de 11,642 camas que tiene ese sistema de salud. 

Para el 20 de ese mismo mes, la CDMX alcanzó el 90% de ocupación hospitalaria. A nivel nacional había un 1.6 millones de casos confirmados y 144,371 defunciones por Covid-19. 

Un año después del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia, Pantoja Meléndez señala que el alza de contagios está directamente relacionada con la congregación de gente en reuniones privadas o fiestas. Prueba de ello fue la segunda ola de enfermos que derivó de las fiestas decembrinas. 

Te puede interesar: Los problemas de sueño pueden ser un factor de riesgo para el Covid

El epidemiólogo refiere que el riesgo de un repunte de casos no está en que las personas salgan de casa, sino en la relajación de las medidas sanitarias, principalmente desde el inicio de la campaña de vacunación el 24 de diciembre del año pasado. 

Ya debemos intentar regresar a la vida normal con medidas de precaución, porque si no va  ser un cuento de nunca acabar. Las vacunas que hay hasta ahorita evitan los cuadros graves, no lo contagios”, advierte.

Síguenos en

Google News
Flipboard