Elecciones 2021: Los 4 móviles de la violencia electoral
Rivalidad política y combate a la delincuencia son dos de las razones detrás de los atentados contra quienes participan en procesos electorales.
Rivalidad política y combate a la delincuencia son dos de las razones detrás de los atentados contra quienes participan en procesos electorales.
Las elecciones del 6 de junio confirman que el teórico militar del siglo XIX Carl von Clausewitz sigue vigente, cuando aseguraba que la violencia es el medio de la política cuando se terminan palabras.
Hasta abril suman 443 las víctimas de la violencia electoral, según los datos de la consultora Etellekt. De estas, 79 fueron mortales. Es el segundo proceso electoral más violento del siglo en el país.
Esto significa que a los mítines, los panfletos y las gorras con el logo del partido se suman los SMS intimidatorios y los balazos en el kit de herramientas para determinar el voto.
“La pregunta que tenemos que hacer es ¿por qué matan a un candidato en México?”, reflexiona el director de la consultora, Rubén Salazar. “Pienso en cuatro posibles cuestiones”, añade, en relación a los móviles detrás de este tipo de violencia.
1.- La batalla por la candidatura
Cuando el enemigo está en las propias filas de los partidos o las coaliciones. Surge en los procesos de designación de los candidatos y hay rivalidad entre los aspirantes.
“Suelen darse mucho en temas de género, cuando mujeres (aspirantes a) candidatas quedan inconformes por procesos de designación. Hay veces que ponen a un hombre, se inconforman y surgen actos de violencia”, explica Salazar.
2.- La batalla por el voto
En este caso, la violencia se convierte en una herramienta para pelearse el voto entre formaciones y coaliciones. De los casos más recientes que alcanzaron titulares en la prensa nacional fue el del municipio de Metepec, en el Estado de México.
La candidata a la alcaldía de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-Panal), Gabriela Gamboa, fue denunciada ante la fiscalía por presuntas amenazas contra la hija de su contrincante de la coalición Va por el Estado de México (PRI-PAN-PRD), Fernando Flores.
El caso se supo por la filtración de un audio donde presuntamente se le escucha diciendo: “Nos vamos a confrontar, cabrón, y vengo por reelección. ¿Y sabes con la niña qué puedo hacer, verdad? la hija de Fernando”. En su defensa, Gamboa aseguró que el audio estaba manipulado.
“En esta elección ha habido menos violencia letal que hace tres años, con 152 (muertos). Hay más agresiones pero menos homicidios. Esto te habla de que la polarización anda más fuerte”, asegura el experto de Etellekt. Siete de cada 10 agredidos son de partidos opositores a los gobiernos estatales, según la consultora.
3.- El combate a la corrupción o la delincuencia
En este rubro, además de actores políticos participan los criminales. La semana pasada llamó la atención el caso de la candidata a presidenta municipal en Valle de Bravo, Zudikey Rodríguez, para la coalición PRI-PAN-PRD. El 25 de mayo retomó la campaña tras unos días de retiro por presuntas amenazas de muerte que venían de la organización criminal La Familia Michoacana.
“Es una candidata ejemplar, una persona limpia. No es del PAN, pero en él nos sentimos orgullosos de ella”, dice el presidente de Acción Nacional en el Estado de México, Jorge Inzunza.
El partido forma parte de la Mesa Política que instaló el gobierno del estado para exponer demandas, sobre todo, en materia de seguridad. Se creó el 25 de mayo, cuando el proceso electoral ya era el segundo más violento desde el año 2000. “Probablemente hemos fallado en (adoptar) medidas pero (la violencia) se agravó mucho en los últimos 15 días”, asegura Inzunza.
En ese instituto político no tenían ningún protocolo de protección a sus aspirantes y candidatos más que la instrucción de no caer en provocaciones, ser respetuosos y no agredirse entre contrincantes. Inzunza dice que la violencia está concentrada en entre 8 y 10 municipios del sur del Estado de México, principalmente, por la presencia de grupos criminales.
En la reunión de la Mesa Política del 26 de mayo, pidieron vigilancia permanente en las carreteras y diálogo sostenido para reportar cualquier señal de riesgo. Sin embargo, desde el PAN no se han acogido a la Estrategia de Protección en Contexto Electoral del gobierno federal, presentada apenas el 4 de abril pasado, un día antes del inicio de la campaña. Desde el blanquiazul, no confían que en unas semanas resuelvan lo que el Gobierno de México no ha resuelto en tres años.
“En este país hay dos horarios. De 7 a 9 de la mañana todo esta ‘requetebién’ y protegen a los candidatos”, sostiene el dirigente panista en alusión a la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. “De 9 en adelante, el proceso está violentado, hay muertos, amenazas, presión y donde el exembajador de Estados Unidos en México asegura que el 40% del territorio nacional esta bajo grupos criminales”.
El jueves, la Secretaría de Gobernación insistió en el marco de una reunión con los mandatarios de las entidades que el país está en condiciones para un cierre de campaña pacífico. “En casi la totalidad de los municipios, distritos electorales, federales y locales, y en las 32 entidades federativas, prevalecen condiciones de paz, tranquilidad y confianza para que las campañas concluyan sin mayores contratiempos y para que la jornada electoral ocurra con la normalidad democrática a la que todas y todos estamos comprometidos”, afirma en un comunicado su titular, Olga Sánchez Cordero.
4.- El dinero en juego
En este móvil, el interés que está en riesgo con la elección es económico. Es el caso de los asesinatos a defensores de territorios con recursos naturales y cuando la política se convierte en el único modus vivendi.
“Por correlación estadística, hay más violencia en municipios con población en pobreza, porque lo único que da dinero es el narco o la política”, explica Salazar. Ello explicaría por qué hay más casos de amenazas y asesinatos en los estados del sur o donde el turismo no es una industria potente.
Desde septiembre hasta abril, las entidades con más candidatos agredidos han sido Veracruz (45), Guerrero (23) y Oaxaca (20) y Michoacán (20), según Etellekt. No obstante, la crisis económica derivada de la pandemia amplió el mapa de la violencia electoral puesto que se han dado casos en zonas que han visto caer sus ingresos de, por ejemplo, el turismo.
“El caso de Puerto Morelos me llamó la atención, porque (Quintana Roo) no es un estado pobre”, reflexiona el analista. Se refiere al asesinato del aspirante a candidato para la presidencia de ese municipio por el PVEM, Ignacio Sánchez.
Entonces era secretario de Desarrollo Social y el elegido para suceder a la ahora presidenta saliente y candidata a diputada federal por la coalición que encabeza Morena, Laura Fernández. Lo ejecutaron la mañana del 24 de febrero en un café.
Hoy, Blanca Merari, la esposa de Sánchez, ocupa la candidatura a la presidencia municipal y ella también ha denunciado ser víctima de amenazas durante la campaña.
Estos cuatro posibles móviles tras la violencia electoral destronan al crimen organizado como el único causante de la violencia electoral en México.
La violencia en la mañanera
El presidente Andrés Manuel López Obrador lleva días cuestionado sobre el tema en la conferencia de prensa que da cada mañana. El pasado viernes hizo un llamado a la paz e invitó a los medios de comunicación a que se abstuvieran de avivar el fuego con noticias sensacionalistas.
“Como hay ahora una polarización política obvia, porque se agrupó todo el conservadurismo en contra de nuestro proyecto y los medios han tomado partido, pues todo esto se magnifica. Es normal, es un asunto de la temporada”, dijo.
Un día antes, se refirió a la “mafia de la delincuencia organizada” y de la “delincuencia de cuello blanco” como los autores materiales e intelectuales de las agresiones.
“A veces pienso que es un eufemismo para hablar de la narcopolítica”, asegura Salazar, sobre el último término. “Cuando dicen que es el crimen o el narco, sin pruebas, lo hacen para soslayar no solamente su responsabilidad en el tema, sino hasta la complicidad, diría”.
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