Leonardo, ‘seductor de mujeres’: ¿por qué no aceptamos que Da Vinci era gay?
La nueva serie que se enfoca en la relación del gran artista con su musa y supuesta amante Catarina da Cremona no tiene evidencia histórica para fundamentarse.
La nueva serie que se enfoca en la relación del gran artista con su musa y supuesta amante Catarina da Cremona no tiene evidencia histórica para fundamentarse.
La mujer en la vida de Leonardo da Vinci al fin tendrá su merecido. El nuevo drama llamado Leonardo, estrenado el 16 de abril en Amazon Prime, saca a Caterina da Cremona de las sombras. Presentada como su “musa” e interpretada por Matilda de Angelis de The Undoing, esta olvidada mujer del Renacimiento aparece en las imágenes publicitarias en un diálogo íntimo con Aidan Turner como Leonardo. Parece que están a punto de hacer un Poldark.
Tal vez habrás escuchado rumores de que el gran hombre del Renacimiento era gay. Esa no es la historia completa, según el escritor de la serie Steve Thompson. “Algunas de sus relaciones fueron con hombres; esas fueron relaciones significativas”, le dijo a Variety. “Pero tal vez la relación más significativa en su vida fue con una amiga, una mujer, con quien era muy cercano, y nosotros presentamos eso”. Miren cómo argumenta una base histórica para los encuentros entre De Angelis y Turner. Aunque Leonardo es presentada como una historia de misterio, aseguran utilizar este recurso para alcanzar la realidad de quién fue Leonardo.
Pero Caterina es una ficción, una fantasía, un completo pedazo de basura, inventada por un romántico del Siglo XIX y por alguna razón le fue dada una enorme y poco convincente credibilidad por un biógrafo moderno, Charles Nicholl.
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Si los creadores de Leonardo querían un personaje femenino fuerte, tenían bastantes opciones históricas. Claramente se llevaba bien con Cecilia Gallerani, amante del regidor de Milán, y a quien retrató con un visón bastante fálico, tal vez para simbolizar su poder sobre los hombres. También fue amigo de Isabella d’Este, regidora de Mantua y conocedora del arte. Pero aún más fascinante fue su encuentro con una tal Lisa, esposa del mercader fiorentino Francesco del Giocondo. Se dice que consiguió que músicos tocaran para ella y él la entretenía con chistes mientras posaba para la pintura que conocemos como la Mona Lisa. ¿Qué es lo que le parecía tan misterioso de ella? Pero no hay evidencia sólida de que hubiera mantenido una relación romántica con una mujer, sexual o platónica.
Su reputación de amar a los hombres jamás se ha escondido. El libro de Giorgio Vasari La vida de los artistas, publicado por primera vez en 1550, sugiere que estaba enamorado de su asistente Salaì, “quien estaba dorado de gracia y belleza, con el cabello rizado que deleitaba a Leonardo”. Los chismes se solidificaron en historia social cuando se encontraron documentos al inicio del Siglo XX que mostraban que Leonardo fue acusado de “sodomía” ante los magistrados florentinos en 1476.
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Toda la evidencia muestra que el sexo entre hombres era común en los talleres de la Florencia renacentista. La acusación de sodomía contra Leonardo se realizó ante la Oficina de la Noche (¡qué nombre tan fantástico!), una agencia de crímenes sexuales establecida en 1432 para contrarrestar lo que se consideraba como un vicio específicamente florentino. Los registros de la Oficina de la Noche, brillantemente analizados por el historiador Michael Rocke, revelan que en los días de Leonardo, “la mayoría de los hombres locales al menos una vez en sus vidas fueron oficialmente acusados de participar en relaciones homosexuales”.
En cuanto a Leonardo, él vivía con su séquito de asistentes guapos y pupilos, los vestía a ellos y a sí mismo con ropas de lujo incluyendo medias rosas y moradas, y dibujaba estupendos desnudos masculinos.
Pero para algunas personas eso deja algunas cosas fuera sobre su vida. Entonces su amorío con una mujer de Cremona se inventó durante la época romántica. Un escritor italiano aseguró haber visto una mención, en los cuadernos de Leonardo da Vinci, de su amante llamada “La Cremona”. El pasaje no aparece en ninguno de los cuadernos sobrevivientes de Leonardo. E incluso en la época romántica, nadie se lo creyó.
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Estoy tratando de comprender por qué alguien estaría tan desesperado como para desenterrar esta endeble historia. Pero uno de los biógrafos modernos de Leonard, Charles Nicholl, intentó resucitarla. Nicholl observó una sola palabra, “Cremonese”, en una lista de nombres en los papeles de Leonardo en la Colección Real y afirmó que podría tratarse de La Cremona. Nicholl después especula que Leonardo, quien hubiese tenido 57 años en ese momento, dormía con esta trabajadora sexual del norte de Italia. No pudo haber pintado desnudos femeninos sin experimentar el amor heterosxual, afirma. Es como si la homosexualidad de Leonardo fuese incompatible con la universalidad de su arte. Ahora la nueva serie incrustará tal idea en la cultura popular.
En lugar de asombrarse con Turner y De Angelis, por qué mejor no ir a la National Gallery, una vez que vuelva a abrir, y mirar a La virgen de las rocas de Leonardo. La figura más hipnótica ahí es un ángel cuyos cabello rizado coincide con la descripción que Vasari hizo de Salaì, y cuyo pálido rostro es mágicamente andrógino. Este ángel es la pintura más hermosa y alegre en todo el Reino Unido. El Leonardo que quiero ver en la pantalla es el hombre que lo pintó.