Fundación de Pablo Neruda busca rescatar las casas del poeta
Las casas de Pablo Neruda en Chile están tal cual las dejó el poeta. Foto: AFP / Martin Bernetti

Tras sufrir dos años por la pandemia, la fundación que administra el legado de Pablo Neruda pidió apoyo económico para garantizar el funcionamiento de las tres casas-museo del poeta en Chile.

Las dos casas en la costa central de Chile, en el balneario de Isla Negra y en el puerto de Valparaíso, y otra en el centro de Santiago, a los pies del cerro San Cristóbal, son uno de los principales atractivos turísticos del país, visitadas cada año por unas 350 mil personas.

Pero la pandemia obligó a cerrar las puertas de las tres casas que el poeta construyó o remodeló, pudiendo reabrir -con aforos y otras restricciones sanitarias- recién en septiembre del año pasado. Hoy, reciben apenas un 15% de las visitas que tenían antes.

“Estamos en una situación muy compleja”, dijo el presidente de la Fundación, Fernando Sáez, en un encuentro con periodistas de medios extranjeros. 

Durante el cierre de las casas, el personal se redujo el salario a la mitad y se lograron mantener las labores de limpieza y seguridad.

Pero hoy las cuentas no dan ni para proseguir con el normal funcionamiento ni para acceder a uno de los proyectos más atractivos para la Fundación: abrir un nuevo espacio dedicado a la obra del poeta con una extensión de mil metros cuadrados al frente de “La Chascona”, la casa en pleno barrio bohemio de Santiago que Neruda adquirió y bautizó en honor de su tercera esposa, la soprano Matilde Urrutia, a la que se refería con ese apodo por su larga cabellera pelirroja.

“No quiero pensar en el hecho de que se cierren las casas de Neruda”, agregó Sáez, apesadumbrado por la falta de recursos.

Antes de la pandemia, solo por el pago de las entradas a las tres casas, la Fundación recibía hasta 250 millones de pesos mensuales (unos 320 mil dólares) y otros 200 mil dólares por concepto de derechos de autor del poeta, ganador del premio Nobel de Literatura en 1971.

Saéz reconoció que golpearon sin éxito las puertas del anterior gobierno del conservador Sebastián Piñera y de varias empresas para obtener financiamiento, pero no tuvieron éxito. 

Las tres casas del poeta permanecen tal como las habitó y dejó Neruda. “La Chascona” en Santiago, “La Sebastiana” en Valparaíso y la casa de Isla Negra, en la costa central, fueron diseñadas y adornadas especialmente por su inquieto dueño, que armó en cada una de ellas un mundo propio cargado de fantasías.

Todas tienen al mar como protagonista, con decoraciones que se asemejan a un barco, y albergan sus innumerables colecciones, que van desde botellas y caracolas hasta originales “calienta-pies” y mascarones de proa, acumulados en sus múltiples viajes por países y continentes.

Neruda murió el 23 de septiembre de 1973, a los pocos días del golpe de Estado que derrocó a su gran amigo, el socialista Salvador Allende. Las causas de su muerte, atribuidas oficialmente al agravamiento de un cáncer, son investigadas por la Justicia chilena tras una denuncia de que pudo ser envenenado.

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