Cinéfilos del mundo, ¡uníos!
La Huelga es una de las cintas de temática obrera favoritas de los cinéfilos. Foto: Cortesía Mosfilm

Fijado como día de remembranza de la lucha obrera, el Día Internacional del Trabajo fue instaurado en 1889 durante la llamada Segunda Internacional socialista, para recordar la matanza de los mártires de Chicago, huelguistas que fueron asesinados en 1886.

Desde entonces, esta celebración se lleva a cabo en todo el mundo. El cine, como herramienta de denuncia, no es ajeno a las luchas de los trabajadores en el planeta, por lo que a lo largo de la historia se han creado numerosas historias conmovedoras sobre el movimiento obrero.

Lo mismo con las incendiarias historias soviéticas que con la sutil elegancia de los títulos finlandeses o las apasionadas diatribas italianas, hay muchos títulos que reivindican la figura del trabajador para elegir. Descubre nuestra selección.

La Huelga

Cansados de la explotación que padecen, los obreros de una fábrica del régimen zarista planean y ejecutan una huelga, que es apoyada por sus familias y los ciudadanos del lugar. Sin embargo, los patrones reclutan esquiroles y agitadores, provocando una revuelta que es sangrientamente sofocada por el ejército.

Fue el primer largometraje realizado por el cineasta Sergei M. Eisenstein. La maestría en el montaje ejecutado por Eisenstein en esta cinta y perfeccionado en toda su obra, lo consagró como uno de los más importantes directores de todos los tiempos.

Esta cinta se considera clave en el desarrollo del movimiento conocido como Realismo socialista soviético, que proponía la concientización de las masas populares a través del cine.

Tiempos modernos

Charlot es un obrero que trabaja en una línea de producción automatizada, lo que le provoca una crisis nerviosa que le lleva a ser internado en un hospital psiquiátrico. Tras escaparse del nosocomio, es confundido con un comunista y llevado a la cárcel. En el camino, se enamora de una chica detenida por robar un pan.

Aunque es considerada la última película silente de Charles Chaplin, se pueden apreciar algunas voces, las cuales siempre provienen de aparatos como teléfonos o altavoces. Por su temática social, esta cinta fue empleada por los detractores del cineasta británico como una muestra de su filiación comunista.

Fue la última incursión de Charlot, inmortal personaje vagabundo encarnado por Chaplin, en el cine. Sus palabras finales -y primeras- fueron ‘vamos, sonríe’.

Metrópolis

Metrópolis es una ciudad del futuro, donde la sociedad funciona de forma correcta y con estabilidad. Sin embargo, este estado armónico oculta un oscuro secreto, que es develado por un joven que se enamoró de una guapa mujer.

Dirigida por Fritz Lang, se dice que la escena del control obrero inspiró el orden marcial instaurado en la Alemania nazi. En el rodaje de esta cinta se emplearon alrededor de 37 mil extras, de los cuales 25 mil eran hombres, 11 mil mujeres, mil 100 calvos y 750 niños.

Este filme ha inspirado a otros clásicos: su nombre fue retomado por los creadores de Supermán para nombrar la ciudad en la que vive el Hombre de Acero y el robot C3PO, de La Guerra de las Galaxias, está inspirado en el androide que aparece en esta producción.

La Chica de la Fábrica de Cerillos

Iris es una joven reservada que trabaja como obrera en una fábrica de cerillos, vive con sus padres y no tiene vida social. Luego de salir una noche, queda embarazada por lo que se empeña en que el padre de su hijo esté con ella.

De acuerdo con el cineasta Aki Kaurismäki, la idea de esta cinta nació mientras vagaba sin sentido por las calles. Kaurismäki señala que el largo título de la película tenía como objetivo que fuera fácilmente olvidable.

Es el último filme de la ‘Trilogía del Proletariado’, ciclo de cintas hechas por el cineasta finés en torno al ambiente obrero de su país.

Todo Comienza el Sábado

Arthur es un joven obrero que soporta anodinas jornadas en un empleo sin futuro sólo por esperar el fin de semana, mismo que aprovecha para irse de juerga con Brenda, su novia, quien pronto le dice que está embarazada. Las cosas se complican con la aparición de Doreen, chica de quien Arthur se enamora.

Para preparar su papel, el protagonista Albert Finney aprendió cómo usar un torno mecánico. La fábrica que aparece en la cinta, dirigida por Karel Reisz estaba dedicada a la producción de bicicletas en la época en que se rodó este proyecto.

Esta película es fuente de inspiración recurrente de la banda de rock Arctic Monkeys; tanto que los nombres de algunas de sus canciones retoman frases de la cinta.

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