Acusaciones ensombrecen la nueva edición de festival de ópera
La nueva edición del Festival de Ópera Richard Wagner se ha visto envuelta por escándalos. Foto: Festival de Ópera Richard Wagner

El Festival de Ópera Richard Wagner abre una temporada extraordinaria, con el estreno no solo de un Tristán sino también de la tetralogía del Anillo del Nibelungo, aunque salpicada por incómodas revelaciones de sexismo sobre la llamada Verde Colina.

Todo debía cuadrar para que la temporada de 2022 fuera el retorno brillante a la normalidad, tras el apagón total de 2020, por el cierre de la vida pública impuesto por el Covid, a lo que siguió un 2021 bajo el signo de la mascarilla.

La biznieta del compositor y directora del festival, Katharina Wagner, aplazó para este 2022 el estreno del Anillo, punto culminante para los wagnerianos de todo el mundo. Y, además, programó para la apertura un nuevo Tristán, algo insólito en un festival que, a lo sumo, presenta un estreno en cada temporada. 

De pronto, los titulares sobre el festival se poblaron con el término Me too, a raíz de unas informaciones del diario Nordbayerische Kurier sobre acoso sexual e intimidación a sucesivas mujeres sobre la Verde Colina.

La propia Katharina Wagner admitió haber sido víctima de algo más que “insinuaciones” incómodas. En su caso, dada su posición de dominio, no le fue difícil repelerlas. La gerencia del festival invitó al resto de afectadas por esas situaciones a denunciarlas, aunque sea por vía de carta anónima.

La situación es incómoda para Bayreuth y también la ministra de Cultura, la verde Claudia Roth, que ha apremiado al festival a actuar sin contemplaciones. Sobre Roth resuena aún el escándalo por la inclusión de un mural antisemita en la presente edición de la muestra de arte vanguardista Documenta, en Kassel, que acabó con la dimisión de su directora, Sabine Schorman.

En medio del revuelo salieron a relucir acusaciones de autoritarismo entrelazadas con comportamientos sexistas contra el director musical del festival, el maestro Christian Thielemann, que este año llevará la batuta de Lohengrin, una de las reposiciones en cartel.

Bayreuth ha conocido muchos escándalos en sus casi 150 años de historia. Sea en tiempos de Richard o Cosima Wagner, en los años de sumisión al Tercer Reich, tras su refundación bajo custodia aliada o por la pugna entre aspirantes a suceder al patriarca Wolfgang Wagner, que finalmente ganó Katharina.

Cada uno de ellos ha alimentado los comentarios en los entreactos, alternados con el juicio sumarísimo a cualquier estreno. Este año la expectación está sobre el “Anillo”, que se estrenará a partir del 31 de julio, obra de Valentin Schwartz y con Cornelius Meister a la batuta.

Siempre es un reto estrenarse en el templo wagneriano. Más aún si se trata de la tetralogía integrada por El Oro del Rhin, La Valquiria, Sigfrido y El ocaso de los Dioses. A ello se suma que quien iba a dirigirla, el finlandés Pietati Inkinen, quedó imposibilitado por haber contraído el coronavirus, explicó el festival.

Meister, inicialmente previsto para el Tristán, asumirá el Anillo. En la reorganización precipitada por la covid se pasó la batuta del Tristán a Markus Porschner.

La excanciller Angela Merkel acudía ya a Bayreuth siendo jefa de la oposición conservadora alemana, mantuvo esa cita en sus 16 años en el poder -con alguna esporádica ausencia- y volverá ahora a la Verde Colina. En Bayreuth se la ha recibido siempre entre aplausos, tanto a ella como a su asimismo wagneriano esposo, el catedrático de Ciencias Físicas Joachim Sauer.

Se espera además a la ministra de Cultura Roth, tan bávara como el festival, quien también fue asidua al festival en sus tiempos opositores.

Coincidiendo con los preparativos para la inauguración, Bayreuth reveló este sábado sus apuestas para la siguiente temporada. Destaca la incorporación del director español Pablo Heras-Casado, quien debutará en Bayreuth en 2023 con un nuevo Parsifal.

A Heras-Casado (Granada, 1977) le corresponderá inaugurar esa temporada, que de acuerdo a la tradición ocurrirá el 25 de julio, fecha inamovible para el primer desfile de wagnerianos al teatro levantado en esa ciudad de provincias bávara por Richard Wagner, con el dinero de su mecenas, Luis II de Baviera.

Sus solistas serán el tenor maltés Joseph Calleja y la mezzosoprano rusa Ekaterina Semenchuk. La siguiente apuesta de futuro en 2023 será la francesa Nathalie Stutzmann, quien tomará la batuta de Tannhäuser. Será la segunda vez que una mujer dirige en Bayreuth, tras haberlo hecho el año pasado la ucraniana Oksana Lyniv en El Holandés Errante, de nuevo este año en cartel. 

Con información de EFE

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