Una tradición, tres generaciones y millones de flores de cempasúchil
En la familia Telésforo, la tradición de cultivar cempasúchil inició hace 50 años. Hoy, con su producción contribuyen a pintar de color naranja y a aromatizar los campos de Xochimilco.
En muchas familias, las profesiones y oficios se heredan. Es el caso de Rodolfo Telésforo, de 39 años. Su abuelo inició con el cultivo de cempasúchil hace 50 años, le siguió su padre y ahora él mantiene viva la tradición familiar. En Viveros Rocco, ubicado en los ejidos de Puente de Urrutia en Xochimilco, Ciudad de México, produce y vende las flores que luego adornan las ofrendas en distintas partes del país.
Con su producción de cempasúchil, Rodolfo Telésforo contribuye a pintar de color naranja y a aromatizar los campos de Xochimilco, esos que cada año en esta temporada anuncian que el Día de Muertos está por llegar.
El abuelo de Rodolfo, Gregorio Telésforo, trajo la flor de cempasúchil de Puebla cuando vio una oportunidad de comercializarla en la Ciudad de México. El vivero lo inició con 2 mil plantas y cada año fue aumentando la producción.
Rodolfo Telésforo y Elizabeth Miranda, su esposa, están a cargo del negocio familiar.
El 1 de julio inicia la cosecha del cempasúchil en Viveros Rocco. Una vez que reciben la semilla por parte de un laboratorio, la depositan en una charola de 200 cavidades y le dan un mes de germinación.
Esta flor de color naranja y amarillo es regada con agua y fertilizante para mantenerla saludable.
Rodolfo Telésforo asegura que la información acerca de que en el país se vende cempasúchil de semilla china desvirtúa el trabajo de los productores mexicanos.
Uno de los retos a los que se enfrentan los productores son las plagas. En 2021, una nueva “enfermedad”, que aparece con un polvo blanco y después entra en el tallo de la planta para pudrirla, apareció en los viveros de Puente de Urrutia. Los trabajadores han ocupado todo tipo de fertilizantes sin tener éxito, también mandaron una prueba al laboratorio de UAM Xochimilco para su análisis, pero no les han dado respuesta.
En Viveros Rocco producen anualmente más de 100 mil flores. Cada maceta de flor de cempasúchil tiene un precio de entre 15 y 18 pesos.
Aristeo Salvador, originario de Puebla, llegó a la Ciudad de México en busca de oportunidades laborales. Actualmente trabaja en el vivero de la familia Telésforo, cuyos integrantes hace un año le dieron una pequeña fracción de terreno para que él produzca sus propias flores.
La familia de Aristeo, que reside en Puebla, llegará a la ciudad en los próximos días para ayudarle a vender las flores.
Para los productores, una de las satisfacciones de cosechar cempasúchil es verlas en otros espacios alrededor de la ciudad. Viveros Rocco ha distribuido esta flor al gobierno de la Ciudad de México y a diferentes alcaldías.
La flor de cempasúchil era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte. Algunas familias mexicanas acostumbran a trazar en las ofrendas un camino con los pétalos para que sirva como “guía” a sus difuntos.
El cempasúchil no es solo una flor que se utiliza en altares a propósito del Día de muertos, también sirve para darle color a textiles, elaborar insecticidas y hasta como medicamento.
