¿Sabes cómo fueron las últimas horas de Jesús con vida? Esto dice la ciencia

Mucho se ha hablado sobre la identidad, los rasgos físicos, el orígen y las últimas horas de vida de Jesús, por lo que esta Semana Santa, y más allá de la religión, te contamos cómo fueron los últimos momentos de Jesucristo, según la ciencia.

Una de las versiones más aceptadas por la comunidad es que Jesús era un judío disidente que lideró a su grupo de seguidores, situación que acabó causando la molestia del Imperio romano.

Pero con su muerte, su grupo de seguidores se encargó de difundir sus enseñanzas, comenzando con el mito que se conoce por la religión y que fue apoyado en un principio por Paulo de Tarsus, un prolífico escritor de la época y autor de muchos textos que se encuentran en la Biblia.

Alrededor de siete cartas fueron escritas por De Tarsus en la década de los 50 del primer siglo de nuestra era, mismas que han sobrevivido con el paso de los años, mismas que han sido retomadas por el historiador Leonardo Chevitarese, autor de libros como Jesús de Nazaré: Uma História História

En un artículo de BBC Mundo, se comparten varias conclusiones sobre diversos investigadores, en donde destaca que Jesús fue un condenado político: “El Jesús histórico conoció una muerte política. La religión y la política están muy unidas, sobre todo cuando se trata de un liderazgo popular”, mencionó Chevitarese.

“No hay forma de separar las andanzas de Jesús como algo solo político o simplemente religioso. Las fronteras no están claramente definidas. Y eso termina siendo clave para entender el movimiento de Jesús con aquel Jesús aún vivo y el movimiento de Jesús sin Jesús, después de su muerte, con la predicación de los primeros seguidores”, añadió.

En dicho artículo también se hace mención sobre el simbolismo que hay detrás de su muerte en la cruz: “La crucifixión era la pena de muerte utilizada por los romanos desde el 217 a.C. para los esclavos y todos aquellos que no eran ciudadanos del Imperio”, explicó el politólogo y escritor italiano Gerardo Ferrara.

Por su parte, Chevitarese añade que: “Era una tortura tan cruel y humillante que no estaba reservada para un ciudadano romano. Era precedida por el flagelo, infligido con diversos instrumentos, según la procedencia y el origen social de los condenados. Formaba parte de una rutina dentro de los territorios que ahora llamamos Israel”.

De acuerdo con el evangelio, las últimas horas de Jesús con mucho sufrimiento, aunque para Chevitarese dice que eso no puede ser cierto, porque, según los relatos, Jesús fue asesinado en la víspera de la Pascua judía, una fiesta política que celebra el paso de la esclavitud a la libertad.

“Imagina que una ciudad rebosante de judíos, ¿cómo la autoridad romana pudo haber puesto a un judío a cargar una cruz alrededor de la ciudad, en medio de tantos judíos? Sería una invitación a la rebelión. Con una persona como Jesús nadie podría haber perdido tiempo. Fue capturado y crucificado inmediatamente”, expresó.

Pero, ¿por qué incomodaba tanto la presencia de Jesús? De acuerdo con los investigadores, se debe a que dirigió a un grupo que acaba de proclamar el Reino de los Cielos o el reino de su padre, en una sitio totalmente opuesto a lo que se podía vivir en el Imperio Romano.

Los cuatro pilares básicos de ese gobierno eran: Justicia (justicia divina), paz, comensalidad e igualdad, por lo que las autoridades romanas encontraron la oportunidad ideal cuando Jesús decide entrar a Jerusalén.

El autor del libro Vita di Gesù Cristo, el sacerdote y arqueólogo bíblico italiano Giuseppe Ricciotti, reunió información histórica y concluyó que lo más probable es que la ejecución se hubiera producido el equivalente al 7 de abril del año 30.

De acuerdo con los historiadores, había tres formas de ejecución: Ser devorados por los insectos, ser quemados y la crucifixión, todas ellas con el objetivo de imposibilitar la sepultura de sus restos mortales.

Por tal situación, el médico forense estadounidense Frederick Thomas Zugibe, realizó un experimento con voluntarios para observar los efectos que tendría una crucifixión en el ser humano, siendo monitoreados electrónicamente con electrocardiogramas, midiendo el pulso y la presión arterial.

Investigación que dio como resultado que los voluntarios sufrían de intensos calambres por la incomodidad de la postura, así como un constante hormigueo en las pantorrillas y muslos, mientras que el doctor Zugibe aseguró que los de 12,5 centímetros de largo habían sido clavados en las manos, pero no en el centro de la palma, sino justo debajo del pulgar.

En lo que respecta a sus pies, según el médico, estas perforaciones, por llegar a nervios importantes, habrían provocado un dolor insoportable y continuo. “Un individuo así muere de calambres, que atrofian sus músculos y le hacen morir por falta de aire, con muchos dolores, dolores tremendos en todo el cuerpo”, dice Chevitarese.

Finalmente, de acuerdo con Chevitarese, la crucifixión de Jesús habría ocurrido lejos de testigos presenciales para hacerlo con rapidez, pues hacer esto en público, podría haber ocasionado una revuelta de la población en las últimas horas de Jesús, según la ciencia.

“Los crucificados no eran enterrados. Se quedaban en la cruz y, aún con vida, las aves de rapiña ya sabían que no podían moverse, por lo que se comían sus ojos, la nariz y la mejilla, atestada de aves rapaces comiéndose el cuerpo aún vivo”, explicó.

“El cuerpo pasaba unos días allí, cuatro, cinco días, colgado. La carne comenzaba a pudrirse. Se caía. Se desmoronaba. Los perros y otros animales aprovechaban los restos humanos para hacer su festín, culminó, basándose en la hipótesis de que no hay registro de cementerios ni de restos de los esclavos que fueron crucificados en la época.