Activistas son declaradas culpables por arrojar sopa sobre Los Girasoles de Van Gogh

Martes 29 de abril de 2025

Activistas son declaradas culpables por arrojar sopa sobre Los Girasoles de Van Gogh

Estas manifestaciones han suscitado un debate global sobre el balance entre la protección del patrimonio cultural y la urgencia de tomar medidas drásticas para combatir la crisis climática.

En un caso que ha capturado la atención internacional, dos activistas medioambientales del grupo Just Stop Oil fueron declaradas culpables de causar daños tras arrojar sopa de tomate sobre el famoso cuadro Los girasoles de Vincent van Gogh en la National Gallery de Londres. El incidente, que ocurrió el 14 de octubre de 2022, fue parte de una protesta que buscaba llamar la atención sobre la urgente necesidad de detener nuevos proyectos petroleros y gasísticos en el Reino Unido.

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Anna Holland y Phoebe Plummer, ambas de 22 años, comparecieron ante el Tribunal de la Corona de Southwark en Londres, donde fueron declaradas culpables este jueves. La sentencia para ambas se dictará el próximo 27 de septiembre. Durante el juicio, se discutieron los daños causados al marco del cuadro de 1888, el cual estaba protegido por un cristal que evitó daños directos a la obra misma.

La acción fue organizada por Just Stop Oil, un grupo medioambiental que, en ese momento, exigía al gobierno británico detener de inmediato cualquier nuevo proyecto relacionado con combustibles fósiles. Tras la llegada de un nuevo gobierno laborista, estas demandas han evolucionado para exigir el fin de las energías fósiles para el año 2030.

Las activistas, vestidas con camisetas que llevaban el lema Just Stop Oil, arrojaron el contenido de dos latas de sopa de tomate sobre la obra maestra de Van Gogh antes de pegarse a una pared de la galería. En medio de la conmoción, Phoebe Plummer lanzó un poderoso mensaje: "¿Qué vale más, el arte o la vida? ¿Les preocupa más proteger un cuadro que proteger nuestro planeta y sus habitantes?”.

La acción de Holland y Plummer ha sido parte de una serie de protestas realizadas por activistas medioambientales que han utilizado el arte como plataforma para su mensaje. En eventos similares, otras obras de arte de renombre internacional, como la Mona Lisa en el museo del Louvre en París, también han sido objetivo de protestas, donde la vitrina que protege la famosa pintura fue rociada con sopa.

Estas manifestaciones han suscitado un debate global sobre el balance entre la protección del patrimonio cultural y la urgencia de tomar medidas drásticas para combatir la crisis climática. Mientras que algunos critican estas acciones por su potencial destructivo, otros las consideran necesarias para despertar la conciencia pública sobre la gravedad del cambio climático.

El veredicto contra Anna Holland y Phoebe Plummer marca un momento crucial en la lucha medioambiental y plantea preguntas importantes sobre la efectividad y la ética de las protestas que buscan provocar cambios significativos en las políticas gubernamentales. A medida que el mundo se enfrenta a los desafíos del cambio climático, acciones como estas continúan alimentando el debate sobre los métodos más efectivos para presionar a los líderes a tomar decisiones sostenibles y responsables.

Con información de EFE

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