¿Quiénes fueron las primeras mujeres universitarias en México y cómo cambiaron la historia de la educación?

Jueves 15 de mayo de 2025

¿Quiénes fueron las primeras mujeres universitarias en México y cómo cambiaron la historia de la educación?

Matilde Montoya, la primera médica mexicana, y Manuela Garín, pionera en Matemáticas, desafiaron las normas de su época para abrir el camino a las mujeres en la educación superior.

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Matilde y Manuela, las mujeres que no solo rompieron esquemas en el ámbito académico

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foto: Especial

Matilde y Manuela, las mujeres que no solo rompieron esquemas en el ámbito académico
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Este 15 de mayo, en el marco del Día del Maestro, vale la pena volver la mirada hacia aquellas mujeres que no solo rompieron esquemas en el ámbito académico, sino que también abrieron brechas profundas en el sistema educativo mexicano para hacer de la enseñanza un derecho más igualitario. Figuras como Matilde Petra Montoya Lafragua y Manuela Garín Pinillos no solo fueron pioneras en sus campos, sino que también hicieron de su vocación una forma de lucha por la equidad de género en las aulas, los laboratorios y la vida pública.

En una nación históricamente atravesada por desigualdades, estas mujeres hicieron de la educación una herramienta transformadora. A propósito del Día del Maestro, recordamos que muchas de las grandes docentes del presente caminan sobre los cimientos que levantaron mujeres como ellas, quienes enfrentaron prejuicios, resistencias institucionales e incluso persecución por atreverse a aprender y a enseñar.

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¿Quién fue Matilde Montoya y por qué marcó un hito en la historia educativa del país?

Matilde Montoya no solo fue la primera médica titulada en México, sino también una figura clave para comprender cómo el acceso a la educación superior fue una conquista que implicó valentía. Nacida el 14 de marzo de 1857 en la Ciudad de México, Montoya vivió tiempos turbulentos como la Guerra de Reforma, la Intervención Francesa y el Porfiriato. En ese contexto, su decisión de estudiar Medicina no solo fue atípica, sino profundamente disruptiva.

A los 16 años ya ejercía como partera titulada, pero su ambición iba más allá. En 1887 logró obtener el título de Médico Cirujano por la Escuela de Medicina de la capital, enfrentando la hostilidad de compañeros y profesores que consideraban inmoral que una mujer viera cuerpos desnudos o se interesara por la anatomía humana. El acto de titulación fue un evento social: asistieron miembros del gabinete presidencial, académicos y hasta el propio Porfirio Díaz.

Su esfuerzo no solo abrió el camino a otras mujeres, en 1910 ya había otras seis médicas tituladas, sino que estableció un precedente vital en una sociedad que relegaba a las mujeres al hogar y a la maternidad. Hoy, más de un siglo después, en la Facultad de Medicina de la UNAM hay más mujeres que hombres inscritos. De las mil 561 personas aceptadas en el ciclo escolar 2019-2020, mil 031 fueron mujeres. Esa realidad se la debemos, en gran parte, a Matilde.

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Matilde Montoya no solo fue la primera médica titulada en México, sino también una figura clave para comprender cómo el acceso a la educación superior fue una conquista que implicó valentía. / Foto: Especial

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¿Cómo contribuyó Manuela Garín al desarrollo de las matemáticas y la docencia en México?

Mientras Matilde abría las puertas de las ciencias médicas, Manuela Garín Pinillos labraba su propio camino en las ciencias exactas. Nacida en Asturias, España, y criada en Cuba, Manuela llegó a México en su adolescencia debido a la crisis económica de su familia. Fue aquí donde encontró un entorno propicio, aunque aún adverso para las mujeres, para desarrollarse como matemática.

En los años 30 del siglo XX, ingresó a la carrera de Matemáticas en la UNAM, cuando esta aún se impartía en el Palacio de Minería. Fue una de las tres mujeres que se graduaron en esa generación, en un contexto donde estudiar matemáticas aún no era socialmente aceptado para las mujeres.

A lo largo de su vida, Manuela, quien falleció a los 105 años, no solo desarrolló modelos matemáticos en el área del geomagnetismo, sino que también participó en la construcción de los planes de estudio de la Secretaría de Educación Pública en los años 70. Su legado como docente y reformadora metodológica impactó directamente en generaciones de estudiantes y profesores. No solo enseñó matemáticas, enseñó que las mujeres también podían hacerlas.

¿Por qué es relevante recordar a estas mujeres en el Día del Maestro?

Celebrar el Día del Maestro va más allá de felicitar a quienes están al frente de un salón de clases. También significa rendir homenaje a quienes, desde la educación, modificaron estructuras sociales injustas. Las historias de Matilde Montoya y Manuela Garín nos recuerdan que la enseñanza no solo transmite conocimientos, sino que transforma sociedades.

En 1952, cuando se inauguró Ciudad Universitaria, solo el 17% del alumnado de nuevo ingreso eran mujeres. Hoy, esa cifra ha dado un giro: en el ciclo 2020-2021, la matrícula de mujeres en la UNAM superó por más de 10 mil estudiantes a la de hombres. Esta inversión en la balanza de género no es casualidad ni evolución natural: es resultado del trabajo de muchas educadoras, médicas, científicas y profesoras que, como Matilde y Manuela, se atrevieron a ser las primeras.

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Manuela Garín Pinillos labraba su propio camino en las ciencias exactas. / Foto: Especial

Recordarlas este 15 de mayo no es solo una cuestión de memoria histórica, sino un acto de justicia pedagógica. Gracias a ellas, hoy muchas niñas mexicanas pueden decir que quieren ser doctoras, matemáticas, ingenieras o profesoras y pueden serlo.

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