Una estrella de voleibol se convierte en la sorpresiva voz del Brasil antiBolsonaro
La estrella del volleyball brasileño Carol Solberg. Foto: Ailura/Wikicommons

Caio Barretto Briso/The Guardian

Por meses Carol Solberg ha perdido la paciencia con la “pesadilla” que es el Brasil de Jair Bolsonaro: la selva que se quema, los ataques a la cultura, la respuesta catastrófica al coronavirus que ha dejado más de 165,000 muertos brasileños. Finalmente, ella explotó. 

“¡Fora, Bolsonaro!” la estrella brasileña de voleibol gritó al final de una entrevista en vivo en el canal de deportes más visto en Brasil, SporTV. “¡Fuera, Bolsonaro!”. 

Antes de que dijera esas pocas palabras una tarde a finales de septiembre, Solberg era mejor conocida por sus explosiones en la cancha. 

Dos meses después la deportista de 33 años se convirtió en un símbolo poderoso de la oposición al líder de extrema derecha de Brasil y una extraña defensora de la libertad de expresión. Su imagen, y su oposición a Bolsonaro, se vio en portadas de revistas y periódicos, con un semanario que la proclamó la “Voz Activa” de Brasil. 

“Quiero usar mi voz para una causa que considero urgente”, dijo Solberg de su decisión de levantar la voz en una entrevista después de ganar una medalla de bronce en un torneo de voleibol de playa en Rio. 

“Estoy en contra de todo lo que este gobierno representa. Vivimos en una pesadilla. Con un gobierno que muestra todo este desprecio por su gente y la vida humana”. 

La protesta de Solberg encendió reacciones violentas de los seguidores de Bolsonaro y de las autoridades deportivas. 

La Confederación Brasileña de Voleibol la acusó de “manchar el deporte” con su “acto desconsiderado” y amenazó con actuar. La corte brasileña de arbitraje deportivo pidió una multa para Solberg de 100,000 reales (383,190 pesos) y la suspendió seis partidos, a pesar de que nunca sancionó a jugadores que apoyaron públicamente a Bolsonaro. 

Pero los intentos de castigar a Solberg fracasaron, solo amplificaron su llamado. 

“Ahora, el mundo del deporte observa un ataque a la libertad de expresión”, se quejó la revista Istoé, condenó la reacción “desproporcionada y violenta” por el movimiento de Solberg. 

“Perseguir atletas por sus opiniones políticas es lo que hacen los regímenes represivos”, dijo la revista, también mencionaron como la dictadura de Brasil de 1964-1985 persiguió al futbolista Afonsinho. 

En las más de 20 entrevistas de Solberg después de su protesta postpartido, ella dijo que ser brasileña es “vergonzoso” desde que Bolsonaro entró al poder en enero de 2018 y le declaró la guerra al ambiente, a los medios y a las artes. “Debería estar prohibido que un presidente sea tan malo”: 

Solberg dijo que respeta a los atletas que se mantienen en silencio. “Pero para mí, un atleta no es solo un cuerpo hecho para entretener a otros. Son parte de la sociedad. 

“Dicen que nosotros los atletas debemos ser ejemplos. ¿Pero cómo puedes ser un ejemplo si no tienes una voz?” preguntó Solberg y citó al basquetbolista y activista LeBron James como una de sus inspiraciones. 

Otro modelo a seguir es la propia madre de Solber, Isabel, una estrella de voleibol reconocida por su activismo prodemocracia. 

En una entrevista con el periódico O Globo ella defendió el derecho de su hija a levantar su voz. “Lo que me avergonzaría sería que alabara a un torturador”, dijo en referencia a los tributos de Bolsonaro al torturador de la dictadura Carlos Brilhante Ustra, “o si fuera homofóbica o racista”. 

Solber, a quien le quitaron sus castigos la semana pasada después de la indignación pública, dijo que la inspiró el despertar político de los jóvenes brasileños bajo Bolsonaro. 

“Muchos se unen para cambiar el país,” ella dijo. “Superaremos esto, y emergeremos como un mejor país”. 

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