Carlos Alcaraz aplasta a Novak Djokovic en la final de Wimbledon 2024
El tenista español se impuso al serbio en la final varonil.

Carlos Alcaraz tuvo la final de Wimbledon bajo control, pero bajo un control en suspense, porque al otro lado de la pista estaba Novak Djokovic, el que siempre vuelve y el que te puede salvar tres puntos de partido. El serbio, atónito ante la superioridad del español, se quedó sin violín para celebrar.
El español transformó su papel de promesa en el de favorito para esta edición, pero no se esperaba que agregara la etiqueta de monstruo devorador de títulos. No solo venció al serbio, lo redujo hasta el mínimo, lo borró de la pista al propinarle una de las mayores palizas de su carrera. Y lo hizo con una sencillez que asusta a cualquiera que pretenda ser su rival en los próximos años.
El tenista de 21 años igualó los cuatro Grand Slams de Manolo Santana y se convirtió en el sexto hombre en lograr el doblete Roland Garros-Wimbledon, además que es el primer español en revalidar el título en la Catedral.
El primer juego de la final de Wimbledon de este domingo entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic se alargó catorce minutos. “Se va a solapar con la final de la Eurocopa”, pensaban muchos, mientras Alcaraz, como si tuviera prisa por animar a España, planeaba un desenlace distinto. Necesitó de un cuarto de hora y cinco bolas de ‘break’ para doblar por primera vez la mano del serbio, pero a partir de ahí no frenó.
El español era un espectáculo de dominio. Djokovic tocaba la pelota muy limpia y era capaz de dirigirla, pero Alcaraz siempre la devolvía fuerte, mejor y con calma. Con medio partido, 6-2 y 1-0 a favor, el murciano se paseaba por su lado de la pista jugueteando con la pelota y pensando cuál sería el siguiente truco con el que desesperaría al campeón de 24 Grand Slams, el hombre que quería el récord de ocho Wimbledon de Roger Federer y que se topó con Alcaraz defendiendo el legado de su ídolo.
Djokovic, mientras se le escapaban los juegos como en la final de Roland Garros 2020 contra Nadal, requería de un estímulo externo para despertar, un grito desde la grada, un enfado al que agarrarse, pero solo podía pagar su rabia contra la red y contra lo que él pensaba que era mala suerte y en realidad era el impoluto juego del español.
Los gritos de "¡Nole, Nole!” no tardaron en ser desplazados por los de "¡Carlos, Carlos!” y ni siquiera los sarcásticos “Come on England” desestabilizaron a un Carlos Alcaraz lanzado hacia el triunfo, hasta que llegó al abismo que supone sacar para Wimbledon contra Novak Djokovic.
A Alcaraz, que ya le pasó el fantasma de Roger Federer en esta pista en 2019, le tembló el pulso como también le ocurrió a Andy Murray en 2013. Se puso 40-0 con su saque, tres puntos de partido. En un festival de golpes a la red y errores, y un inoportuno cántico de un aficionado de “Campeones, campeones”, Alcaraz perdió los cinco puntos siguientes.
Con 5-4 arriba en el desempate, a dos puntos de la victoria, Alcaraz rompió a Djokovic con una dejada primero y no dejó que los nervios le atenazaran con el quinto punto de partido. El resto al segundo saque se quedó en la red y Alcaraz tiró la raqueta y se giró hacia su banquillo.
Carlos Alcaraz es el mejor y ni siquiera Djokovic en Wimbledon puede discutirlo.