México deja a Juana en prisión, pese a reclamo de la ONU por su detención arbitraria

Juana Alonzo Santizo, una migrante guatemalteca acusada de secuestro desde el 2014 y que aún no ha recibido una sentencia por falta de pruebas, sigue en prisión. El gobierno de Tamaulipas no la ha liberado, a pesar de que una oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomendó hacerlo antes del 8 de marzo de este año por las irregularidades que ha habido en su proceso penal.

Alonzo Santizo fue detenida en noviembre del 2014 por policías de Reynosa. La guatemalteca, originaria de San Mateo Ixtatán, fue retenida en una casa por los “polleros” que la iban cruzar a los Estados Unidos. Un día policías estatales ingresaron al inmueble, la detuvieron y la llevaron a una agencia del ministerio público, donde la acusaron de haber secuestrado a otra joven extranjera que estaba en el mismo lugar.

El Grupo de Detención Arbitraria de la ONU revisó el caso y concluyó que Juana sufrió violaciones a sus derechos humanos durante su detención, ya que los policías la golpearon y la orillaron a firmar un documento donde se autoincriminó, y también sufrió vulneraciones en sus primeras audiencias, en las que no tuvo acceso a un traductor y un abogado que le explicaran lo que sucedía en su lengua materna, el chuj.

“El Grupo de Trabajo considera que la detención de la Sra. Alonzo Santizo fue arbitraria”, indicó la oficina de las Naciones Unidas en su pronunciamiento 35/2021. “Se ha vulnerado el derecho de la Sra. Alonzo Santizo, puesto que no se le garantizó el acceso a un abogado antes de su declaración inicial y, subsecuentemente, el ejercicio de igualdad de armas legales en el juicio”.

La oficina de las Naciones Unidas emitió este pronunciamiento el 8 de septiembre del 2021 y recomendó que, en máximo seis meses, Juana fuera liberada por la falta de pruebas en su contra. Ese periodo se cumplió este martes 8 de marzo y ella continúa encerrada en una cárcel de Reynosa.

Aunque la recomendación de la ONU no tiene efectos vinculantes para México, es decir, nuestro país no está obligado a obedecerla, los abogados que defienden a Juana mantienen la esperanza de que el pronunciamiento del Grupo de Detención Arbitraria pueda ayudar en la liberación de esta joven migrante, quien también es indígena.

‘Juana salió porque quería ser alguien en la vida’

Juana ha estado siete años en prisión sin recibir una sentencia por el delito de secuestro. Esto no solo ha afectado la vida de ella, sino la de toda su familia.

“La verdad es una tristeza porque esto ha afectado mucho. Cuando uno se pone a pensar, estando con la familia, cuando nos reunimos, realmente hace falta algo, entonces nos llega ese recuerdo”, dice Pedro Alonzo, el hermano menor de Juana.

La joven guatemalteca proviene de una familia amplia: su papá, su mamá, dos hermanas y cuatro hermanos. Todos se dedican a cultivar maíz, frijol, trigo y papa en San Mateo Ixtatán, una comunidad del departamento de Huehuetenango.

Pedro recuerda que su hermana Juana salió de Guatemala cuando se dio cuenta de la pobreza de su familia. Ella quería llegar a Estados Unidos, donde tiene familia, para encontrar un trabajo y enviar dinero a sus seres queridos.

Se fue “por la pobreza que hay aquí en el pueblo, en total somos siete hermanos, entonces mi papá no contaba con suficiente dinero como para mantener a toda la familia”, relata Pedro en una entrevista telefónica concedida a La-Lista. “Ella estaba grande y empezó a ver la necesidad, pero también creo que mi hermana tenía muchos sueños, tenía una meta de ser alguien en la vida y ayudar a la familia”.

Antes de migrar a los Estados Unidos, Juana era parte de un grupo juvenil de una iglesia católica de San Mateo Ixtatán. También realizaba labores del hogar y cuidaba a su mamá, quien a decir de Pedro ha empeorado su salud desde que ocurrió la detención de su hermana.

“Desde ese tiempo mi mamá ha estado enferma y mucho más se enfermó ahora por la preocupación de lo de mi hermana, se le sube la presión o incluso se ha desmayado varias veces, eso es lo que ha afectado la ausencia de mi hermana”, comparte el hermano de Juana.

Exigen justicia por Juana Alonzo Santizo

La familia de Juana, sus amigos y buena parte de San Mateo Ixtatán se han sumado a la exigencia de justicia por Juana. Sus hermanos y sus hermanas han salido a recolectar firmas para solicitar su liberación al gobierno mexicano y también han realizado varias manifestaciones. Es su forma de ejercer presión.

En la página de Facebook de la organización Promotores de la Liberación Migrante se pueden leer las exigencias de justicia. Incluso hay un video de Juana agradeciendo las muestras de apoyo desde la cárcel de Reynosa.

Organizaciones sociales mexicanas se han sumado al llamado de igual forma. Este año las asociaciones nacionales entregaron una carta firmada por más de 5 mil personas a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para que intervenga en el caso y se acate la recomendación de la ONU, aunque aún no hay respuesta.

“Si la autoridad de aquí de Guatemala no nos ha dado una respuesta, en ese caso mucho menos los de México”, lamenta Pedro. “Lo único que pedimos a las autoridades mexicanas es que haya justicia y la pronta liberación de Juana Alonzo Santizo porque ella es inocente de todos los cargos que le presentan”.

El día que un agente del ministerio público de Reynosa contactó a la familia de Juana para avisar sobre su detención, su familia no daba crédito. La joven que se ocupaba de los quehaceres del hogar, de cuidar a su mamá enferma y a sus hermanos menores se había transformado en una secuestradora de un momento a otro.

La noticia dejó en shock a la familia, que todavía no puede creer lo que las autoridades dicen. “Nos sorprendieron por lo que nos dijeron, pero realmente ella no es nada de lo que creen que es”, concluye Pedro.