La lucha de 12 años de Edilina por sus familiares desaparecidos en Tamaulipas
Desde 2011, Edilina busca a sus dos hijos, a su hermano y a su cuñada. Ilustración: Samantha Guerrero/La-Lista.

Osiel, Darynell, Guillermo y María Piedad regresaban a bordo de dos vehículos a San Fernando cuando sus familiares perdieron contacto con ellos. Era el 20 de diciembre de 2011 y desde entonces forman parte de los más de 13 mil desaparecidos en Tamaulipas y de los más de 110 mil casos en México

En diciembre de 2006, luego de haber tomado posesión como presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa lanzó una ofensiva contra grupos del narcotráfico en el país, que implicó el despliegue de policías federales y elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina

La presencia de fuerzas federales se fue extendiendo por el país y, en noviembre de 2010, los elementos de seguridad arribaron a Tamaulipas para contener la violencia en la entidad. “Hasta que la criminalidad entienda que no puede meterse con la gente y que no aceptamos vivir sometidos a nadie”, según anunció el entonces mandatario mexicano

A casi 13 años de la desaparición de sus familiares en Tamaulipas, Edilina recuerda las complicaciones que ha vivido durante el proceso de búsqueda de sus dos hijos, su hermano y cuñada; cómo la Secretaría de Marina (Semar) y la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas (FGJET) entorpecieron las investigaciones, y cómo la Fiscalía General de la República (FGR) le ha impedido realizar un cambio en el acompañamiento de su caso para regresarle la tranquilidad emocional. 

La desaparición y las trabas de la Marina y la fiscalía de Tamaulipas

El 19 de diciembre de 2011, los hijos de Edilina, Osiel Iván y Darinell, acompañaron a su tío Guillermo y a su esposa María Piedad a recoger una camioneta que recién habían comprado y que sería entregada en Matamoros. Regresarían al siguiente día.

Sin embargo, cuando transitaban por la ciudad de Valle Hermoso, Tamaulipas, a bordo de una camioneta Ford Escape 2003 y una Lobo F50 2003, quedaron atrapados en medio de una balacera. 

“Cuando salieron de Matamoros, la hora exacta (de la última comunicación) no la recuerdo. Fue como a las 10, ya no recuerdo si fue llamada o mensaje, a mi esposo creo que lo llamaron. Incluso, yo les dije que no se trajeran ese vehículo porque estaba difícil, había una situación de inseguridad. Cuando iban llegando a Valle Hermoso, por la hora en que pusieron el mensaje, lamentablemente ese día hubo un evento entre esas personas, entre los malos”, rememora en entrevista con La-Lista.

Un día después, ella y su esposo fueron a buscar a sus familiares a Valle Hermoso. En dicha ciudad tamaulipeca les informaron que se había suscitado un enfrentamiento entre grupos armados e incluso elementos federales les pidieron retirarse de la zona y no levantar una denuncia por el caso.

“Lo único que hicimos nosotros fue irlos a buscar al otro día, allá en Valle Hermoso. Se nos dijo que hubo un evento entre esas gentes y fuimos a preguntar si había heridos o algo, porque se supone que esa vez hubo heridos colaterales, allá en Valle Hermoso, a los hospitales y a la Cruz Roja; nos dijeron que era muy peligroso, que nos retiráramos, hasta un convoy de la Sedena y de la Marina nos dijo que estaba muy revuelto, nos dijeron que por nuestra seguridad no impusiéramos ni una denuncia ni nada, que esperáramos”, añade.

Su búsqueda los llevó a dejar los nombres, teléfonos y fotos de sus familiares con la esperanza de que las autoridades les ayudaran en su caso. Los marinos les dijeron que con esos datos eran suficientes y que no hacía falta levantar una denuncia. 

“Más adelante había una aduana, había marinos. Hice lo mismo: dejar mi nombre, dejar teléfono en todas partes, mostrar sus fotografías, de los cuatro. Solo anotaban. De hecho mi esposo me decía: ‘Diles que si es necesario que vayamos a Matamoros a poner la denuncia, ahí donde está establecido un cuartel de marinos que están ahí fijos’. Ellos me dijeron que no, que con eso era suficiente, que con eso iba hacer su reporte”, recuerda. 

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Elementos de la Marina le dijeron que solo bastaba con un reporte sobre la desaparición de sus familiares en Tamaulipas. Foto: Especial.

Dos días después de la desaparición de sus familiares en Tamaulipas, el esposo de Edilina se dirigió a un destacamento de la Marina en San Fernando para reportar la ausencia de sus hijos y cuñados. En aquellos años, cuenta, en la zona no había oficinas del Ministerio Público, por lo que cualquier solicitud tenía que hacerse ante los integrantes de la Semar. 

Una vez en el lugar, “lo recibieron con una libreta y él les dijo que nuestros hijos estaban desaparecidos, que si ellos sabían algo de los eventos que habían pasado”. Los marinos solo escribieron los nombres de sus familiares en la libreta y les dijeron que investigarían.

El esposo de Edilina hizo la denuncia con los marinos, pero ellos no notificaron a ninguna autoridad.

La desesperación, el miedo y la desconfianza en las autoridades los paralizaron, por lo que fue hasta el año 2015 cuando Edilina levantó una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas

Sin embargo, nuevamente se encontró con trabas por parte de las autoridades, pues estas le negaban que hubiera existido un enfrentamiento en Valle Hermoso, el 20 de diciembre de 2011. 

“Mucho tiempo ya no supe de mis hijos. Hasta 2015 puse una denuncia formal en el estado. Yo siempre estuve insistiendo de que sí había habido eventos, balaceras, como se les dice allá, en esas fechas, ellos siempre lo negaron, siempre me lo han negado”, dice.

Incluso, denuncia que fue revictimizada, pues “me hacían preguntas de que si ellos no eran parte de esas personas”.

La falta de avances en la investigación estatal la llevó a la Ciudad de México en 2016, para levantar una denuncia ante la entonces Procuraduría General de Justicia (PGR). 

Las autoridades federales también le negaron la existencia de un enfrentamiento entre grupos del crimen organizado. Pero sí les señalaron que “algunos de los teléfonos (de sus familiares) estuvieron activos”. 

Con el tiempo, dieron muestras de ADN con la esperanza de que sus familiares desaparecidos fueran hallados en algunas de las fosas clandestinas de Tamaulipas. Hasta el momento, no les han dado mayores avances sobre el caso. 

Las investigaciones llevan a La Bartolina 

El 7 de julio de 2021, la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) dio a conocer la existencia de un campo de exterminio en La Bartolina -una localidad ubicada en Matamoros, Tamaulipas, a 12 kilómetro de la ciudad texana de Brownsville, Estados Unidos-, sitio del cual, de 2017 a 2021, se habían hallado 500 kilogramos de restos humanos, según informó Karla Quintana, entonces titular del citado organismo. 

Una investigación de los medios Elefante Blanco y A dónde van los desaparecidos detalló que el campo fue ocultado por autoridades federales del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) y por autoridades locales de la administración de Egidio Torre Cantú (2011-2016).

Información federal, citada por los medios, añadió que el lugar presuntamente fue operado por el Cártel del Golfo desde 2009 y que aparentemente ahí llevaban a personas secuestradas, para torturarlas, matarlas, incinerarlas y enterrar los restos.

Desde que el gobierno federal aceptó la existencia de este campo de exterminio, el sitio se convirtió en un centro de búsqueda de colectivos para hallar a personas desaparecidas. 

El caso de Edilina y sus familiares desaparecidos en Tamaulipas no fue la excepción.

“Ahí llegamos (a La Bartolina)”, recuerda. “A nosotros donde nos digan que posiblemente hay restos y ellos salieron de Matamoros, para mí es importante todo Tamaulipas, ellos pueden estar en cualquier parte. Es que dicen que ahí hay (restos), pues fuimos. La investigación federal nos llevó ahí”, añade.

Sin embargo, “lamentablemente no los hemos podido encontrar”. 

La comida que ya no se quiere preparar

Osiel tenía 30 años y era subdirector de la Sedesol en San Fernando, Tamaulipas, al momento de su desaparición. Es el mayor de los dos hermanos y siempre fue muy cariñoso con Darinell. 

Al momento de desaparecer, Darinell contaba con 17 años. Estudiaba la preparatoria.

“El niño chiquito estaba protegido por nosotros tres. Lamentablemente, se perdieron juntos”, rememora su madre.

Mientras, Guillermo y María Piedad tenían 46 años cuando desaparecieron.

La desaparición de sus hijos ha mermado la salud de Edilina y su familia. Su esposo tiene una cirugía a corazón abierto y ella ha enfrentado complicaciones emocionales.

“Ya no quieres preparar su comida preferida, ya no puedes, porque si tú la vas a comer, se te hace un nudo en la garganta, es muy difícil, gracias a dios estoy de pie”. 

La solicitud a la FGR

Edilia aún muestra confianza en las autoridades federales y la búsqueda de sus familiares desaparecidos en Tamaulipas, aunque tiene dos peticiones: una es que se acelere la búsqueda de sus familiares desaparecidos en Tamaulipas; y la segunda, que su caso quede desvinculado de una persona que fue impuesta como colaboradora en su averiguación previa. 

A inicios de septiembre, viajó nuevamente a la Ciudad de México para una comparecencia en la FGR y solicitar el cambio. Acusa que la dependencia federal se negó, al señalar que le faltaba unos datos que ni la dependencia local ni la federal le quieren entregar. 

“La averiguación previa es de nosotros, el predio está relacionado a la investigación de la localización de mi familia y la FGR, en su momento, me comentó que esa persona sería colaboradora de esta carpeta, pero hace apenas unos días yo, bajo comparecencia, le dije a mi Ministerio Público que no es mi deseo que esa persona sea colaboradora en la investigación ni para la búsqueda de mi familia; he recibido varías agresiones de esa persona y las autoridades las han percibido y ciertamente esa persona es víctima, pero no es víctima dentro de esta carpeta y ella puede participar como todas las otras víctimas participan, ir, observar y regresar sin agredir a nadie y sin apoderarse de la averiguación previa”.

A pesar de ello, “lo único que pido es ser escuchada por las autoridades, que se siga buscando a mi familia, eso es lo que yo quiero, ya ha pasado mucho tiempo”, finaliza.

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