Ozon, el Kavak de las motos, que nació tras un fracaso
Foto: Cortesía Ozon

Ozon encontró una oportunidad de negocio en la venta de motos de segunda mano a través de un modelo como el del unicornio Kavak: adquirir motos usadas, reacondicionarlas y venderlas con financiamiento a un sector que desde el inicio de la pandemia no ha dejado de laborar: los repartidores que hacen entregas a domicilio, conocidos como deliveries.

Daniel Otero es un emprendedor colombiano de 34 años de edad que hace un par de años vivió el fracaso más amargo. Hoy es el CEO de Ozon, una empresa que ha encontrado en México su mercado más prometedor.

Ozon tiene una plataforma donde las personas interesadas en vender su moto se registran, sacan una cita, llevan su motocicleta, ellos la revisan en sus talleres y hacen una cotización. Si el ofertante acepta, se realiza el pago en menos de una hora vía transferencia electrónica.

Hacerlo posible ha sido posible gracias al modelo más exitoso que han tenido y que murió con la pandemia. Esta es es la historia

El valioso aprendizaje del fracaso

Daniel Otero conoce muy bien el sector de micromovilidad, aquella que se conforma de bicicletas, scooters o motos, en su mayoría son eléctricas y compartidas, pero también el fracaso. 

En 2016, fundó en Colombia, junto con sus socios Iván Jaramillo y Miguel Ocampo, la empresa de micromovilidad MUVO, una app que rentaba bicicletas eléctricas compartidas, con una flota que ascendía a más de mil 500 unidades, y operaba en las principales ciudades del país: las ciudades de Medellín y Bogotá.

Los primeros meses de 2020 fueron los mejores registrados por la empresa en toda su operación, entre enero, febrero y los primeros 15 días de marzo, MUVO hizo el 80% de los viajes que habían registrado en todo 2019, “estábamos en una etapa de hipercrecimiento”, cuenta, pero en marzo Colombia, como casi todo el mundo, se fue al confinamiento por la declararon emergencia sanitaria por el virus SARS-CoV-2.

“Ingenuamente pensaba que esto iba a durar tres, cuatro, cinco o seis meses, que los confinamientos no iban a ser largos y un poco con ese exceso de optimismo que tenemos los emprendedores, tratamos de ver cómo sobrellevar la pandemia, cómo reinventarnos”, cuenta Otero.

El optimismo no fue suficiente. Después de unos meses, el equipo estaba desgastado por tener empleados y activos quietos. La plantilla laboral se redujo de 40 a 20 empleados. Se dio un tiempo límite para tomar la decisión de cerrar: en noviembre reanudaron operaciones, pero hubo una disminución del 95% de la demanda.

“Ahí dijimos: no sabemos si la micromovilidad vuelva, pero no podemos cruzarnos de brazos. La decisión correcta era cerrar la empresa, ya llevábamos seis meses entendiendo que el mercado había cambiado y que ya no iba a ser como antes. Hasta cierto punto nos demoramos en tomar la decisión”, dice. Y en diciembre de 2020 acabó el sueño.

Volver a empezar 

Otero cuenta que fracasar es un momento difícil de asimilar. “¿Quebré, cierto? Monté una empresa y se acabó. Y siempre tiene esos fantasmas que pasan por la cabeza sobre cuál debería ser el siguiente paso en mi vida: ir a pedir trabajo a Rappi, regresar al banco donde trabajaba o volver a emprender, pero uno empieza a dudar de sí mismo porque si fracasé una vez, ¿qué me va impedir fracasar una segunda vez?”, cuenta.

Pero Otero decidió usar todo lo que había aprendido como emprendedor, como crear redes de contacto,s cómo fundar una empresa y recaudar recursos. Junto con su socio Miguel Ocampo decidieron comenzar de nuevo con Ozon.

El primer modelo de negocio de Ozon era crear una plataforma para que particulares pudieran rentar  patines y bicicletas a terceros en planes mensuales. Se lanzó en Colombia, apalancados por la flota (más de mil 500 unidades) que tenían de MUVO. En México se apalancaron con los patines tipo scooter de Grin, empresa mexicana de scooters eléctricos que suspendió operaciones en 2020.

“Cambiaron los patrones de movilidad y lo que teníamos se enfocaba en la gente que aún salía, pero que variaba por los confinamientos”, dice. 

“A diferencia de los trabajadores de oficina, el repartidor salía diario por ser parte del sector más favorecido por la pandemia. Nos dimos cuenta que ellos no querían trabajar ni en patín ni en bicicleta, sino en motos porque ganan 50% más, pero la mayoría no la tienen porque no tienen dinero ahorrado, al 98% de ellos las entidades financieras no les dan crédito”, explica.

En agosto de 2021 cambiaron el modelo de negocio para ser “el kavak de las motos”

“Las reacondicionamos y las vendemos a través de financiamiento a los repartidores de plataformas de delivery”, comenta. Aunque este nuevo modelo se lanzó en Colombia y México, las leyes regulatorias son más favorables en México.

Otero explica que en Colombia cuando alguien compra un carro o moto se le da una sola placa para el resto de su vida útil. “El problema con nuestro modelo es que es un tipo arrendamiento y transferimos la propiedad hasta que termine los pagos. Mientras, el cliente usa la moto que está a nombre de Ozon y cuando hay infracciones, quedan a nombre de la empresa”.

En el caso de México, se cambia el nombre del propietario, y aunque la moto siga siendo de Ozon, este usuario se hace responsable de las infracciones. Esta ventaja lo llevó a decidir cerrar las operaciones en Colombia y solo operar en México.

De acuerdo con datos del ecommerce Mercado Libre, la intención de compra de motocicletas ha tenido un crecimiento total del 32%, cifra que supera al aumento del 13% de autos y camionetas. Y lo atribuye a dos razones principales: las personas y negocios que están incorporando los servicios de delivery a su modelo de negocio y los que buscan una opción de movilidad.

Para el 66% de los mexicanos la comida a domicilio es la categoría más frecuente al comprar por canales digitales y envíos a domicilio, pero también están la compra de despensa, medicinas y alimentos, entre otros. Según previsiones del Digital Market Outlook de Statist, se espera que la categoría de compra y entrega de alimentos online alcance una facturación mundial de 100 mil millones de dólares en 2024

¿Cómo ayuda Ozon a los repartidores?

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Foto: Cortesía Ozon

La empresa se ha adaptado al perfil de las personas que trabajan como repartidores. Tienen un catálogo en el que ofrecen distintos modelos de motocicletas. Ofrecen cuotas semanales que van desde 470 hasta mil 100 pesos.

La duración del crédito es de un año y al término la moto se transfiere de propietario. No piden enganche y para entregar la moto sólo se debe dar el primer pago por adelantado

“Con esto podemos ampliar la base de las personas que pueden acceder a nuestro producto”, afirma Otero, pero si en un momento ya no pueden continuar con los pagos, pueden devolver la moto a Ozon,

“Se asume que el dinero que diste fue un pago de renta por haberla usado. Pero si quieres ser dueño tienes que finalizar el pago de las cuotas”.  

Hasta el momento, Ozon ha vendido 800 motos y cuenta con mil motos en inventario. Tiene dos talleres en CDMX, uno en la colonia Obrera, cerca del centro, y otro en la colonia Anáhuac, en la Alcaldía Miguel Hidalgo.

Dentro de dos meses buscará iniciar operaciones en otras ciudades del país como Guadalajara y, en el futuro, llegar a Brasil.

“Para mí (el fracaso) es un escalón para llegar al éxito. No me da miedo fracasar, me da miedo no intentar”, afirma Otero.

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