‘The Capote Tapes’: el escándalo que provocó la explosiva novela final de Truman Capote
'Él lo escupía todo y tú te lo comías todo'… Capote, que tenía un genio para los chismes. Fotografía: Bettmann / Bettmann Archive

Cuando Truman Capote falleció en 1984, dejó los restos de una novela que empolló durante casi dos décadas, y habló de ella durante casi el mismo tiempo. Answered Prayers, la historia de un escritor novato que se acuesta con todo el mundo para abrirse paso en la alta sociedad, iba a ser el éxito más explosivo de Capote. Él la comparó con un arma mortal. “Hay una manija, un gatillo, un barril y, finalmente, una bala”, le dijo a la revista People. “Y cuando la bala sale disparada del arma, tendrá una velocidad y fuerza como nunca has visto, ¡wham!” Después de presumir su libro durante años, lo único que le faltaba era escribirlo.

En 1966 firmó un contrato, pero algunos avances de capítulos aparecieron en la revista Esquire nueve años antes y resultaron estar muy por debajo del estándar que fijó con sus éxitos previos, Breakfast at TIffany’s y la “novela de no ficción” In Cold Blood. Hubo un costo para su reputación social así como para su reputación literaria. Tan pronto como la alta sociedad y las esposas de los ricos con quienes se mezcló felizmente durante años (incluyendo a Slim Keith, Babe Paley y Gloria Vanderbilt, a quienes llamó “cisnes”) vio con qué casualidad esparció sus secretos más íntimos, sus amistades murieron. Capote no mordió la mano que le daba de comer. La arrancó desde la muñeca.

El escándalo de Answered Prayers es una parte central de The Capote Tapes, un nuevo documental que incorpora material de archivo de las apariciones del escritor en la TV, además de nuevas entrevistas con personas cercanas a él y algunos admiradores, incluyendo a los escritores Jay McInerney y Colm Tóibín. No obstante, lo más interesante son las grabaciones de audio nunca antes escuchadas del fallecido George Plimpton para su libro de 1997, Truman Capote: In Which Various Friends, Enemies, Acquaintances and Detractors Recall His Turbulent Career.

Escuchamos a Lauren Bacall señalar los contrastes entre la “voz de niño pequeño” de Capote y su “profunda risa de hombre”. Norman Mailer se maravilla con sus dones literarios, “Escribió las mejores oraciones de nuestra generación”, y su autenticidad: “Tuvo una vida especial y se dispuso a vivirla de una manera especial”. La periodista Sally Quinn recuerda su talento para generar chismes. “El lo escupía todo y tú te lo comías”, dice. “Era quejumbroso pero inteligente”.

Eso no fue suficiente para salvarlo una vez que se publicaron los fragmentos de Answered Prayers. Pero Ebs Burnough, el director de The Capote Tapes, siempre ha tenido una debilidad por ese incompleto y problemático último libro. “Para mí se siente inteligente y sagaz, como la revista People o Vanity Fair”, dice el director debutante de 40 años, quien fue secretario asistente social en la Casa Blanca, y asesor de Michelle Obama.

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“De ningún modo es su mejor trabajo”, dice Burnough. “Esto se debe en parte a su adicción al alcohol y a los fármacos. Pero al escribir sobre las personas que conocía, escondiendo y exagerando la verdad, hizo lo mismo de siempre. Cuando tenía nueve o diez años, entró a un concurso en un periódico con un ensayo titulado ‘Miss Busybody’, que se trataba de una señora sentada en su porche (de hecho, era la madre de Harper Lee). Se metió en muchos problemas por ello, pero ganó el primer lugar”.

Si el libro estuviese mejor escrito, sugiere Burnough, Capote se hubiera escapado de las embestidas. “No olvidemos que Holly Golightly en Breakfast at Tiffany’s era una prostituta, y aún así muchas mujeres afirmaban ser la inspiración del personaje”. No sucedió lo mismo con Answered Prayers. “Explora lugares que antes no hubiera explorado, como cuando escribe sobre una mujer teniendo sexo mientras está en su periodo, con sangre esparcida por las sábanas. No tenía que ser tan directo, ni hacer un ataque tan frontal. Nos hizo sentir con Holly, y nos enseñó a tener empatía por los asesinos de In Cold Blood, pero ningún personaje de Answered Prayers te hace sentir así. Parece que todos son malos”.

La promesa de que sería su mejor libro ejerció bastante presión, pero dejarla incompleta también significó que estrictamente no se le puede considerar un fracaso. ¿No terminarla era parte del plan? “Yo creo que de hecho la terminó”, dice Burnough. “Demasiadas personas dicen haberlo visto mientras trabajaba en ella, y dicen que vieron enormes pilas de papel”.

También rechazó los rumores, que aparecen en la película, de que el manuscrito entero está en una caja fuerte en algún lugar. “Mi teoría es que una noche se emborrachó y algo le sucedió al resto de la novela. Puedo imaginar fácilmente que, después de publicar esos fragmentos, y después de que su teléfono dejó de sonar, despertó tras una noche de fiesta y vio algunas hojas en la chimenea. La adicción puede hacerle eso a las personas”.

Burnough conoció la obra de Capote gracias a una bibliotecaria de su escuela cuando tenía 12 años. “Me identifiqué de inmediato con la voz gótica sureña”, dice, “porque crecí en el norte de Florida, cerca del sur de Georgia, entre robles, plantaciones y musgo español”. Devoró todo lo que Capote escribió (“Pero hay que ser honestos, el canon no es tan grande”). Incluso puede ver la adaptación cinematográfica sanitizada de Breakfast at Tiffany’s sin adelantar las escenas de Mickey Rooney como asiático. “Es tan jodido y aún así no podemos fingir que no existe. Debemos ser capaces de decir ‘miren hasta dónde hemos llegado’ “.

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En general, Burnough se opone a suavizar los prejuicios del pasado. No tiene reservas sobre incluir en su película la descripción que Mailer hizo sobre Capote como un “hermoso príncipe joto”, aunque le provoque escalofríos a las audiencias modernas. “Ese comentario muestra a lo que Truman se enfrentaba”, insiste. “Él no vivía en un mundo LGBT+. Vivía en un mundo donde era un ‘joto’ más. Era como una cuestión de hecho. Pero si eliminamos eso de los registros, ¿cómo se supone que debemos aprender de la historia?”

Burnough, quien está casado con Pierre Lagrange, el belga quien es un peso pesado de los fondos de cobertura con una fortuna estimada en 324 millones de dólares, esboza la carrera de Capote en orden cronológico, desde la luminaria que significó su primera novela, Other Voices, Other Rooms, publicada en 1948 cuando tenía tan solo 23 años, hasta el lamentable colapso de Answered Prayers. La película no escatima en detalles sórdidos: el amigo del escritor y autoproclamado compañero voyeurista Dotson Rader aparece para recordar las noches en los baños públicos homosexuales de Nueva York y en las oscuras esquinas del club nocturno Studio 54.

No obstante, el mayor orgullo de The Capote Tapes, son las nuevas entrevistas con Kate Harrington, a quien el escritor “adoptó” de forma no oficial cuando tenía 13 años. Su padre, un banquero de Long Island, fue amante de Capote, y abandonó a su familia para estar con él. Capote tomó a Harrington bajo el ala para enseñarle modales y para que fuera su compañera en almuerzos con celebridades y excesos de alcohol. Cuando se cansaba de los desenfrenos sociales, o cuando se distraía en los almuerzos, él le aconsejaba sacarle todo el provecho a la situación para enterarse de posibles chismes y escándalos. “Él me dijo que lo que debería hacer es sentarme y escuchar la conversación de al lado”, dice en la película. “Y en camino a casa, yo le podía contar todo lo que escuché”.

Esa relación de padre adoptivo e hija fue vital para que Burnough desbloqueara la vida del sujeto del documental. “No sabía que Truman esencialmente adoptó a la hija de su amante”, dice. “Él estaba desesperado por tener una familia durante una época donde no se lo permitían. Simplemente no era una opción para alguien como él, y aún así logró vivir la vida que quería. Para mí eso es bastante extraordinario. Él es alguien a quien históricamente han desdeñado en parte porque lo han caracterizado como quejumbroso y maldito. Y de hecho eso sí fue uno de sus componentes. Pero también, un hombre públicamente homosexual, famoso, con apariciones en la TV, y honesto sobre sí mismo. Merece mucho más que la imagen de una despiadada y pequeña reina”.

¿La figura de Capote sería escandalosa hoy en día? “La diferencia es que ahora todo el mundo cuenta historias personales en las redes sociales”, dice Burnough. “Hay celebridades como Taylor Swift y Madonna que hablan sobre sus experiencias, o Hilaria Baldwin que discute su aborto espontáneo en Instagram. La idea de que alguien pueda contar una historia sobre la vida íntima de otras personas es menos atractiva hoy en día, porque tal vez ya la escuchamos contada por la persona en cuestión”.

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Desde que abandonó la Casa Blanca en 2012, Burnough ha trabajado principalmente en relaciones públicas. ¿Hubiera aceptado a Capote como su cliente? “¡No!”, dice sin pensarlo. “Me cancelarían. Truman estaría bien, pero la gente me preguntaría, ‘¿cómo es posible que lo representes?’ “ Aún así admite que le prestaría mucha atención a sus redes sociales. “Su Instagram sería escandaloso. Y Truman sería una bestia en Twitter. Se la pasaría atacando a varias personas, y seguramente le diría a Kim Kardashian: ‘Querida, ¿a quién le importa?’

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