Samba y caipirinhas: cómo celebrar el festival cancelado de Río en línea
La escuela de samba Vila Isabel en el Carnaval de Río 2020 Foto: Carl de Souza/AFP/Getty Images

Para millones de personas alrededor del mundo, la del viernes 12 debió ser la más feliz del año. La primera noche del carnaval. En un año normal, bandas de metales en Nuevo Orleans y Trinidad pulirían sus instrumentos después de meses de ensayos, y los participantes de los desfiles de mardi gras se pondrían sus vestuarios brillantes antes de salir a las calles. Y los cariocas, los residentes de Río de Janeiro, se prepararían para lo que orgullosamente llaman “la fiesta más grande del mundo”. 

Este año no, tristemente. Está cancelado en todos lados desde Cádiz hasta el Caribe. Que pena. El carnaval sería el antídoto perfecto para nuestros males actuales. Cinco noches de baile, música y bebida… maldito distanciamiento social. 

Río presenta la expresión artística de carnaval por excelencia, un espectáculo grandioso de brillos y diamantina con sonido al ritmo de la samba. Docenas de escuelas de samba de la ciudad preparan todo el año su momento en los reflectores, emplean a cientos de diseñadores, pintores, músicos, costureras, escultores y mecánicos. Cada una prepara un desfile de casi 4,000 participantes, que bailan al ritmo de unos trescientos de la batucada. 

Momentos destacados del carnaval de Río del año pasado

Un año de preparación para una presentación de 70 minutos. Más tiempo y le bajan puntos a la escuela de samba, aunque cada desfile es una obra de arte viviente, la competición entre ellos es tan feroz como un partido de fútbol brasileño. Cada aspecto del desfile, la canción, los vestuarios, los carros alegóricos, las reinas del carnaval, el baile, es calificado por un equipo de jueces, y cuando el puntaje se anuncia en la radio y la televisión el último día del carnaval, la ciudad deja de celebrar para escuchar los resultados. 

No habrá nada de eso este año, pero habrá acción en línea. Mangueira, una de las escuelas de samba más viejas de Río, que ha usado el carnaval para levantarse en contra de la retórica absurda y divisionista de Bolsonaro, presentará shows virtuales en vivo en YouTube el domingo, lunes y martes desde las 3pm, con una pequeña banda de samba y votaciones en línea para la mejor canción del año. Portela, otra escuela tradicional y ganadora de un récord de 22 desfiles del carnaval, tocará samba tradicional al mediodía del domingo. 

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Banda carnavalera Monobloco

Las escuelas de samba desfilan en el Sambódromo para 90,000 personas, el recinto de 700 metros de largo diseñado por Oscar Niemeyer, el arquitecto más grande de Brasil. Mientras que este show televisado acapara los encabezados, se ha hecho demasiado grande, caro y turístico para muchos cariocas, y en la última década la popularidad de las fiestas callejeras explotó. En el corazón de estas están los cientos de blocos, o bandas callejeras, que tocan por toda la ciudad. Son libres de disturbios, inclusivas y amigables con la comunidad LGBT, con muchas drag queens que pasean por ahí. 

Monobloco, que se formó en 2000, ahora atrae a miles al centro de la ciudad, pero este año lo harán virtualmente el sábado (13 de febrero) a las 8:30pm. También vale la pena ver a Sargento Pimenta, que formó un fanático de los Beatles, quienes tocan versiones de samba de la banda. Aquí hay otra lista de eventos virtuales, aunque tal vez tengas que usar Google Translate para entender. 

MIRA

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La plana de Ipanema. Foto: ASSY/Pixabay.com

Hace pocos años pasé cuatro días caminando por Río, una de las experiencias de viaje más emocionantes de mi vida. Como dije en ese entonces: “Gracias a su topografía única y su belleza natural, ofrece un paseo citadino como ninguno en la Tierra, hay un lago, montañas, dos de las playas más hermosas del mundo y un poco de la última selva virgen del atlántico, sin olvidar los pueblos coloniales y la favela más grande de Latinoamérica, todo dentro de los límites de la ciudad”. 

Por cualquier lugar que pasas hay una vista espectacular, desde la cima de una montaña o favela junto a una colina, hasta los kilómetros de arena y mar resplandeciente. El tour virtual en alta definición de You Visit ofrece un panorama hermoso, con vistas interactivas y fotos del Cristo Redentor, Pan de Azúcar, Ipanema y más, todos bañados en luz tropical. 

Una de las adiciones culturales recientes más interesantes es el Museu do Amanhã (Museo del Mañana), un espectacular centro de ciencias contemporáneo que se estira hacia el cielo desde el viejo puerto. Se dedica a explorar los problemas de sustentabilidad del planeta “mañana” en lugar del común, y vago, “en el futuro”. Echa un vistazo

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El Museo del Mañana

Río es tan famoso por sus playas, el carnaval, el fútbol y su belleza en general, que incluso aunque la capital se transfirió a Brasilia en 1960 y Sao Paulo es el doble de grande, es fácil olvidar que se mantiene como la capital cultural de Brasil. 

Si quieres un poco de sol virtual, o quieres torturarte, aquí hay una transmisión en vivo de la playa de Copacabana en pleno verano. Y si piensas ir a Brasil una vez que se levanten las restricciones, el operador especialista del nuevo Club de Viaje Virtual de Journey Latin America presentará una sesión en vivo de preguntas y respuestas por Zoom el 8 de junio (gratuita, con registro en línea). 

ESCUCHA

Rio 40 Graus de Fernanda Abreu. Esta canción de funk brasileño, y el video, encapsulan la alegría tropical y caótica de la ciudad.

Preguntarle a un brasileño que elija un género musical que represente a su país es tan inútil como preguntarle a un estadounidense lo mismo. La herencia musical de dos de los países más grandes y diversos de América es igual de rica y variada. Las dos se originan en África y se incubaron en la esclavitud, los campos de caña de azúcar fueron para la samba lo que las plantaciones de algódon al blues. Los géneros brasileños más famosos fuera del país, samba y bossa nova, tienen sus raíces en Río (aunque se discute si las raíces de la samba se plantaron en el estado de Bahia), y hay muchos otros géneros que escuchar. 

Ya tienen más de 10 años, pero recomiendo la diversión y funk de Favela Chic: Postonove compilations, como una probada de la música brasileña. Abarca décadas y de todo desde hip hop y samba tradicional hasta funk brasileño y jazz, tiene a grandes como Jorge Ben y Beth Carvalho a través de Seu Jorge hasta raperos y DJs.

Para saber que pasa en la escena musical actual, hablé con el productor, escritor y multiinstrumentista Alexandre Kassin, quien tiene un programa en la estación FM Worldwide de Gilles Peterson. Como todos los cariocas, en este punto del año Kassim estaría inmerso en el carnaval, literalmente. “Desde mi casa en el vecindario Botafogo puedo escuchar a tres o cuatro blocos diferentes que tocan al mismo tiempo”. 

La sublime Orquestra Imperial

En los días antes del carnaval su Orquestra Imperial “la respuesta brasileña a las grandes bandas de swing” generalmente toca en los clubes de la ciudad, “muy genial” Manouche cerca de los hermosos Jardines Botánicos. 

La lista de los músicos de Río que según Kassin valen la pena escuchar incluye a Ana Farango Eléctrico (quien mezcla garage rock con bossa nova), Alberto Continentino (“uno de los mejores bajistas del mundo y un escritor de canciones increíble”), Negro Leo (“un cantautor genial con un estilo único”), Antonio Neves (baterista, trombonista, y al parecer muy salvaje), y Priscila Tossan (“Toco con su banda, una cantante increíble”). 

Para darte una idea de cómo se siente un carnaval, escucha a Fanfarra, del álbum ganador de un Grammy de Sergio Mendes, Brasileiro. Esta es la única grabación que conozco que se acerca la intensidad retumbante y erizante de una batucada. Por supuesto que Kassin sabe de más, pero dice: “Es casi imposible capturar ese sonido y energía en un estudio (Mendes grabó en un estacionamiento), porque cuando hacen un disco solo usan a pocos percusionistas. Quisiera grabar a una banda completa algún día”. Él debería, el mundo merece oírlo. 

LEE

Las complejidades y curiosidades de Río son las mismas de Brasil, y cualquier entendimiento de la ciudad debería comenzar con un panorama del país, a través de un libro como el ingenioso e incisivo The Brazilians de Joseph Page, o el excelente podcast de Misha Glenny, The Invention of Brazil

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Ninguna novela expone el alma de Brasil o los orígenes de los problemas de Río como el peruano ganador del premio Nobel, Mario Vargas Llosa en La guerra del fin del mundo. Ambientada no en Río sino en el desierto del noreste de Brasil (y basada en hechos reales registrados en Los sertones, del periodista de Río Euclides da Cunha), cuenta la historia de la rebelión milenaria del Siglo XIX de los pobres y marginalizados Canudos, que fue brutalmente aplastada, después de los tres primeros intentos fueron derrotados por un enorme ejército desplegado desde Río. 

Después de la guerra, los mercenarios negros en su mayoría y los renegados robrevivientes fueron abandonados y migraron al sur para asentarse en barrios en las colinas de Río. Las llamaron favelas, como una flor que crecía en los campos de batalla de los Canudos. Así comenzó la tragedia de Río, y continúa, como una guerra civil, entre la élite política y la alienada mayoría de las favelas. 

“La criminalidad en Brasil existe por el racismo y la distribución desigual de la riqueza, que ha durado por años”, dice Paulo Lins, quien creció en uno de los vecindarios más bravos de Río. Escribió sobre él en Ciudad de Dios, que en prosa exquisita y lírica, traza la brutal realidad violenta de la división racial y social y la esperanza romántica contra todo pronóstico que conforman la antinomia del alma de Río. 

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Esta antinomia es un tema de la literatura carioca desde los 1800, cuando Machado de Assis nació en la base de la pirámide, de una esclava liberada. Con su intelecto auténtico se convirtió en el escritor brasileño más aclamado. El premio literario que lleva su nombre es el más prestigioso del país. Su obra maestra, Memorias póstumas de Blas Cubas, es un ataque gracioso a la sociedad de Río. La hora de la estrella de Clarice Lispector es el hermano del Siglo XX del libro, cuenta la historia de una migrante joven de la región pobre del noreste cuyos sueños de una vida mejor los extingue los prejuicios y el sexismo. 

No todo es miseria. Futebol: The Brazilian Way of Life del excorresponsal de The Guardian Alex Bello es más que un libro sobre el juego hermoso. Es una historia de amor para todo lo bueno y lo malo de Río y Brasil, la camaradería y la corrupción, la vivacidad y venalidad, el humor, el orgullo y el verdadero amor a la vida que caracterizan a todo lo carioca. 

MIRA

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Ciudad de Dios

No encontrarás las mejores películas de Río en el sitio web para turistas de la ciudad. Mientras que los directores de Hollywood vuelan a Río desde la década de los 30 para usar sus hermosos paisajes, la mayoría de los directores brasileños enfocan sus lentes en las realidades brutales de la sociedad brasileña y la vida urbana golpeada por la pobreza. 

Ya mencionamos el libro Ciudad de Dios, pero la adaptación de 2002 de Fernando Meirelles encabeza la mayoría de las listas de las mejores películas sobre Río. Ambientada en una favela infestada de drogas en donde el asesinato casual es un modo de vida, se cuenta a través de los ojos de los niños, interpretados en su mayoría por actores amateur. Es extremadamente violenta, con un número de muertes que compite con Rambo, pero también tiene el estilo genial de Goodfellas o Trainspotting. 

Walter Salles, uno de los directores más exitosos del país, tuvo una nominación al Óscar por Central Station (1998), una película sobre una maestra que escribe cartas por los migrantes analfabetas de la ciudad, incluido a un huérfano que ella forzosamente acoge para un viaje a la región pobre del noreste de Brasil en busca de su padre. Es una pieza hermosa que evita los clichés azucarados de vínculos adulto-niño que la trama podría sugerir, y presume los paisajes del país. 

Avance de Netflix de Coisa Mais Linda

Hay otras dos películas revolucionarias sobre Río hechas en la década de los 50 que vale la pena buscar. Rio, 40 Graus (1955) es un semidocumental neorrealista que sigue a niños que venden cacahuates en la playa y en estadios de fútbol, que originalmente fue prohibida en Brasil por su representación franca de la pobreza. La segunda es Orfeu Negro (1959), que transpone la leyenda griega de Orfeo y Eurídice en una favela durante el carnaval. Su banda sonora de bossa nova introdujo al mundo al entonces género emergente.

Una interpretación más alegre del nacimiento del bossa nova está ahora en Netflix. Coisa Mais Linda es un drama de época que sigue a una mujer joven, que después de ser abandonada por su esposo, abre un club de bossa nova. También en Netflix está The Edge of Democracy, un documental de 2019 que explora cómo las políticas brasileñas se polarizaron tanto y tan mal después de emerger de 25 años de una dictadura militar en 1989, y como regresan al fascismo. Y el rapero y activista Emicida con AmarElo: It’s All For Yesterday celebra la riqueza del legado de la cultura brasileña negra en un país donde “las vidas negras cuentan menos”. 

PRUEBA

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Mientras escribo esto desde mi cocina en el nevado Londres, no puedo dejar de desear que ojalá estuviera sentado afuera de uno de estos 10 botecos fantásticos, o bares locales en el calor de Río bebiendo cervezas heladas. Un lector escribió para decirme que usó mi lista como una guía para la ciudad cuando la visitó. Esa no fue mi intención, ¡pero qué gran idea! Todos son instituciones de la ciudad y están en lugares geniales. 

Si tampoco están en Río, consolate con una caipirinha. La bebida nacional de Brasil pega más que otros cócteles clásicos, como el daiquiri o el mojito, como resultado de la cachaza que se destila de jugo fermentado de caña de azúcar. Esta es una buena receta, aunque tal vez quieras ponerle menos azúcar, a los brasileños les gusta lo dulce. Si no consigues cachaza, haz una caipiroska, la misma bebida pero con vodka. No es lo mismo que una caipirinha, pero hace su trabajo. 

Cómo hacer una caipirinha

Brasil también tiene un platillo nacional, feijoada, un guiso de frijoles negros y puerco que se sirve con harina de mandioca tostada, arroz, col y naranja. Según la leyenda, la feijoada tiene sus orígenes en la esclavitud, los esclavos preparaban el platillo llenador con frijoles negros y restos de patas de puercos, orejas, rabos y más. La verdad no es tan romántica, se originó en Portugal y es como la cassoulet francesa y la fabada asturiana. 

Esta receta de The Guardian es excelente. La feijoada se suele comer en celebraciones, y en Río eso significa la temporada del carnaval. Cuando vivía en Brasil, hacía una cazuela grande que me durara durante el carnaval. Está llena de proteínas, así que es ideal para absorber una resaca y llenar el tanque antes de salir toda la noche. 

Este festín cárnico es el infierno de un vegetariano, pero mi versión vegetariana es deliciosa también. Solo quita la carne de la receta de arriba y aumenta las especias y hierbas (los frijoles negros no tienen tanto sabor como las lentejas), y en los últimos 20 minutos añade trozos de papa, zanahoria, calabaza y camote en los frijoles para que cocinen al vapor en el caldo. 

Culinary Backstreets es una buena guía para la escena culinaria de Río

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