¿El plan de Tom Cruise de seguir haciendo películas de acción a sus 80 años es una misión imposible?

¿Alguien recuerda aquellos días extraños, allá en la lejana época pre-covid, en los que la muerte del cine parecía inminente y ni siquiera Tom Cruise lograba agotar las salas de los cines? En 2010, el futuro de la estrella de Top Gun era tan oscuro que parecía probable que el actor cayera en el olvido cuando aún tenía cuarenta y tantos años. Incluso se llegó a hablar de que Cruise había desaparecido de la lista de felicitaciones navideñas del difunto presidente de Paramount, Sumner Redstone, debido a sus extrañas travesuras en el sillón y a su continua defensa de la Cienciología.

Pasemos al 2023 y, gracias a la combinación de la pandemia y el avance del streaming, es posible que las taquillas de todo el mundo se encuentren en una situación aún peor que en la que se encontraban cuando la ya olvidada comedia romántica de Cruise con Cameron Diaz, Encuentro explosivo, se convirtió en un auténtico fracaso. No obstante, hoy en día se le considera más como la solución que como el problema.

Desde el éxito de mil millones de dólares de Top Gun: Maverick el año pasado, nuestro héroe de sonrisa dientona ha sido proclamado como el salvador del cine. Y eso significa que probablemente tendremos al menos otras dos décadas de Cruise saltando de edificios gigantes, cortejando a mujeres mucho más jóvenes y, en general, comportándose como si fuera un ser inmortal y todopoderoso procedente de la federación galáctica de Xenu hasta bien entrados los ochenta.

¿No me creen? Esta semana, Cruise comentó al periódico Sydney Morning Herald que planea seguir los pasos de Harrison Ford, que actualmente interpreta a un aventurero arqueólogo octogenario en Indiana Jones y el dial del destino. “Harrison Ford es una leyenda, espero seguir haciéndolo, tengo 20 años para alcanzarlo”, dijo. “Espero seguir haciendo películas de Misión: Imposible hasta que tenga su edad”.

¿Cómo funcionará esto? La cuestión con Ford es que parece exactamente lo que es, una persona de 80 años extremadamente fuerte y saludable. Pero uno tiene la impresión de que esto no será suficiente para Cruise. Considerando que a sus 60 años parece un cuarentón en plena forma (aunque un poco canoso), parece seguro que nuestro Tom no se conformará con nada menos que parecerse a un cincuentón monstruosamente varonil para cuando filme Misión: Imposible 20 en 2042. Tal vez la solución sea el botox y las cámaras de crioterapia, o tal vez ha llegado el momento de que Cruise acepte que necesita la tecnología de retrorejuvenecimiento que permitió que Ford se viera como el Indy más joven en El dial del destino… durante toda la película.

En algún momento, sin embargo, en este hipotético escenario, se volverá obvio que el Cruise de la película ya no se parece al Cruise real. La máscara de la realidad se caerá y todos se darán cuenta de que han estado viendo una imagen falsa del actor que estrecha la mano del público durante dos horas en un estreno en Leicester Square, como si se tratara de una extraña versión hollywoodense del thriller policíaco deepfake de la cadena BBC The Capture.

Por otra parte, quizá ya estamos en ese punto. En realidad, no puede conducir una motocicleta por una rampa gigante y lanzarse en paracaídas hasta un tren a sus 80 años, ¿o sí? ¿No habría sido mucho más fácil hace todo con CGI? O –¡Dios no quiera!– ¿Poner la cara de la estrella sobre el cuerpo de un doble en la sala de edición?

Misión: Imposible – Sentencia mortal parte 1 trata sobre Cruise enfrentándose a una inteligencia artificial aterradoramente poderosa y (tenemos que suponer) saliendo victorioso, aunque todo el mundo sabe que eso es tan probable como que Wes Anderson haga una película de El Señor de los Anillos. Pero si realmente quiere seguir haciendo estas películas hasta sus 80 años –haciendo todas sus escenas peligrosas, salvando a Hollywood de la amenaza de Netflix y TikTok–, tenemos que asumir que tarde o temprano podría necesitar algo más que una mano amiga del malvado enemigo digital. Después de todo, está lo imposible y lo totalmente absurdo.