Así es la casa que inspiró UP: Una historia más misteriosa y conmovedora que la de Disney
El actual dueño adquirió la casa en el 2018 y desde entonces ha habido una gran cantidad de rumores de demolición.
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El actual dueño adquirió la casa en el 2018 y desde entonces ha habido una gran cantidad de rumores de demolición.
La casa de la película UP: Una aventura de altura, de Disney, está inspirada en una historia real que es inclusive más conmovedora que la que se muestra en la película de animación dirigida por Bob Peterson.
El filme sigue la historia del anciano gruñón Carl Fredricksen, quien traslada su casa a la exótica locación de Paradise Falls utilizando miles de globos después de sufrir la muerte de su esposa, Ellie. Esta decisión la tomó tras recibir una gran cantidad ofertas por su casa de parte de empresas constructoras de la ciudad que quieren levantar un rascacielos en su ubicación.
Pero existe una historia poco conocida en torno a la casa de Carl. La verdadera casa pertenecía a Edith Macefield y, al igual que en la película, también se negó a vender la casa a los trabajadores de una empresa constructora.
Conocida como Whitewood Cottage, Macefield adquirió la casa para su madre en 1952 y vivieron juntas hasta 1976, año en que su progenitora murió. Por aquellos años, una empresa constructora adquirió la mayoría de las casas de la localidad y únicamente quedó la casa de Macefield.
Tras la muerte de su madre, se pensó que Macefield se regresaría para Inglaterra, donde había radicado junto a su primer marido, pero decidió quedarse y se negó a vender la casa a pesar de la insistencia. En declaraciones recogidas por The Seattle Times, mencionó que “esta vieja casa me envolvió con su antigua estructura y me sostuvo”.
Al igual que en la historia animada, Macefield vio cómo su estado de salud fue empeorando con el paso del tiempo y las ofertas por las inmobiliarias no se hicieron esperar, pero Edith se hizo famosa por rechazar una oferta por un millón de dólares en 2006.
Irónicamente, ella forjó una gran amistad con Barry Martin, encargado del desarrollo de las casas en la zona, y él la cuidó en sus últimos años de vida, por lo que fue quien heredó la casa cuando ella murió en 2008.
Años después, el propio Barry Martin vendió la casa por 300 mil dólares, según él, con permiso previo de Macefield, a un promotor empresarial. A más de 15 años de esta venta, se sabe que el actual propietario es Regency Centers, un fideicomiso de bienes raíces que, pese a los rumores de demolición, conserva su esencia.