Camila Sodi vive una historia de terror en ‘El exorcismo de Carmen Farías’

Camila Sodi vive una historia de terror en la película El exorcismo de Carmen Farías. En este filme que se encuentra ahora en la cartelera cinematográfica, ella es la protagonista que promete dar miedo a lo espectadores.

Después de la muerte de su madre, Carmen, quien es una intrépida periodista, descubre que heredó la casa de su abuela. Decide regresar ahí a indagar sobre su familia, pues se siente a la deriva ahora que se ha quedado sin familia directa y sin posibilidad aparente de tener hijos propios. Ahí descubrirá que esté lugar esconde secretos sobre su abuela, y que ahora ella deberá terminar la batalla contra el demonio que ésta inició para salvarla.

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El exorcismo de Carmen Farías surge a partir de las múltiples historias que el guionista Molo Alcocer escuchó durante su niñez en Querétaro, uno de los lugares donde más exorcismos se realizan a nivel mundial y donde la religión siempre ha jugado un papel importante en la ciudad y la sociedad. El origen de la historia hace referencia a un mal antiguo latente y que está esperando a que alguien regrese a alterarlo.

“Siempre en tiempos de crisis y de pandemias es cuando más surgen las historias de terror, porque es una forma de explicarnos nuestros males a nosostros mismos”, señala el director de la película Rodrigo Fiallega en entrevista con La-Lista.

“Cuando el terror está bien hecho, además de asustarnos, no explica mucho acerca de nosotros mismos, de nuestros miedos y temores. También de lo que nos negamos a ser o de lo que nunca queremos ver de nosotros como reflejo”, añade.

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¿Cuál es la fórmula para que el espectador realmente se estremezca con un filme de esta naturaleza? “Realmente no hay ninguna, es obviamente hacerlo de una forma honesta y en lo cual te lo creas. Cada película tiene su estilo, pero que la gente sienta que pueda pasarle, que pueda experimentar ese tipo de cosas“, señala Fiallega.

Camila Sodi también enfrentó retos actorales al momento de grabar El exorcismo de Carmen Farías, porque nunca se había adentrado en el terror: “No había hecho una película del género y lo que resultó más difícil en el rodaje fue el momento cuando el personaje se queda solo, porque se convierte en algo muy técnico: Sube, baja, escalera, voltea. Me llamó mucho la atención ver cómo íbamos a lograr todo esto”.