Julissa vive con su exesposo Benny Ibarra y su actual pareja: así cuidan de ella en su vejez

Martes 6 de mayo de 2025

Julissa vive con su exesposo Benny Ibarra y su actual pareja: así cuidan de ella en su vejez

Tras sufrir una caída que afectó su movilidad, Julissa, leyenda del espectáculo mexicano, vive bajo el mismo techo con su exesposo Benny Ibarra

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Julissa vive bajo el mismo techo con su exesposo Benny Ibarra

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Foto-Facebook: Yeah Benny Ibarra

Julissa vive bajo el mismo techo con su exesposo Benny Ibarra
Foto-Facebook: Yeah Benny Ibarra

A sus 81 años, Julissa, icónica actriz, cantante y productora mexicana, atraviesa un momento delicado de salud tras una caída que afectó su movilidad. En un giro tan inesperado como enternecedor, su exesposo, el también cantante Benny Ibarra, ha decidido mudarse con ella para cuidarla. Lo ha hecho junto a su actual esposa, Lilia Blanco, y su hijo Alejandro, en un esfuerzo colectivo por garantizarle bienestar. Décadas después de su divorcio, la expareja vuelve a compartir techo, ahora bajo una nueva lógica de solidaridad familiar. La decisión, más allá de lo anecdótico, revela una compleja red de afectos, lealtades y responsabilidades que redefinen el significado de familia.

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¿Por qué Benny Ibarra y su esposa decidieron vivir con Julissa?

La decisión de Benny Ibarra y su esposa, Lilia Blanco, de mudarse con Julissa no obedeció a un plan calculado, sino a un proceso natural marcado por el afecto y la preocupación genuina. La artista, que desde hace años se mantenía activa en el medio artístico, se ha retirado del ojo público debido a los problemas físicos derivados de una caída reciente. Esto impulsó a su círculo cercano a reorganizar su vida diaria para acompañarla en esta nueva etapa.

Benny explicó que actualmente viven en una casa amplia dividida por secciones: “De un lado está ella, del otro nosotros, y en la planta alta mi hijo”, dijo. Mientras remodelan el espacio que ocupará Julissa, su cuarto, sala y comedor, ella se encuentra temporalmente en San Miguel de Allende. Sin embargo, la casa ha sido equipada con un timbre especial para que pueda llamar en caso de emergencia, lo que demuestra el nivel de compromiso y cercanía que han construido.

Más allá de una obligación, este gesto nace de un vínculo afectivo que no se quebró con el divorcio. “Trabajaron juntos muchos años. No era solo una relación de pareja, también de amistad y colaboración profesional”, explicó Lilia Blanco. La cotidianidad ha reforzado esa convivencia armónica, donde cada miembro de la familia aporta desde su lugar.

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Julissa y su hijo / Foto-Facebook: Yeah Benny Ibarra

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¿Cómo es la nueva dinámica familiar en casa de Julissa?

El hogar que ahora comparten Julissa, Benny, Lilia y Alejandro es todo menos convencional. Y sin embargo, funciona. La clave, según quienes lo viven, está en el respeto, el cariño y la disposición a ayudar. Lilia, actual esposa de Benny, fue quien se encargó de comprar con afecto el timbre que Julissa usa para pedir ayuda si la necesita. “A veces le cuesta trabajo caminar, pero está súper bien de su cabeza. Yo la quiero mucho”, aseguró.

La familia ha establecido una rutina colaborativa donde cada quien asume responsabilidades. Benny y Lilia no solo están al pendiente de Julissa, también apoyan a su hijo Alejandro, quien cría a sus dos hijos pequeños. “Es levantarse a las 6 de la mañana para llevarlos a la escuela y recogerlos al mediodía. Nosotros le echamos la mano cuando podemos”, relató Benny. Lilia también interviene como figura materna cuando es necesario, ya sea para peinar a su nieta o atender las ocurrencias de los pequeños.

Lejos del drama o el resentimiento, lo que predomina en esta convivencia es un sentido ampliado de la familia, donde los roles tradicionales se diluyen para dar paso a una red afectiva que apuesta por la cooperación.

¿Qué nos revela esta historia sobre los nuevos modelos de familia?

El caso de Julissa, Benny y Lilia pone sobre la mesa un tema crucial: las estructuras familiares no son estáticas. Las relaciones evolucionan con el tiempo y, en algunos casos, permiten vínculos más sólidos que los que impone la sangre o la legalidad matrimonial. En un país como México, donde las nociones tradicionales de familia siguen siendo predominantes, esta historia ofrece una alternativa real y funcional basada en el cuidado mutuo.

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Julissa y su hijo / Foto-Facebook: Yeah Benny Ibarra

“No era nada más una relación de pareja, sino también de amigos y de trabajo”, expresó Lilia. Ese matiz es clave: el amor que hoy sostiene esta convivencia no es el romántico, sino el de una historia compartida, de experiencias comunes, de un afecto que sobrevive a los ciclos personales. En ese sentido, Julissa no está sola ni abandonada en su vejez, sino acompañada por quienes han decidido estar ahí, más allá de las etiquetas.

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