Natanael Cano celebra los corridos tumbados en el Estadio GNP junto a Belinda y Peso Pluma
El viernes 23 de agosto por la noche, ante más de 60 mil personas en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México, Natanael Cano dejó claro su propósito: “Puros corridos tumbados a la verga”.
El viernes 23 de agosto por la noche, ante más de 60 mil personas en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México, Natanael Cano dejó claro su propósito: “Puros corridos tumbados a la verga”.
“Es de nacos”, esa era la respuesta común. En su salón de clases y en otros lugares, cada vez que Natanael Cano hablaba de música norteña, corridos o regional mexicano, la reacción era unánime: la gente lo desestimaba como música de mala reputación o asociada al narcotráfico. Pero él pensaba lo contrario y decidió que su misión sería cambiar esa percepción. Se propuso que su generación se enamorara de los corridos.
Hoy, Natanael puede decir que cumplió su meta y, más aún, creó un nuevo subgénero dentro del regional mexicanos: los corridos tumbados, que combina los corridos tradicionales con el trap y el rap. “Fue mi visión, siempre fue mi lema: acercar a estos cabrones a que les gustara esta música”, confesó en una entrevista exclusiva para la plataforma de streaming Disney+.
El viernes 23 de agosto por la noche, ante más de 60 mil personas en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México, Natanael dejó claro su propósito: “Puros corridos tumbados a la verga”, proclamó antes de lanzar su enérgica interpretación de “El F”, una oda a la clandestinidad y al comercio ilegal. Una colaboración que lanzó en 2021 con Junior H, otro exponente clave en la ola de corridos tumbados que se ha consolidado en los últimos siete años.
Este concierto de Natanael, que él mismo describió como el “más importante de mi carrera”, fue una celebración de su trayectoria. Después de seis años en el escenario, su objetivo era disfrutar del momento con sus seguidores, amigos y familiares. Fue una fiesta que unió sus orígenes, su carrera y lo que está por venir.
En el escenario, que evocaba la zona desértica de su natal Sonora –con arena, sol y cactus– lo acompañaron intérpretes como Peso Pluma, Gabito Ballesteros, Dan Sánchez, Alejandro Buelna, Nueva H, Tito Double P y Belinda, a quien Natanael dedicó unas palabras cariñosas: “¡Me encantas, Belinda! Ay, mamá, me derrito”.
“Si se la saben, la cantan”, decía Natanael antes de cada canción, y el público respondía con entusiasmo. Cada vez que comenzaba una nueva interpretación, los asistentes se unían con fuerza. Aunque la interacción con el público fue ocasional, en esos breves momentos Natanael demostró su aprecio por estar allí. Las canciones como CH y la Pizza, AMG y Amor Tumbado se convirtieron en los himnos de la noche.
El concierto, transmitido en Disney+, también fue un viaje nostálgico. Las versiones de O me voy o te vas, Ya te olvidé y Amor Eterno establecieron una conexión con el legado cultural de cantautores como Marco Antonio Solís, Rocío Dúrcal y Juan Gabriel, quienes han dejado una huella imborrable en la música mexicana.
El Tour 2024-25 llevará a Natanael por las principales ciudades del país. Su setlist de 49 canciones recorre su carrera, incluyendo covers y colaboraciones que han cimentado su estatus como “el padre de los corridos tumbados”. Inspirado por figuras del regional mexicano como Gerardo Ortiz, Virlán García, Los Plebes del Rancho, Alta Consigna y Ariel Camacho, a quien Natanael no conoció personalmente pero considera una influencia clave, su visión de fusionar corridos tradicionales con trap y rap ha refrescado la música regional mexicana y, además, ha establecido una nueva forma de expresión dentro del género.
“Lo más importante es el futuro, lo que viene, tengo 23 años”, dijo Natanael. Y prometió que su próximo álbum será el siguiente gran éxito en el mundo de los corridos tumbados, al igual que su primer disco, Corridos Tumbados de 2019.
La noche del viernes, Natanael no solo celebró su carrera y sus logros, sino que también vio cómo su visión se materializaba frente a él: miles de jóvenes, reunidos en un solo lugar, demostraron que los corridos tumbados han dejado una marca imborrable en la cultura musical mexicana.
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