David Fincher y Trent Reznor sobre ‘Mank’: ‘La gente decía: Esto es muy de nicho’

Uno de los mejores directores vivos de EU mantiene su cámara apagada para nuestra llamada de Zoom, pero suena tan alegre —“¡Hola, soy Fincher!”— que bien podría estar comunicándose con emojis de caritas sonrientes. Quizás sea el efecto de las 10 nominaciones al Oscar anunciadas unos días antes para Mank, su aclamada y cariñosa película sobre la creación de Citizen Kane.

Mientras tanto, Trent Reznor, quien, con su socio musical en Nine Inch Nails, Atticus Ross, ha compuesto las partituras de todas las películas del director desde 2010, se une a la llamada un momento después y demuestra ser menos tímido ante la cámara. Aparece con unos pants cafés, sentado junto a un teclado en una habitación luminosa y desordenada. Fincher le saluda alegremente: “¡Trent-O!”

Están aquí para discutir una asociación que ha abarcado cuatro películas: la historia del origen de Facebook, The Social Network, los thrillers The Girl With the Dragon Tattoo y Gone Girl, y ahora Mank. Su sociedad también les ha traído nominaciones a premios para cada uno de ellos, así como un Oscar en 2011 por la música siniestra y enconada compuesta por Reznor y Ross para The Social Network, su primera banda sonora. Felicito a ambos hombres por sus nominaciones más recientes. Reznor ha recibido dos este año por sus partituras con Ross: una para Mank y la otra para Soul de Pixar. “Se nos ha caído el ritmo (de victorias)”, dice en voz baja. “Siempre fue agradable poder decir: ‘Una película, una victoria’”.

Esos 10 gestos, que incluyen el tercero de Fincher al mejor director, significan que Mank tiene más nominaciones que cualquier otra película en disputa, aunque tal vez no sea suficiente para dejarse llevar: The Irishman, otro prestigioso título de Netflix, obtuvo el mismo número el año pasado, pero se fue con las manos vacías. Sin embargo, parece perverso que una película sobre un escritor ganador de un Oscar (Herman J Mankiewicz, interpretado por Gary Oldman) haya sido pasada por alto en la categoría de mejor guion original.

“Mira, no puede esperar que otras personas vean exactamente el mismo valor en las cosas que usted hace”, dice Fincher. “Eso es simplemente infantil. Diez está bien. No tengo ninguna queja sobre 10. Él no se enojará”.

“Él” podría aplicarse al propio Mankiewicz, o al padre periodista de Fincher, Jack, quien escribió a Mank en 1990 a instancias de su hijo. Fincher padre murió en 2003. ¿Dejó algún indicio sobre el tipo de música que quería? “No creo que mi padre se hubiera imaginado filmar esta película, y mucho menos entrar en posproducción. Lo había cancelado. Intentamos que se hiciera en 1997. Vi a Mankiewicz como un personaje extraño, divertido y marginal y me encantó la idea de darle su propia película. La gente decía: Mmh. Este es un nicho muy específico‘”.

Fincher no tenía ideas preconcebidas sobre qué enfoque musical tomar con Mank. “Busqué a Trent y Atticus y les dije: ‘Por favor, ayúdenme, no sé qué debería ser esto’. Podría haber sido como Bernard Herrmann (que compuso música para Hitchcock y para Citizen Kane). Podría haber sido Feliz Navidad, Sr. Lawrence. Probablemente podrían haberme convencido de cualquier cosa “.

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Surgió la posibilidad de instrumentación para períodos específicos. “David dijo que pensaba que la película podría ser como algo que se encontró en la bóveda, hecho en el mismo período que Citizen Kane“, dice Reznor. “Pensamos que comenzaríamos en ese mundo y veríamos adónde nos llevaba. Lo que sucedió, para nuestra sorpresa, fue que se sintió tremendamente emocionante“. La paleta musical abarca desde arreglos de big-band y jazz de percusión y rat-a-tat hasta piezas orquestales en el estilo premonitorio de la partitura de Citizen Kane de Herrmann. “Era difícil leer lo divertida que iba a ser la película. ¿Qué tan divertido podría ser? ¿Cuánta amenaza hay involucrada? “

La primera señal musical que se escucha en la pantalla, cuando Mankiewicz se detiene en el rancho del desierto donde escribirá Citizen Kane para Welles, es adecuada para una película de terror. “La pregunta que me hicieron fue: ‘¿Es demasiado siniestro para un rancho?’”, Dice Fincher. “Y yo estaba como, ‘Si Bernard Herrmann se saliera con la suya, todo sonaría como los cuatro jinetes del apocalipsis’. Golpeó esa mierda con fuerza. Tiende a exagerar una foto inocua de cuero de zapato. En esa primera señal dijimos conscientemente: ‘Quizás también deberíamos ir por ese camino’. Pareció establecer el destierro de Mank al desierto “.

Aunque The Social Network fue la primera banda sonora de Reznor, había trabajado en menor medida con David Lynch en el retorcido thriller de 1997 Lost Highway. “Fueron varios días extraños dedicados a buscar sonidos”, dice. “Garabateaba algo en un block: ‘Así es como quiero que suene’. Y sería literalmente un garabato en forma de telaraña “. Sin embargo, hasta que Fincher llamó, una carrera cinematográfica era una ambición vaga para Reznor. “Podría haber permanecido para siempre en esa lista de cosas que quería hacer algún día”.

Director y músico ya se habían cruzado. Fincher usó un remix de Closer, de Nine Inch Nails, sobre los créditos iniciales de Seven en 1995; una década más tarde, dirigió el video de Only, donde la imagen de Reznor se reproduce como pin art. También se habló de la colaboración de la pareja en un musical sobre el escenario de la sátira Fight Club de Fincher.

“Me gustó la idea de tomar algo que se supone que es travieso y clandestino y llevarlo a Broadway”, dice el cineasta. “Su tiempo puede haber pasado. Hay tantas facciones descontentas ahora que no creo que nadie quiera cruzar un puente o un túnel para ver la angustia de los hombres blancos. Probablemente no habría una gran cola para eso en Broadway”.

La red social, sin embargo, encajaba perfectamente, desde la secuencia de créditos en la que Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg) cruza el campus de Harvard por la noche al son del tema principal, Hand Covers Bruise, con su piano desolado e inquieto, aserrado. capas de sintetizadores. “Hand Covers Bruise hace más por la configuración de quién es Zuckerberg que casi cualquier otra cosa en la película“, dice Fincher, todavía asombrado todos estos años después. “Se trata de personificarlo. La música es algo más que apoyar una idea. Lo que hacen Trent y Atticus es darnos una buena vena saludable para entrar en el sistema operativo de un extraño”.

Esa mezcla de lo corpóreo y lo computarizado en la elección de imágenes de Fincher evoca no solo a The Social Network y al propio Zuckerberg, sino a Nine Inch Nails. “Una de las cosas que siempre encontré convincentes sobre ellos es el aspecto de la construcción del mundo. No escuchas una canción. Estás escuchando una canción dentro de un estado mental dentro de un lugar al que puedes ir si estás dispuesto a darle tiempo“.

La actitud de Fincher hacia la música en sus películas es decididamente no prescriptiva. “Siempre me ha parecido una tontería llevar a alguien que pueda imbuir tu película con toda esta otra perspectiva y luego simplemente decirle: ‘Cuando la puerta se cierra, necesitamos algo de música para bajar las escaleras’”.

No todo el mundo es tan complaciente. Reznor ha hablado recientemente, por ejemplo, sobre la experiencia infeliz que él y Ross tuvieron al componer la banda sonora del thriller Bird Box de Netflix. “En algunas películas, pienso: ‘¿Soy la única persona que lee el guión? ¿Notaste que esto no tiene ningún sentido? Cuando sientes que te preocupas más que otras personas, es cuando la toxicidad y el resentimiento entran en escena. Ese nunca es el caso de David”. Fincher se ríe entre dientes: “Puedo superar en pasión a cualquiera”, dice.

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Cuanto más conocía Reznor a otros compositores, más se daba cuenta de lo afortunado que era. “A medida que despegaba The Social Network, Atticus y yo nos encontrábamos en este mundo extranjero de mesas redondas de temporadas de premios, sintiéndonos como impostores. Recuerdo que todos estaban celosos por la situación en la que habíamos entrado: la libertad otorgada por David, sin interferencias, sin productores que intervinieran, sin audiencias de vista previa votando, nada de esa mierda. Simplemente estás haciendo el mejor trabajo que puedes y estás haciendo arte”.

Por supuesto, la alquimia de la colaboración es uno de los temas de Mank. Y Welles, aunque aparece solo de manera fugaz, es en gran parte responsable del mito perdurable y romántico de un joven autor que lo saca del parque a la primera. Fincher notoriamente no tenía esa experiencia dirigiendo Alien 3 a principios de la década de 1990, pero me pregunto si encontró la idea seductora cuando estaba comenzando.

“Yo venía del mundo de los videos musicales y comerciales, y esa no había sido mi experiencia en ninguno de esos ámbitos”, dice. “Estaba templado por la idea de que tendrías que checar el reloj y pagar tus cuotas. Entonces no, no creo que tuviera esas expectativas. Y cualquiera que sea la promesa que vi en Alien 3, fue bastante bien superada por mi segundo mes en Londres. Llamé a mi agente el primer día de rodaje y le dije: ‘ Hoy me hicieron esto, y me hicieron esto …’ Él dijo: ‘Bueno, tendrás que agachar la cabeza y en el siguiente tienes que tener más control ‘. Y dije: ‘Este es el primer día. ¡De 90! ¿Qué quieres decir con “en el próximo”? Y luego lo despedí”.

¿El espectro del debut tenía algún atractivo para Reznor cuando grabó Pretty Hate Machine en 1989? “Cuando hice ese disco, no se trataba de una gran declaración”, dice. “Sentí que Nine Inch Nails aún no se había dado cuenta del todo de su visión, así que no quería meterme en ‘usar esta ropa y hacer que tu cabello se vea así’ y encontrarme en algo que no soy yo. Realmente creí en ese disco, pero no pensé que fuera a conquistar el mundo. En esos días, estabas buscando una carrera como The Cure y Depeche Mode, donde tienes cuatro álbumes y el número sigue creciendo. El objetivo nunca fue Thriller’”.

Aunque Fincher y Reznor esperan que su asociación continúe, Mank representa para el director el final de un camino en particular. El primer borrador del guión es anterior a Alien 3, lo que significa que el proyecto ha estado en su vida, de una forma u otra, durante más tiempo del que ha sido cineasta. ¿Cómo se siente haber terminado finalmente con eso?

“Quizás estoy demasiado desconectado de mis emociones”, dice con un bufido burlón. “Pero ahora lo considero como unas 19 pulgadas de espacio libre en los estantes”. ¿Qué planea poner allí ahora que todos esos borradores del guión han sido eliminados? “¿Quizás un tocadiscos?” Suena como un amplio espacio para un Oscar, sugiero, pero él se niega a morder el anzuelo. “Yo nunca diría eso”, se ríe.

 Mank está disponible en Netflix.