14-F: no es un avión, no es una nube, es… el amor en tiempos de pandemia

Este es el primer 14 de febrero que vivimos en contingencia desde que se decretó la pandemia del Covid-19. Por lo menos para México. Hace un año, por estas fechas, veíamos entre pasmados, sorprendidos y despreocupados lo que ya sucedía en Asia y Europa y apenas despuntaba en Estados Unidos: contagios al por mayor, reportes de muertes a racimos en China, Italia, España, Francia… Era muy remoto. Cuando mucho, lo relacionábamos con lo vivido en México una década antes, con el H1N1, nuestra propia fiebre porcina.

Así que, hace 12 meses, nos preparábamos a la fiebre consumista y celebratoria del 14 de febrero. Total, si San Valentín, fue martirizado en Roma hace 18 siglos por casar bajo los preceptos del cristianismo a miembros de las legiones romanas, pues qué mejor que celebrarlo pensando en quién sabe qué pasará después.

Y en realidad, no sabíamos lo que iba a pasar después. Apenas dos semanas de nuestro último Día de San Valentín casi en la normalidad, en México tuvimos nuestro primer contagio. Ese ciudadano mexicano de Tamaulipas que provenía de un congreso celebrado justamente en Italia.

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Así que, Roma, Italia… 14 de febrero, el amor a toda costa nos encuentra encerrados (no a todos, claro), pensando en que si hace un año no sabíamos lo que iba a pasar 12 meses después… ahora la incertidumbre viene acompañada de mucha tristeza.

Pero, el amor es el amor. Ya sea encerrados, o viendo como el ser querido tiene que saltarse las indicaciones de sana distancia y embarcarse a la Odisea de salir a ganarse el pan… o ayudar a las tías en la épica de conseguir oxígeno… o simplemente ver cómo nos ayuda a registrar a los papás o los abuelos en la página de registro de Mi Vacuna…

Son detalles de amor, a fin de cuentas. Ya sea que estés casado, juntado, quedando… el amor en pandemia, como dice el cliché, es simplemente amor tratando de hallar el camino.

En este espíritu, honrando al sacrificado San Valentín de Roma, en La-Lista hacemos un pequeño homenaje a las buenas obras de ese mártir cristiano quien, si viviera, seguro andaría casando a diestra y siniestra a muchas parejas sin preocuparse por ese mal invisible pero contundente.

Arrancamos esta serie con la historia que Cynthia Monterrosa cuenta a Beatriz Gaspar. Escucha y lee su testimonio haciendo click en la liga de abajo.