Los retos del turismo LGBT+

Según datos de la Secretaría de Turismo federal, alrededor de un millón de personas identificadas como parte de la comunidad LGBT+ viajaron a distintos destinos del país durante 2020, lo que coloca a México como el país de América Latina más visitado por el sector.

A pesar de ello, existen puntos a afinar en la estrategia para recibir en los diferentes destinos nacionales a miembros de dicha comunidad, una de las más importantes en términos de derrama económica.

“Cuando salimos de viaje, salimos de nuestra zona de confort, de la burbuja que hemos creado, en la que podemos ser nosotros mismos y empezamos a tener una situación en la que, con cada persona con la que interactuamos, no tenemos la certeza de que vaya a tener un buen recibimiento hacia nosotros”, señala Oriol Pamies, fundador de Queer Destinations.

Los momentos incómodos van desde el hecho de desconocer si las demostraciones de afecto en zonas compartidas de resorts u hoteles pueden incomodar a otros huéspedes, hasta la oferta de servicios básicos.

“Cuando llegas al hotel, en el proceso de check-in, generalmente por ser dos hombres, dan por sentado que son dos amigos y te dan una habitación de dos camas; cuando eres una persona trans cuya identificación oficial no concuerda con la expresión de género; el tema de los baños, si son de damas y caballeros, en lugar de baños sin género. 

“Hay un universo de situaciones en las que el segmento LGBT+ sufrimos y son pequeños detalles que marcan la diferencia”, apunta.

De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, el sector LGBT+ es uno de los que experimenta un mayor crecimiento a nivel global, además de caracterizarse por un poder adquisitivo más alto que el del viajero tradicional.

“El sector tiene una mayor capacidad de gasto, menos cargas familiares y, por lo tanto, eso también nos hace un sector ideal para poder viajar todo el año, especialmente en las épocas que son temporada baja”, concluye Pamies.