‘Enero seco’: ¿Cómo 31 días sin beber alcohol pueden mejorar tu salud?
¿Empieza el año y quieres bajarle a tu consumo de alcohol? "Enero seco" es una alternativa que traerá múltiples beneficios a tu salud más rápido de lo que crees.
¿Empieza el año y quieres bajarle a tu consumo de alcohol? "Enero seco" es una alternativa que traerá múltiples beneficios a tu salud más rápido de lo que crees.
En todo el mes de diciembre –o casi todo– acudiste a reuniones, fiestas, posadas y, por supuesto, a las cenas de Navidad y Año Nuevo. Probablemente hubo mucha comida y alcohol: cerveza, tequila, vino y hasta el típico “ponche con piquete”.
Al comenzar el año, resientes la verdadera resaca de las fiestas decembrinas. Estás cansado, deshidratado y lo único que quieres es “desintoxicarte”, pero no sabes cómo. Para ello existen iniciativas como “Enero seco” que pueden ser una alternativa.
“Enero seco” es una campaña de salud pública que consiste en abstenerse de beber alcohol durante el primer mes del año. La iniciativa fue lanzada en 2013 por la organización benéfica británica Alcohol Change UK, y desde entonces participan millones de personas en todo el mundo, de acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NHI).
Más allá de formar parte de esta iniciativa, Viridiana Moreno, nutrióloga clínica y deportiva, explica cuáles son los beneficios que trae a tu salud dejar de consumir alcohol por un tiempo prolongado.
¿Qué le hace el alcohol a tu cuerpo?
El alcohol tiene varios efectos en nuestro cuerpo, ya sea que lo consumamos una sola noche o de manera cotidiana (dos o tres veces por semana o diario). Primero, es importante saber que el alcohol se metaboliza principalmente en dos zonas: el hígado y el estómago, y es ahí donde estarán las principales consecuencias.
El hecho de consumirlo de forma constante tendrá consecuencias a nivel nutricional, pues el alcohol es una kilocaloría vacía, es decir, tiene aporte calórico, pero no nutre. En estos casos es común que veamos a una persona con obesidad y al mismo tiempo con desnutrición. Su nivel calórico incluso puede generar hipoglucemia.
Otro efecto del alcohol es la intoxicación, y esta se da en varios niveles: leve, moderada y grave. En la intoxicación leve no se muestra una reacción clínica tan marcada, salvo mareo; en la moderada puede presentarse dificultad para hablar y desequilibrio físico; y en la grave se llega a perder la conciencia.
En altos consumos, el alcohol disminuye la absorción de ácido fólico, de vitaminas D, A y E, y hasta retinol. Así es, el alcohol puede provocar mayor envejecimiento de las células, por eso una persona con alto consumo tiende a mostrar envejecimiento prematuro por la oxidación de las células.
El alcohol también dificulta la absorción de minerales –como el zinc– que son esenciales para nuestro sistema inmunológico, y eso nos vuelve mucho más propensos a padecer algún tipo de enfermedad. Tiende mucho a hacer que nuestra sangre no genere tanta coagulación, entonces tenemos mayor probabilidades de padecer algún tipo de dificultades en la sangre y las proteínas.
Todas estas reacciones a nuestro cuerpo a causa del alcohol pueden agravarse si somos personas que no realizamos una actividad física o que no cuidamos nuestra alimentación. Por eso hay tantas personas que llegan a tener cirrosis hepática por alcohol, por las complicaciones metabólicas y en el sistema gastrointestinal.
¿Qué pasa en tu cuerpo después de haber dejado el alcohol?
Dejar el consumo de alcohol va a mejorar la salud en general. La persona va a dormir mejor, no tendrá un incremento de grasa, y algo que va a ser muy notorio es la mejoría de la piel: será más tersa, luminosa y sin la aparición de nuevas arrugas de forma prematura.
El sistema inmunológico tendrá una mejoría, igual que las hormonas. Pero además, hay beneficios en cuestiones mentales: mayor concentración, mejor descanso y sin sufrir cambios emocionales, que muchas veces propicia el alcohol.
¿Cuándo se notan los beneficios de no beber alcohol?
Vamos a suponer que es una persona que hace un consumo de alcohol dos o tres veces por semana, al dejar de hacerlo notará una mejoría en su estado físico en una semana.
Si es una persona que hace un consumo diario –aunque sea en cantidades mínimas– estos cambios los empezará a notar de dos a tres meses después.
Por supuesto, todo dependerá de la cantidad y frecuencia de la ingesta de alcohol, incluso del tipo de alcohol, hasta el metabolismo de cada persona.
¿Cuál es la cantidad mínima de ingesta de alcohol recomendada?
El mínimo o lo permitido legalmente es de 5 a 10 mililitros (ml). El consumo leve es de 100 a 200 ml, que es la cantidad con la que se empiezan a manifestar las reacciones físicas. Y ya un consumo excesivo de alcohol es de 300 ml para arriba.
Pero ojo: no solo es la cantidad de consumo, tiene mucho que ver la persona y cómo su cuerpo va a metabolizar ciertas cantidades de alcohol. Hay personas que tienen mayor o menor tolerancia a estos rangos.
Yo lo que recomiendo a quienes consumen alcohol es de 100 a 200 ml como máximo, y hacerlo de forma moderada, es decir, ocasionalmente.
¿Qué tan efectiva es la iniciativa de “Enero seco”?
Creo que el “Enero seco” es por moda, es algo pasajero, porque incluso su nombre lo dice: “enero”. Pero además, creo que en México se tiene otra práctica tradicional, que son los “juramentos“, y esos pueden hacerse en cualquier época del año y por un tiempo indefinido.
A consideración personal y profesional, por mi experiencia con pacientes, yo hago más la recomendación de aprender sobre el consumo de alcohol y saber que obviamente hay una correlación con nuestra salud.
Por ejemplo, en la temporada decembrina a muchos de mis pacientes les recomendé que sepan elegir entre si quieren un consumo de alcohol o de alimentos, porque la cultura mexicana nos lleva a que tengamos un consumo excesivo de tanto bebidas alcohólicas como de alimentos.
¿Qué recomiendas a las personas para este “Enero seco”?
Mi recomendación principal es tratar de evitar lo más posible el consumo de alcohol, por todos los beneficios que comenté anteriormente, pero no solo en enero, sino en cualquier época del año. Si por cualquier situación no es posible evitar la ingesta, lo mejor es hacer un consumo moderado.
Si hemos decidido seguir consumiendo alcohol –independientemente de con qué frecuencia– mi consejo es aprender cómo tomarlo, eso nos ayudará a mantener un estado saludable. Por ejemplo, es súper importante que sepan que el alcohol destilado es más digerible para nuestro metabolismo, no los fermentados.
También es importante que no combinen los alcoholes con ningún tipo de refrescos, pues en el mejor de los casos habrá mucha resaca, pero en el peor puede llegar a una intoxicación o repercusiones en la glucosa. Y en tercer lugar, siempre hay que hacer un consumo de agua simple mientras bebemos alcohol, esto para evitar la deshidratación total y para que nuestro cuerpo deseche más rápido el alcohol que ingerimos.
Si bien estos tips no van a inhibir por completo los efectos del alcohol en nuestro cuerpo –porque sí habrá un estado de embriaguez y resaca–, sí habrá “efectos positivos”, como reponernos más rápido.
Advertencia: Para las personas con dependencia al alcohol, el “Enero seco” puede provocar síntomas de abstinencia si dejan de beber por completo, por lo que se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de sumarse a esta iniciativa.