Hallazgos del encierro: hornos, sartenes… y ganas de ponerse a cocinar

El encierro de 2020 convirtió los 30, 40 o más minutos de trayecto de casa al trabajo en panes de masa madre, lasañas o panna cottas de licor de avellanas.

La liberación del tiempo que supuso mover toda la actividad social al hogar, y a cualquier actividad vía web, hizo que muchos se dieran cuenta de que, en casa, tenían utensilios que les permitían sacar provecho de sus horas ganadas.

Unos se lanzaron a tomar clases virtuales; otros, sin buscarlo, iniciaron un negocio gastronómico y ya venden sus recetas por redes sociales o por aplicaciones. Incluso los hay que recuperaron recetas que tenían en el cajón por años, esperando el momento idóneo. La pandemia, se lo dio. 

Así fue que contactamos a varios de estos chefs del confinamiento para que nos contaran cómo es que hallaron o detonaron su pasión y presentar una breve muestra de personas que se dieron cuenta de que tenían una cocina en casa.

La-Lista se toma muy en serio la veracidad de la información publicada. Por eso, pidió a los testimonios que les mandaran una muestra de sus creaciones a su equipo editorial, para verificar que ellos eran los autores de los platillos.

León Felipe Sánchez, especialista en derechos de los usuarios de internet, UNAM

“Rescaté una receta que una amiga me mandó hace diez años, en la epidemia del H1N1. La dejé dormir y hoy, experimento con la masa madre, harinas y métodos para hacer pan en casa”.

Mariana Ramos, investigadora de mercados en Tetrapak

“¿Por qué me estaba perdiendo el apio? Nunca había abierto tanto el paladar. Ha sido mágico”. 

Enrique Popoca, estratega de contenidos en BBVA México

“Siempre me hubiera gustado estudiar química. Por eso, descubrir cómo se transforman los alimentos me parece impresionante. Cuando sellas la carne se produce la reacción de Maillard, se carameliza por una reacción de proteínas y azúcares. Por eso tiene un sabor parecido al caramelo”. 

“Con las pastas, he logrado ese plato de centro de mesa para compartir”.

Juan Andrés Muñoz, periodista de CNN

“Como no podía ir a España y extrañaba a la familia y la comida (en mi caso, la chistorra), me dije: ‘quizás la puedo hacer’. La comida te transporta a lugares sin viajar”.

Carlos Guzmán, empresario

“Con la pandemia se detuvo mi trabajo. Un día compré atún para 60 personas, hablé a mi mamá y me explicó cómo se hace el ceviche. Se vendió todo. Nunca imaginé que eso se convertiría en negocio”. 

Jaime Martínez, director de EGADE Business School, Tec de Monterrey

“Retomar la cocina fue reconquistar un espacio que no quedara contaminado por lo laboral. Pero si me iba a dar un descanso, o a buscar tiempo para estar con la familia, que fuera de forma más deliberada que antes, que era un poco inconsciente”.